Su mirada irradia esperanza y ello lo conjuga en su hablar. Sin dejar de mirar hacia el frente y estar al tanto de las señalizaciones, conduce el vehículo hacia el destino indicado.
Es poco antes del mediodía y dice que es su tercer viaje. No le ha ido muy bien, pero no pierde el entusiasmo y espera pueda completar lo del gasto, antes de reunirse nuevamente con su familia, a la que dice tiene que proteger de la pandemia que se vive por e Covid-19.
Héctor Aguilera, un joven taxista que ya se acostumbró a usar tapabocas y expone que es por el bien de todos que se porte, salió al filo de las siete y media de la mañana de la zona de la colonia Roma, donde tiene su domicilio, para buscar pasaje.
El conductor de un vehículo de modelo reciente asegura que el trabajo ha disminuido entre un 50 y 60 por ciento, cuando menos, lo que provoca que su ganancia se haya reducido considerablemente y que por el momento fluctúe en unos 200 pesos diarios, pero ello no le hace tirar la toalla y, por el contrario, le echa más ganas.
Mientras se dirigía a la dirección que se le señaló, accedió a ser entrevistado por LA PRENSA. Comentó que esta época del año siempre es muy buena porque los visitantes a la Ciudad de México no cesan, porque muchos en mayo les gusta vacacionar luego de que en Semana Santa la gran mayoría de los mexicanos hicieron lo propio. Sin embargo, por la emergencia sanitaria que se vive, las cosas han cambiado y hay poco trabajo.
Atento a lo que acontece a su alrededor y al movimiento de los vehículos que tiene cerca, refiere que de él dependen cuatro personas: su esposa, un niño de año y medio y dos jovencitas y, por supuesto se preocupa porque no puedan hacer su vida normal, pero más por su salud, por lo que insiste en que se deben acatar las recomendaciones emitidas por las autoridades sanitarias.
“Esta época del año es muy buena, pero ahora por la situación que se vive esta pésima. No hay turismo en la Ciudad de México, no hay gente que venga a trabajar de otros lados de la República; el pasaje hay que estarlo buscando y hay veces que no cae”, refiere Héctor, quien también alude el hecho de que los niños no van a la escuela y eso igualmente les pega a los que se dedican a conducir un vehículo de alquiler.
Manifiesta que, si bien su esposa le ayuda porque trabaja los fines de semana como radioperadora de Protección Civil, los ingresos no llegan a ser suficientes y por ello tiene que estar detrás del volante doce horas. “Con esto del coronavirus la verdad es que nos está yendo muy mal, no podemos salir adelante y sacamos muy poco dinero”.
Pese a ello, el taxista que enfrenta los gastos del hogar y el mantener el vehículo que le permite obtener ingresos, expone que “la realidad es que tampoco podemos estar mucho tiempo con esta situación por las pérdidas que representa para el país”, por lo que estima que de no existir riego para la salud de los mexicanos, tal vez en julio deciden que de manera paulatina se pueda retornar a la normalidad, “lo que va a estar difícil”.
De manera insiste su sentir es que finalmente la economía difícilmente no aguantará lo que se vive y “va a tronar”, pero con todo y ello no hay que perder el optimismo. Acepta que al no haber dinero en las empresas se agudizará el desempleo y la situación será muy complicada, de ahí la importancia de reactivar la economía de manera adecuada.
“Si no se toman las acciones pertinentes esto va a tronar; por lo menos a principios de julio deben de activarse esto, tratar de volver a la vida ordinaria, claro, sin poner en riesgo la salud de los mexicanos por esto del famoso Covid-19”, manifiesta.
Una vez que hiciera ver que para los taxistas no hay una revisión para ver si cumplen con las recomendaciones sanitarias de portar cubrebocas y guantes, así como desinfectar las unidades y ofrecer gel antibacterial al pasaje, expone que “la cuestión es que hay que andar con precaución y echarle ganas; ojalá que muy pronto pase esto y, yo veo que la gente que en su mayoría no quiere cooperar en esto de las medidas sanitarias, pero todos le tenemos que entrar”.
El señor Héctor Aguilera, quien en el transcurso de la mañana aprovecha a comer algo, tal y como lo hace en la tarde, mientras conduce, califica como un alivio para su economía el que los bancos respeten el cobrar la mensualidad de los vehículos que se compraron a mensualidades a partir de agosto, sin recargo alguno, ello para los que, como él, aún deben el costo de la unidad y esperan saldar la deuda sin tanta complicación.
“El carro no es mío, bueno lo estoy pagando, pero finalmente también hay que invertirle y eso también me afecta económicamente. Pero lo positivo es que ahora los bancos nos van a ayudar a reanudar las mensualidades de pago hasta agosto, sin recargos”, explica entusiasta el conductor.
Comenta que no ha hecho los pagos de abril y mayo de lo que tiene que dar al mes por la adquisición del vehículo, lo que tampoco hará en junio y julio, pero ya a partir de agosto comenzará a ponerse al corriente, pero ya es un ayuda, la que le dan a los taxistas que se encuentra en esa situación.