El patrón de consumo de las familias ha cambiado drásticamente, se han dejado de adquirir despensas semanales o quincenales y se impone la compra diaria de alimentos, exclusivamente lo necesario, y cada vez en menor calidad y calidad.
Así lo reveló Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes ANPEC al dar a conocer los resultados de la 16° encuesta sobre Hábitos de Consumo y Pobreza que se levantó en la última quincena en establecimientos de la Ciudad de México, Estado de México y 18 estados más del país.
Cuauhtémoc Rivera alertó que de continuar la burbuja inflacionaria, el incremento de la pobreza y pérdida del poder adquisitivo, México podría estar en la antesala de una crisis económica similar a las que se presentaron en la década de los 80's.
De acuerdo con resultados de esta encuesta, el 80% de los consumidores pide fiado, modalidad que registró un incremento de 30% respecto al último semestre. Recordó que en 2019, el 40% de los clientes del comercio en pequeño pedían fiado.
Lo que motivó este estudio fue buscar despejar como la inflación en las ventas, en los precios de los productos ha empobrecido el consumo. Los hallazgos encontrados son, “amén de ilustrativos, alarmantes”: 94.02% de los encuestados consideró que el consumo de sus clientes es bajo e insuficiente.
El 64.23% observó que sus clientes consumen contra lo que les alcanza, sin considerar marcas, pesaje o criterios de salud, y el 63.71% manifestó que sus clientes solo lograrían comer saludable si tuvieran una mayor educación nutricional.
Al destacar que de acuerdo con resultados de la encuesta el 85.70% de los consultados dijo que a la comunidad que sirven no les alcanza para comprar la canasta básica, Cuauhtémoc Rivera señaló que el 80% de los clientes piden fiado.
En cuanto a los cambios que registra el patrón de consumo de las familias, debido a la caída del poder adquisitivo, Cuauhtémoc Rivera precisó que en el caso de las tortilla la compra es por medios kilos; el huevo por pieza, un solo litro de leche, pan de barra y embutidos y quesos menos de medio kilo.
La compra de frijol, arroz y azúcar ha bajado a medios kilos y ha migrado a productos a granel, mientras que en el caso de frutas de verduras la compra es por pieza al igual que ocurre con la carne de pollo o res.
“Indudablemente la sensación térmica de la inflación en el consumo es mucho mayor de lo que se reporta por las instituciones oficiales, la realidad de mercado es aún más caliente y está afectando dramáticamente la alimentación y la calidad de vida del pueblo trabajador mexicano”, apuntó Rivera.
Asimismo, la encuesta reveló que al cliente promedio no le alcanza para comprar la canasta básica, por lo que el consumo está migrando en definitivo a lo del día y exclusivamente lo esencial, en una suerte de auto racionalización alimentaria, obligada por la pobreza.
Señaló que esta realidad del pequeño comercio afecta directamente a más de 1 millón 200 mil pequeños comercios del país: 88.24% señaló que sus ganancias no se han recuperado respecto a antes de la pandemia; 63.37% manifestó pérdidas de hasta un 20%; para colmo de males 36.17% tuvo cierres temporales de al menos un mes en lo que va de la pandemia por restricciones y prohibiciones decretadas; 49.63% casi la mitad del sector ha sido víctima de algún delito.
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