Al paso de los años, los mexicanos se han acostumbrado a vivir en viviendas más pequeñas, hace por lo menos 50 años, con una población de 50 millones de personas, se podían conseguir departamentos de interés social de hasta 160 metros cuadrados; en los años 70, los departamentos tenían una construcción de 80 a 90 metros cuadrados.
Para las décadas de los ochenta hasta los noventa, los números de los arquitectos y financieros comenzaron a proyectar otro tipo de viviendas, con mayor número de población y menor superficie de suelo, decidieron edificar departamentos o casas más chicas, con el mismo dinero; por lo que, la vivienda se volvió un asunto de presupuesto.
Ya en los 90 se comenzó a dar una discusión en los criterios internacionales de Naciones Unidas, de cuál era el mínimo habitable de una vivienda y se empezó a decir, que el espacio vital era de 42 metros cuadrados.
El Infonavit durante muchos años había financiado la construcción de 65 metros cuadrados como mínimo, que eran la superficie tipo de las viviendas de interés social.
Aunque de acuerdo a la Comunicación Social del organismo, “en las reglas de otorgamiento de crédito del Infonavit no existe un requisito en cuanto al número de metros que debe tener una vivienda”.
A partir del año 2000, durante el sexenio de Vicente Fox, se comenzaron a edificar casas y departamentos de 42 a 45 metros cuadrados. Con dos recámaras, un área común que era: cocina, comedor y sala.
Pero también se inició el financiamiento de departamentos de 38 o 39 metros cuadrados. En el Estado de México hay varios ejemplos de ellos. Bajo el argumento que en Japón, había viviendas más pequeñas y la gente podía vivir bien en ese espacio.
Más que un reglamento sobre el tamaño de la vivienda, fueron criterios financieros. “No te vas a encontrar un criterio que diga que la vivienda debe ser de tal superficie… lo que manda es el presupuesto para hacerlo”, comentó un ex funcionario del Instituto, quien pidió el anonimato.
Ante esa postura de los constructores de vivienda. La representación de los trabajadores de la CTM, querían establecer que hubiera viviendas como mínimo de 58 a 60 metros cuadrados. Tras diversos problemas, se llegó a un acuerdo que decían que no podían ser menores a 47 metros cuadrados.
Pero nunca se aceptó esa propuesta, porque no había un reglamento, lo que mandan son los presupuestos. “Con x cantidad, hacemos más viviendas de menos metros cuadrados que viviendas más amplias.
Ya que empezó la presión del suelo más caro, sobre todo en los espacios ubicados cerca de CDMX. Cuando eso lo resolvieron yendo a buscar terrenos más lejos no les fue tan importante discutir si eran viviendas pequeñas o más grandes”.
Sin embargo, se comenzaron a edificar casitas muy lejanas, que la gente comenzó a abandonar por la distancia de sus centros de trabajo y porque también tenían pocos servicios.
Aunque es importante resaltar que las viviendas para los servidores públicos que otorga el Fovissste, se crearon departamentos de hasta 160 metros cuadrados y los más pequeños son de por lo menos 65 metros cuadrados
La moda de densificar las ciudades
Hace pocos años comenzó el tema de la moda de densificar las ciudades, es decir, que en las propias ciudades se debe aprovechar mejor el espacio, este tipo de criterios cobró fuerza, “vamos a hacer en los mismos edificios que se construyen un mayor número de viviendas con menos metros cuadrados”.
Y hoy la oferta dice que en los mismos edificios se pueden encontrar viviendas desde 48 metros, 60, 65 o 110 o 120 metros cuadrados.
A mediados de los 2000, con el boom inmobiliario, se comenzó a poner de moda los llamados loft, que muchos jóvenes han comprado, con una estancia que funge como recámara, comedor, sala, una micrococina y un baño, porque todo el día viven fuera, espacio no mayor de 42 metros cuadrados
Y a cambio les dan lo que se llama “amenidades”, les ponen sala de televisión o de cine, biblioteca, gimnasio, roof garden, sala de eventos sociales comunes.
Este tipo de vivienda moderna, tiene que ver con los nuevos tipos bajo el criterio de densificar y aprovechar el espacio de las ciudades.
También entró el tema de la gentrificación, “son modas surgidas de los centros de estudios, de la academia y aplicadas en el mundo real de los negocios, a los que les conviene a los empresarios, para la gente del mundo citadino.
Carta Magna mexicanos con derecho a vivienda, pero no dice la superficie
La Constitución Política menciona, en el párrafo séptimo, artículo 4, que “toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo, asignando con ello a la vivienda la calidad de derecho humano. Pero no refiere las dimensiones ni tamaño de la vivienda.
El mercado ofrece un sinfín de modelos de casas habitación, así como diversos modos de acceder a alguno de ellos por medio de créditos hipotecarios, pero para los sectores populares y de bajos ingresos económicos, el mercado se reduce a muy pocas opciones.