Durante 15 días, Celestino Juárez ha tenido que atravesar varias cuadras llenas de aguas negras emanadas de las alcantarillas, con restos de heces fecales y animales muertos, para poder salir de la zona inundada y desplazarse a su trabajo.
Diariamente, el habitante de la colonia Culturas de México, en Chalco, deja su vivienda a las 4 de la mañana y emprende el camino acompañado de su esposa, quien en suelo seco le ayuda a cambiarse de zapatos y ropa.
“Mi esposa me acompaña hasta donde ya no hay agua. Me quito las botas, me pongo los zapatos y mi esposa se regresa con mis botas. A veces también me cambio de pantalón si me llego a mojar porque en la madrugada sube el nivel de agua”, contó a El Sol de México.
Celestino lleva más de 25 años viviendo en esa colonia, donde, aseguró, no es la primera vez que hay una inundación. Sólo este año, su casa, ubicada en la calle Tarascos, se ha llenado de agua ocho veces.
“Honestamente no nos estamos bañando diario porque llenamos el drenaje con la misma agua que nos bañamos, entonces no podemos ni bañarnos, ni lavar los trastes, ni lavar la ropa porque necesitamos que baje el agua, no podemos hacer nada”, indicó.
Su familia, integrada por ocho personas, ha tenido que adoptar medidas de higiene para evitar alguna enfermedad, así como dinámicas para entrar y salir de su hogar.
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“Cuando mis hijos llegan de la escuela nos avisamos para ayudarles a cargarlos o prestarles las botas. Y nos tenemos que subir al primer piso porque abajo tenemos todo inundado”, señaló.
Este año, destacó, ha sido uno de los más complicados, pues anteriormente el agua se metía a su casa, pero era posible sacarla. En esta ocasión el agua subió más de medio metro e inundó su sala, cocina y algunos cuartos de la planta baja, además de dañar varios de sus muebles.
Juana Pineda, quien también vive en esa colonia, tuvo que enviar a sus hijos con familiares que viven en el municipio vecino de Ixtapaluca.
“Mi esposo y yo venimos diario para vigilar los bienes, aunque muchos se echaron a perder venimos a cuidar los muebles que alcanzamos a rescatar, para sacar el agua que se sigue acumulando y ver que no se meta la delincuencia a robar lo poco que nos queda”, expresó
Juana dijo que de los 38 años que lleva viviendo en la colonia, al menos en 15 años se han registrado los mismos problemas de inundaciones.
“No queremos que nos recuperen lo material, lo que pedimos es que nos den solución a este problema que viene desde 2009 y que año con año nos prometen que se va restaurar, pero nomás no lo han hecho. Antes el agua tardaba en irse, pero se iba, esta vez no, ya subió más el nivel, se colapsó, se fracturó lo que es el conducto y no hay modo de que se vaya”, señaló.
Resaltó que las autoridades brindan comida y medicinas que no son suficientes, además de que no les garantizan productos de higiene como cubrebocas, guantes y desinfectantes.
“Nos ayudan un poco con los alimentos que son dos veces al día, a veces alcanzamos y a veces no. Tenemos que salir los adultos a traer los alimentos, me ayudan a pasar con las lanchas porque de otra manera no se puede. Para bañarnos, asearnos y hacer del baño tenemos que salir con familiares”, agregó.
La mujer teme por el foco de infección que representan las aguas negras, que brigadas del Grupo Tláloc intentan limpiar con biodigestores líquidos a fin de inhibir las bacterias y el mal olor, aunque este persiste.
“Esto ya se salió de control, ya está muy mal, ya hay muchas bacterias, incluso hay animalitos muertos, la gente lo que hace es sacarlos a la calle y cada vez huele peor de los animales muertos, las ratas, excremento y el olor para dormir ya es insoportable”, señaló.
Apenas el jueves, luego de la visita de la gobernadora Delfina Gómez, el Ejército tomó un papel más activo en las tareas de limpieza y apoyo a la población, pues según los afectados los días pasados sólo vigilaban la zona.
José Manuel Ramírez Martínez, comandante de la 37 zona militar en Santa Lucía Estado de México explicó que llevan varios días apoyando a los vecinos de la colonia con la limpieza de calles, desazolve en la tuberías, así como garantizarles seguridad.
“Recordemos que el plan DN-III se aplica en cuanto ocurra un fenómeno natural, en este caso una lluvia el personal sale hacer recorridos de patrullaje y si hay afectaciones de inmediato se aplica el plan en auxilio a la población (...) Estamos realizando limpieza con los vactor, retiro de material, apoyar a las personas en el traslado ya sea en las lanchas”, resaltó.
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De acuerdo con Ramírez, por las noches patrullan las calles para evitar saqueos, pues muchas familias de las 600 afectadas han dejado sus hogares; sin embargo, los vecinos afirman que a cierta hora se retiran.
En tanto, autoridades de salud ofrecen medicamentos como antibióticos para evitar enfermedades por las aguas sucias. Además de aplicar vacunas para Hepatitis B neumococo 13-valente y tétanos.