Quienes se ganan la vida vendiendo comida como los tamales, sándwich, tacos, atole, entre otros alimentos en sus triciclos, bicicletas, carritos o en sus diablos, dieron vueltas alrededor del Zócalo capitalino a manera de protesta para exigir al gobierno de la Ciudad de México que cesen los operativos y dejen de criminalizarlos de que sus productos son portadores del coronavirus.
Un gran número de personas que se han quedado sin empleo, como el señor Juan, quien manejaba un trailer y fue despedido por la pandemia se han visto en la necesidad de sumarse al comercio en el espacio público y lo poco que ganan vendiendo, en este caso gelatinas en su carrito vitrina, lo destina a la compra de medicinas y alimentos.
A sus 69 años de edad, refiere que ahora se tiene que enfrentar a los operativos que realizan servidores del gobierno de la vía pública y que en muchas de las ocasiones le decomisan sus productos hechos con grenetiina que al paso de una hora se derriten o se hechan a perder.
Lo mismos pasa con otros vendedores de antojitos mexicanos quienes aseguran que para recuperarse tienen que pedir prestado para volver a guisar sus antojitos.
Diana Sanchez Barrios, activista y luchadora social recriminó la política de la ley del garrote que está ejerciendo este gobierno contra aquellas personas que desde hace más cuatro meses debido al aislamiento por la pandemia no han tenido un ingreso económico.
“No es justo que no te dejen trabajar, cuando en los hogares hay necesidad de comer, pagar renta, incluso para combatir la enfermedad. Realizamos las mesas de diálogo con el gobierno y cumplimos con la acordado en la sana distancia y los horarios y al otro día nos quieren levantar. No cumplen los acuerdos”, recalcó Sanchez Barrios.
Explicó también que les hicieron llegar a varios vendedores la tarjeta de ayuda, “pero está vacía, no tienen dinero. Juegan con la necesidad de la gente en esta época de crisis. Es una burla”, acotó
Los vendedores de comida, le mandaron en una bolsa y envueltos en papel una docena de tamales de dulce, verdes, mole y de rajas a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
“Qué hay de malo ofrecer este tipo de alimentos que regularmente lo consumen los que no tienen ingresos suficientes para comer en un restaurante”, manifestó una de las vendedoras quien cargaba a su hijo y a la vez jalaba su carrito de comida.
JLP