Las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recién abiertas en Calle 10, número 167, colonia Granjas San Antonio, alcaldía Iztapalapa, ya son conocidas entre migrantes que viven en la CdMx y acuden a tramitar los documentos que les permiten radicar en México.
A tres semanas de su apertura, el inmueble recibe todos los días a decenas de extranjeros provenientes de Cuba, Haití, Colombia, Guatemala, entre otros países a los que los solicitantes no quieren regresar.
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Según policías que vigilan las entradas y orientan a los extranjeros que solicitan información, desde su apertura, las oficinas tienen constante flujo de personas. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) se mudó a Iztapalapa desde la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc, ante el descontento vecinal, antes intentó llegar a la colonia Anzures, en la alcaldía Miguel Hidalgo donde también enfrentó protestas de los habitantes de la zona.
Cuando hay mucha gente en las nuevas oficinas, los usuarios pueden tardar hasta una hora en tramitar las constancias que los reconozcan como refugiados; pero quienes sólo acuden a firmar, trámite que deben hacer cada 10 días, tardan 15 minutos o hasta menos.
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Hay personas que acuden a las oficinas de la Comar sin éxito porque los orientan mal cuando es su primer acercamiento con las autoridades mexicanas en su búsqueda por conseguir su condición de refugiado, de acuerdo con la Comar el primer contacto debe hacerse a través de sus oficinas ubicadas en Naucalpan. Es el caso de Marce, quien, con apenas dos semanas en la Ciudad de México, necesita un permiso para quedarse, pero al acudir a las nuevas oficinas le dijeron que ahí no era.
La mujer proveniente de Guatemala quiere ir a Monterrey, porque no le gusta la capital del país. “Aquí no hay trabajo y el que hay lo explotan a uno, quiero ver para tener trabajo en Monterrey, es que él – dijo señalando a su hijo- es mexicano”, agregó.
Aseguró que en la Comisión de Derechos Humanos le dijeron que en la Comar de Iztapalapa le ayudarían, pero en estas oficinas le indicaron que debe acudir a las oficinas de primer contacto, localizadas en el Estado de México.
Daniel García es colombiano, desde 2018 vive en México, y no falta a sus firmas. Señaló que en la Comar le realizaron una entrevista, para darle una Clave Única de Registro de Población (CURP) temporal, con la que ha podido acceder a servicios de salud y a una cuenta bancaria.
“Con la Comar he podido sacar una cuenta de banco y también te dan muchos beneficios, te dan una despensa cuando estás en una situación mala. Cuando te llega a parar la policía aquí en México no te pueden llevar si muestras la CURP, es muy buena atención, no más que está un poquito lejos”, señaló.
Para él, la Ciudad ed México es una ciudad que enamora y que da muchas oportunidades a los extranjeros, más que en su país de origen, ya se describe como un chilango y planea traer próximamente a sus papás. “Vivo en Zona Rosa, es muy tranquilo y no sé si es por mi zona; pero es muy segura, puedo caminar a cualquier hora (...). Llevo ya siete años aquí, México es mi segunda casa ”, dijo.
Yenlis Reyes Cruz tiene 21 años y desde hace nueve meses está en la capital mexicana. Llegó huyendo de su país, Cuba, donde la represión política también hizo huir a su hermano, con quien vive actualmente.
“Fue bien feo, porque tuve que salir en avión; pero pasé por tres países, en autos, en bus, caminando por montañas, por ríos, por todas partes. Fueron 10 días de pura travesía, sola, me enfermé, estuve súper mal; pero lo volvería a hacer mil veces más, aunque fuera peor, no importa”, dijo.
Expuso que, de la CdMx, lo que más le gusta son todas las oportunidades a las que tiene acceso, porque eso no ocurre en su país de origen, por eso una de sus metas en el corto plazo es traer a sus papás. En Cuba, Yenlis era estudiante de Medicina; ahora su plan es estudiar psicología en una universidad pública.
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Aunque opinó que la gente en Cuba es más comunicativa y espontánea que en la Ciudad de México, siempre se ha sentido bien recibida por los capitalinos a quienes califica como amables y educados.
Cuestionada sobre la atención que recibió en la Comar, la joven señaló que durante varias semanas estuvo cerrada la oficina; pero desde que entró en operaciones nuevamente, sus trámites son sencillos. Desde abril de este año reúne los requisitos para que sus papás ingresen a la CdMx y vivan con ella y su hermano.