En la conmemoración de la 55 Jornada Mundial de la Paz celebrada, la Arquidiócesis de México convocó a todos los creyentes a retomar los caminos del diálogo, educación y trabajo propuestos por el Papa Francisco para lograr una paz duradera.
En el editorial titulado “Los tres caminos hacia la paz”, publicado en el Semanario Católico “Desde la Fe”, expuso que el mensaje fue dirigido a todas las naciones por el pontífice, sin embargo “interpela de manera especial a México, donde la palabra paz pareciera haber sido borrada de nuestro mapa”.
También se refirió al panorama laboral en México, el cual enfrenta los desafíos propios de la pandemia, pues muchas empresas han cerrado; millones de personas no tienen trabajo o éste es precario; quienes realizan servicios básicos a menudo se ven castigados por los bajos sueldos; la capacitación y el aprendizaje se han reducido al mínimo y el mercado profesional no tiene cabida para las nuevas generaciones.
Ante esa situación, la petición del Santo Padre es unir ideas y esfuerzos para crear las condiciones e inventar soluciones, a fin de que todo ser humano en edad de trabajar tenga la oportunidad de contribuir con su propio trabajo a la vida de la familia y de la sociedad.
La sede eclesiástica capitalina subrayó que diálogo, educación y trabajo son tres fuerzas que el Papa Francisco ha querido destacar y unir en este mensaje al inicio del año 2022; tres caminos por los que el Vicario de Cristo nos llama a transitar con humildad, valentía, perseverancia y sobre todo, con mucha creatividad, afirmó.
La iglesia católica capitalina resaltó que este 1 de enero la Iglesia católica conmemoró la 55 Jornada Mundial de la Paz, celebración instituida por el Papa Pablo VI con la finalidad de aportar a la construcción de la paz mundial.
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Este año, en su mensaje con motivo de esta jornada, el Papa Francisco ha puesto énfasis en tres instrumentos fundamentales que se requieren para alcanzar una paz duradera: el diálogo, la educación y el trabajo.
Dijo que el Papa ha querido exponer en primer lugar la necesidad del diálogo entre generaciones, divididas porque no se ha comprendido que tantos los jóvenes necesitan de la experiencia intelectual y espiritual de los mayores; como los mayores del apoyo, afecto, creatividad y dinamismo de los jóvenes.
En este sentido –nos recuerda el Papa– urge labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida.
“Para ello, debemos ser conscientes y trabajar -todas las generaciones- en la escucha, en el encuentro, en los acuerdos y en el caminar juntos; este proceso ya ha iniciado en la Iglesia de la mano del Papa Francisco, y todos están invitados a sumarse”, remarcó.
La educación es el segundo instrumento para construir una paz duradera. El Papa lamenta que a nivel mundial hayan disminuido los recursos para esta noble tarea y, en cambio, haya aumentado la inversión en gastos militares.
Su contundente llamado a los gobiernos es a revertir esta tendencia global y hacer de la educación la base para lograr sociedades cohesionadas y capaces de generar esperanza, riqueza y progreso.
El Pacto Educativo Global al que ha convocado el Pontífice resulta inaplazable, por lo que, desde este espacio, hacemos un llamado a las familias, comunidades, escuelas y universidades, instituciones, empresarios, religiones, gobernantes y a todos los hombre de buena voluntad a sumarse a él, por el bien del desarrollo de la humanidad.
El tercer instrumento que nos propone el Papa para construir y mantener la paz, es el trabajo, desde donde se aprende a ofrecer la contribución personal por un mundo más habitable y fraterno.
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