Actualmente, uno de cada 4 niños, niñas y adolescentes mexicanos viven con sobrepeso u obesidad, debido, en gran medida, a la mala alimentación. Se estima que en las escuelas de educación básica, los infantes consumen al menos 500 kilocalorías al día.
Ante esta grave problemática de salud que compromete el futuro de las nuevas generaciones de mexicanos, organizaciones civiles celebraron la reciente publicación de los nuevos Lineamientos generales a los que deberán sujetarse la preparación, la distribución y el expendio de alimentos y bebidas preparados, procesados y a granel, así como el fomento de los estilos de vida saludable en alimentación, dentro de toda escuela del Sistema Educativo Nacional representa un logro a favor del bienestar de niñas, niños y adolescentes.
“En las escuelas de educación básica niñas y niños han estado consumiendo un promedio diario de más de 500 kilocalorías a través de comestibles y bebibles no saludables, cantidad que puede provocar un aumento de varios kilos de peso en cada ciclo escolar”, explicaron los activistas de Alianza por la Salud Alimentaria.
Epidemias de sobrepeso y obesidad
Las epidemias de sobrepeso y obesidad han representado un grave problema de salud que además ha tenido implicaciones económicas insostenibles ya que tan solo la atención para la obesidad infantil supone un costo de $650 mil millones de pesos anuales que deben ser cubiertos por el Estado.
La presentación de los nuevos lineamientos que serán aplicados en todas las escuelas de educación básica, media superior y superior, ha generado diversas opiniones, algunas de ellas en un sentido negativo, principalmente por el sector industrial.
Sin embargo, sociedad civil, la academia y organismos internacionales reconocieron sus virtudes porque los lineamientos plantean el camino para retomaran su objetivo inicial de combatir las epidemias de sobrepeso y obesidad infantil, a partir de: Fomentar el acceso a frutas, verduras, semillas, cereales integrales y agua potable para consumo.
Bajo consumo de frutas y verduras
Estudios han identificado un bajo consumo de frutas y verduras en niñas, niños y adolescentes, destacando que aproximadamente 1 de cada 4 cubre la recomendación diaria para dichos alimentos.
Al facilitar el acceso a alimentos naturales, de producción local, de temporada y a precios accesibles las escuelas contribuirán en la construcción de hábitos de alimentación saludable desde edades tempranas, además de apoyar a la economía local.
Prohibir la venta y publicidad de alimentos y bebidas no saludables preenvasados con sellos de advertencia; y la venta de alimentos y bebidas a granel o preparados de forma casera con altos contenidos de azúcar, grasas, sodio y harinas refinadas.
En las escuelas mexicanas las y los escolares consumen alrededor de 550 calorías extras provenientes de productos chatarra y bebidas azucaradas que resulta en un aumento significativo de peso, además de que contienen colorantes y aditivos asociados con la hiperactividad y déficit de atención.
Inaceptable la alta oferta
La Alianza por la Salud Alimentaria señaló que es inaceptable que dichos productos representen el 98% de la oferta alimentaria escolar, cuando las escuelas deben ser entornos saludables y no obesogénicos.
Destacaron la importancia de promover la recuperación de las tradiciones culinarias, principalmente aquellas que incluyan ingredientes naturales, de la región y de temporada, e incentivan que en su elaboración se asegure un bajo contenido de grasa, sal y/o azúcar.
“Nuestro país cuenta con una amplia tradición culinaria entre la que se destaca aquella que incluye una gran variedad de cereales, legumbres y plantas, ricos en vitaminas y minerales. Los platillos tradicionales pueden y deben incluirse en la oferta alimentaria escolar, lo único que se debe evitar es que las preparaciones incluyan altos contenidos de grasa, sodio y/o azúcar”, indicaron.
Más rigor en lineamientos
Señalaron que es necesario precisar la responsabilidad que tienen las autoridades educativas en la implementación, vigilancia, sanción y seguimiento.
Una de las principales barreras para la implementación de los Lineamientos anteriores era que las autoridades educativas y demás integrantes de la comunidad escolar desconocían los roles y responsabilidades para la aplicación.
Al detallar dichas responsabilidades se asegura la efectiva implementación de los lineamientos que tendrá como resultado la construcción de entornos escolares saludables que beneficiarán a todos los que integran la comunidad escolar.
Para un mejor futuro para nuestras niñas, niños y adolescentes las escuelas deben ser 100% libres de comida chatarra. De acuerdo con la Alianza por la Salud Alimentaria, apoyar los lineamientos y vigilar la efectiva implementación es la forma de garantizar entornos escolares saludables.
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