El miedo y la incertidumbre puede ser un factor muy fuerte para no alejarte de una persona que te hace daño, sin embargo, cuando logras enfrentar la dura realidad, te das cuenta que puedes salir adelante.
Así es el caso de Daniela Sánchez una joven madre originaria de la Ciudad de México, que pasó por momentos difíciles con su expareja durante varios días de tormento y violencia familiar.
Daniela es Comunicóloga Social egresada de la UAM Xochimilco, trabajadora del Gobierno de la Ciudad, dio a conocer que conoció a su expareja porque era su vecino, quien se acercó de manera muy casual y en algún momento comenzó a cortejarla.
Sin embargo, muy pronto comenzaron a surgir los focos rojos que indicaban que de esa relación no saldría nada bueno, a los pocos días de comenzar a salir como pareja, el hombre con el que compartía sus días la abofeteó a tal grado de casi reventar su tímpano izquierdo.Tras lo ocurrido comenzó a amenazarla diciéndole que si ella decía algo le iba a ir peor, logró atraparla psicológicamente metiéndole terror.
Su agresor era una persona alcohólica, que siempre tenía mal carácter y siempre quería tener lujos, pero como el era un estudiante, ella realizaban los pagos de todo lo que el joven decía necesitar o requerir, por lo que ahora ella se encuentra endeudada con los bancos.
Aproximadamente a los siete meses de relación ella a había pasado por una serie de humillaciones, golpes, gritos, amenazas, así como romper cada una de sus cosas personales, le controlaba la hora y la entra de salida, y no dejaba que tuviera vida social.
Durante uno de los arranques del señor a finales del año 2015, comenzó a golpearla en la vía pública, por lo que las autoridades acudieron al sitio y lo detuvieron por 72 horas, pero después de ese tiempo salió y todo volvió a los golpes.
Manipulando a Daniela le pidió perdón, asegurando que no volvería a ocurrir un suceso así, decidió creer en él y se fueron a vivir juntos aunque el no trabajaba ella tenía que mantener a los dos.
Cuando comenzaron a vivir juntos le retiró todas sus tarjetas argumentando que el era mejor en las finanzas, así que ella accedió para poder vivir en paz en lo que seria su nuevo hogar.
El estar en un nuevo hogar, provocó que todo se saliera de control y fuera cada día peor, era como vivir un infierno junto a la persona que aseguraba amarte.
Por lo que tubo que buscar ayuda con sus padres, esto no detuvo a su pareja ya que acudió al domicilio para amedrentar a todos los que se encontraban en el domicilio, ir lo que los padres de Daniela resultaron heridos debió a los golpes propinados por el sujeto.
Después de pasados algunos meses terminó su carrera y se convirtió en abogado y argumentaba que trabajaba en el reclusorio Oriente y comenzaron las actitudes inusuales, pero las agresiones eran el pan de cada día.
Pero ahora existía una cosa más para debatir el tener o no tener un hijo, Daniela sufre de epilepsia desde que tiene 21 años, por lo que debió a su condición no había cruzado por su cabeza el hecho de ser madre a pesar de si tener la ilusión de poder formar una familia algún día.
Debido a esto se retiró su dispositivo anticonceptivo para poder quedar embarazada, al cabo de aproximadamente un año, por fin logró dar positivo a la prueba, pero esto no arreglo nada entre la pareja al contrario parecía que había sido una maldición, ya que ni por el hecho de tener un producto de ambos en el vientre se detenía de agredirla.
Su expareja aseguraba que tendría un niño y que podría compartir un sin fin de actividades con el, no obstante, al cuarto mes se enteraron de que tendrían una niña, lo que molesto mucho al señor dejándola con la carga del embarazo y de todo lo que representaba a ella sola.
Cuando tenía siete meses de gestación, tuvo uno de sus tan agresivos arranques por lo que comenzó a golpearla a puño cerrado, azotarla contra paredes a demás de amenazarla con un arma de fuego al ponerla en su cabeza, diciéndole que la asesinaría.
Tuvo que acudir con sus papás nuevamente para tener el apoyo necesario, después de dar a luz las cosas no cambiaron a pesar de que la niña ya estaba presente por lo que tuvo buscar un refugio en donde estuvo al rededor de un año y medio para poder evitar a este hombre tan violento.
Gracias a la asociación a la que se acercó pudo ser más valiente y con el apoyo de ellos logró poder meter las demandas y los documentos necesarios para tener un caso sólido para presentar.
Pero aún existen muchas anomalías en el sistema penitenciario que ayuda más ala agresor que ala víctima, por lo que ella se ha visto en la necesidad de acudir a muchas redes de ayuda, sin embargo ninguno le soluciona nada.
"Quiero conservar mi vida, que se le sentencie como debe de ser, que la verdad salga a la luz".