La repentina lluvia no impidió que decenas de miles de capitalinos disfrutaran el Mega Desfile de Día de Muertos en Paseo de la Reforma; el evento cultural trazó un recorrido desde nuestro pasado prehispánico, los rituales católicos de la Colonia y el México moderno.
Más de tres mil artistas voluntarios participaron para rendir homenaje a los fenecidos y recordar los rituales sepulcrales que han evolucionado a lo largo de la historia nacional.
Como cada noviembre, los mexicanos representaron la visita anual de sus seres queridos que vienen de otros planos para compartir anécdotas y volver a degustar sus platillos y bebidas favoritas.
El Colectivo Nuuch Ch’Up inició el desfile y viaje en el tiempo con una ofrenda a la diosa mexica Mictecacihuatl, cuidadora del noveno y ultimo nivel del inframundo, la guardiana de nuestros huesos y nuestros niños.
Los estudiantes cubrieron sus cuerpos con barro mientras realizaban bailes alusivos al México prehispánico, con el objetivo de escenificar el camino al Mictlán y las nueve regiones del inframundo que representan el universo vertical.
Decenas de Tecuanes o tigres danzaron al ritmo de tambores de cuero y protagonizaron uno de los pocos bailes indígenas que se mantuvieron intactos incluso después de la conquista.
Este baile simboliza la dualidad entre el bien y el mal, el día y la noche, la vida y la muerte, el combate entre los seres humanos y las fuerzas de la naturaleza, en busca de proteger la flora y fauna silvestres.
Desde el pueblo originario de Tláhuac, San Francisco Tlaltenco, la Comparsa Guadalupana abrió paso a que los espectadores presenciaran la mezcla de los ritos fúnebres con las tradiciones católicas.
Con una mezcla de instrumentos musicales europeos, los integrantes tocaron música de carnaval con banda de viento y música de chinelos que data de más de 100 años en esta comunidad.
Las Fábrica de Artes y Oficios de Oriente (FARO) de Azcapotzalco, Indios Verdes, Tláhuac y Oriente hicieron una interpretación del ciclo de la vida, representado desde tiempos ancestrales en el tránsito cotidiano del amanecer al anochecer.
Por primera vez, se dio un espacio a la equidad, diversidad sexual e inclusión y la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero (LGBTI+) participó en el desfile.
Con trajes típicos mexicanos cubiertos con decenas de colores, las Calaveras de la Compañía México de Colores y embajadores culturales de la población LGBT+ marcaron la diferencia.
Y así decenas de carros alegóricos, catrinas monumentales de papel maché, figuras alusivas a los dioses prehispánicos, flores de cempasúchil y aroma a incienso, miles de capitalinos disfrutaron la tarde lluviosa de este sábado.
El recorrido inició en punto de las 13: 00 horas en la Estela de Luz y avanzó sobre Paseo de la Reforma hasta Avenida Juárez y finalmente a la Plaza de la Constitución, donde se localizó la Ofrenda Monumental “Altar de Altares”.
La ofrenda tiene como elemento principal cuatro estructuras de 12 metros de altura, dirigidas hacia los cuatro puntos cardinales en representación de las regiones de México: Norte (Sonora), Sur (Yucatán), Este (Huasteca) y Oeste (Michoacán).
El Altar del Norte simboliza al pueblo Yaqui de Sonora; el Altar del Oeste es una muestra de la cultura de Cuanajo, Michoacán, donde flores y frutas están sobre caballos tallados en madera.
A su vez, el Altar del Sur representa a Yucatán con “la comida de las ánimas”, región en donde los alimentos se cocinan bajo tierra. Finalmente, la Huasteca está escenificada por un arco de Xantolo, el cual simboliza el portal entre el mundo terrenal y la muerte.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México informó que mil 890 policías participaron en el operativo para garantizar la seguridad de los visitantes y agilizar la circulación vial en calles aledañas.