En agosto se registraron al menos 460 hechos de extrema violencia o que pueden catalogarse cómo atrocidades, con al menos 691 víctimas, informó la organización de la sociedad civil, Causa en Común.
Señaló que en agosto, la tortura fue el tipo de atrocidad que se registró con más frecuencia en los medios locales y nacionales, con al menos 130 registros, siendo Guanajuato la entidad con más casos.
De igual forma, se registraron al menos 78 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres, 45 asesinatos de mujeres con crueldad extrema, 42 masacres y 28 actos violentos entre grupos delictivos o contra la autoridad.
En las diversas categorías de atrocidades, julio y agosto son los meses con mayor número de víctimas en lo que va del año (1,528).
De enero a agosto de 2021, se han registrado, al menos, 3,655 atrocidades y 4,824 víctimas. Los estados donde se registraron más noticias fueron Guanajuato (264), seguido por Jalisco (196), Estado de México (191), Michoacán (153) y Veracruz (142).
Los estados con el menor número de noticias sobre atrocidades fueron: Coahuila (11), Yucatán (11), Durango (14), Aguascalientes (18) y Baja California Sur (18).
En la ciudad de México se registraron 47 noticias, 46 hechos de violencia extrema y 65 víctimas. En el Estado de México 175 noticias, 191 hechos de violencia extrema y 197 víctimas.
Causa en Común resaltó que habrá un número indeterminado de atrocidades que no fueron registradas por los medios.
Para efectos del estudio, se define “atrocidad” como el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo; para causar la muerte de un alto número de personas; para causar la muerte de personas vulnerables o de interés político, y/o para provocar terror.
La organización de la sociedad civil propuso que cada ciudadano y cada comunidad tiene la responsabilidad de exigir a los gobiernos locales y al federal, al menos: a) reformas de cuerpos policiales y de fiscalías que atienden insuficiencias como bajos sueldos, prestaciones incompletas, capacitación deficiente, y equipos e infraestructuras insuficientes; y b) la resolución de casos que han agraviado a la comunidad, con investigaciones sólidas.
Son indispensables las aproximaciones sociológicas que trascienden los enfoques meramente policiacos, que permitan la comprensión de las realidades locales, y que contribuyan a la construcción de políticas de seguridad, de prevención y sociales, que respondan a las realidades de cada comunidad y región del país.
Es también evidente que la acumulación de violencias y atrocidades refleja patologías graves que presentan un reto social mayúsculo. A los enfoques policiales y sociológicos, deben sumarse enfoques psicológicos.
Por ello, contrario al desmantelamiento prevaleciente de estructuras y programas del sector salud, deben éstos fortalecerse e incluir, de manera prioritaria, la atención psicológica especializada a escala nacional.
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