Comerciantes formales de tiendas de abarrotes, pollerías, carnicerías, cremerías, tortillerías, herrerías, paleterías y helados, anuncios publicitarios, hoteles y hostales, así como de lavanderías y tintorerías, que son giros altamente consumidores de energía eléctrica demandaron un sistema eléctrico que propicie bajas tarifas y un servicio de calidad, sin cambios de voltaje, intermitencias o apagones que provoquen pérdidas millonarias a los pequeños negocios.
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Gerardo López Becerra, presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio (ConComercio), indicó que durante los dos años de pandemia se impusieron cortes de servicio a negocios que no tenían dinero para pagar su recibo, incluso, locales que desconectaron sus instalaciones eléctricas durante el cierre de actividades, se les cobró una tarifa bajo el criterio de “consumo promedio”.
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“En estos casos, pese a que la mayoría de empresarios y comerciantes manifestaron su inconformidad por la irregularidad de estos cobros, se les aplicó la política de primero paga y luego aclara”, indicó Gerardo López Becerra.
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