Durante la emergencia tanto sanitaria como económica que se vive por el Covid-19, un antídoto contra las noticias falsas en la capital del país lo representa la transparencia, aseguró el comisionado presidente del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (INFO), Julio César Bonilla Gutiérrez.
Sostuvo que la información veraz y de calidad es el vehículo para empoderar al ciudadano, pero también sirve para la generación de certeza en situaciones por las que atraviesa, derivado de la pandemia.
Mencionó que en estos momentos de complicación internacional, la sociedad debe tener acceso a información veraz, cabal, de calidad y completa, como parte de su derecho a la verdad.
Durante su participación en el seminario “Fake News, Posverdad y Covid-19: Las implicaciones jurídicas y administrativas”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Bonilla Gutiérrez afirmó que las instituciones de corte democrático, “tenemos que construir alianzas como ésta, que permitan llegar a la gente, capacitarnos todos y todas en esta red digital, y ser más conscientes de lo que se necesita hoy por hoy en una sociedad mundial, cada vez más digitalizada y, por supuesto, cada vez más expuesta también a riesgos”.
Aludió que las noticias falsas no se crean por diversión, sino para tener un beneficio, debido a que buscan generar un efecto determinado, al tratarse de información sensacionalista, cargada muchas veces de emociones y elementos desorientadores, que son fabricados intencionalmente para tomar la forma de noticias reales, pero creadas con el propósito específico de afectar la psique y la emoción de las personas.
Señaló que quienes resultan ser los grandes beneficiarios, son “los macro poderes económicos, ideológicos y políticos”, al tiempo que indicó que pese a esas circunstancias, “hoy la propia sociedad dirige estos intereses, estas confabulaciones, estas inserciones falsas” con el uso de la tecnología moderna. Incluso, expresó que permea la idea en la sociedad de que “lo que no se crea y comparte a través de teléfonos celulares pareciera no existir”.
Por lo que hace a la posverdad, aseveró que ésta se relaciona con versiones de la realidad basada en sentimientos, con visiones, creencias y muchas veces en pasiones. Influyen en el modo en que se interpretan y comparten los hechos en una sociedad hiper mediatizada, y ahí es el principal riesgo.
Luego de afirmar que en estos tiempos la posverdad y las noticias falsas “tienen un ADN idéntico”, expuso que por ello “tenemos que ser muy responsables, muy serios, tratándose del combate a una pandemia como la que enfrentamos y no caer en este tipo de elementos que solamente desvirtúan la verdad objetiva y científica”, por lo que la transparencia puede ser un buen antídoto ante esta realidad.
A su vez, el comisionado ciudadano del INFO, Arístides Rodrigo Guerrero García, mencionó que en México hay poca regulación sobre las fake news “porque hay una colisión constante con el derecho de la libertad de expresión; un aspecto que resulta de relevancia para poder contrarrestar las noticias falsas es el derecho de réplica constituido en 2007”.
Precisó que el derecho de réplica es una de las tantas herramientas que puede ser utilizada para atacar aquellas noticias que pudieran ser falsas y que son publicadas en medios de comunicación; sin embrago, ¿qué pasa con todas aquellas que son distribuidas por WhatsApp?, cuestionó.
Hizo notar que las fake news se pueden definir como mentiras distribuidas de manera masiva con la intención de manipular a la opinión pública, y éstas se han transmitido de manera más sencilla en la nueva era de las tecnologías de la información y de la comunicación con la facilidad que implica tomar un teléfono celular, mandar un WhatsApp y replicar una noticia entre todos nuestros contactos.
Abundó que estas mentiras falsas, muchas veces, lo que pretenden es la difamación, polarización o la normalización de una mentira.
Guerrero García comentó que también surgió el concepto de posverdad, elegido por el Diccionario Oxford quien la designó como la palabra internacional del año 2016 y “se refiere o denota circunstancias en las que los datos objetivos tienen un menor impacto en la formación de la opinión pública que las apelaciones a la emoción o las creencias personales”.
En su turno, el investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, José René Olivos Campos, puntualizó que el uso de las tecnológicas beneficiará a la sociedad y a las instituciones para hacer valer los derechos de las personas en esta época de pandemia.
Y declaró: “en los ámbitos de la competencia local y federal debemos disponer de sistemas digitales para la accesibilidad de toda persona ante la suspensión de las funciones públicas, que reduzca costos, digitalice documentos para su uso que estén libres de virus; realice audiencias en línea, mejoren la transparencia, los acuerdos y resoluciones en las relaciones colegiadas”.