El peatón va en la defensa de más espacios

La tercera parte de los viajes que se hacen diario se realizan a pie, lo que provoca salud física y mental: UNAM

El Sol de México

  · domingo 16 de agosto de 2020

En el Centro Histórico hay calles exclusivamente peatonales / Roberto Hernández | El Sol de México

Sortear puestos ambulantes, conductores de autos y camiones que ignoran los semáforos o invaden las rayas pintadas en el asfalto (cebra), las mesas de restaurantes, anuncios y hasta desechos de animales sobre la banqueta, son algunos de los retos que día a día enfrentan las personas al desplazarse por calles y avenidas.

Académicos de la UNAM consideran que caminar es el modo de transporte más importante; la tercera parte de los viajes que se realizan todos los días se hace únicamente a pie, y del resto, prácticamente la totalidad requiere andar uno o dos tramos.

Se trata de un tipo de movilidad gratuito que proporciona salud física y mental. Renée y Bernardo tienen en común serpeatones: todos los días se mueven por una de las vialidades más importantes de la Ciudad de México y una de las más largas del mundo: la avenida de los Insurgentes.

Ambos llegan a pie para abordar el transporte público, y ninguno sabe que este 17 de agosto se celebra el Día Mundial del Peatón.

Renée, de 25 años, es estudiante de Odontología. Como caminante en esta urbe ha tenido experiencias graciosas, como ir vestida completamente de blanco rumbo a la escuela y ser salpicada por un auto que pasó por un charco cercano, o “caerme, hacer como que nada pasó y quedarme tirada hasta que la gente se distrae para pararme”.

A fin de que los caminos sean más seguros para los peatones, sugiere que haya más semáforos para la gente. “A mí me ayudan mucho para cruzar la calle en el momento adecuado, porque a veces no se ven bien los semáforos para los autos y quienes cruzamos no sabemos si ya tenemos derecho de paso”.

Bernardo tiene 29 años; es partidario de los derechos del peatón y esa tendencia le produce continuos enfrentamientos con los automovilistas que infringen ciertas normas como, por ejemplo, subir sus coches a las banquetas o detenerse en las cebras (paso peatonal). “Es curioso que se ofendan porque les reclamas”.

Él señala que hace falta una mejor planeación urbana que no sólo se enfoque en el uso del automóvil, y que la infraestructura dedicada a la gente que camina tenga los cuidados adecuados, porque a veces las banquetas están descuidadas, rotas, con rampas muy elevadas o quienes viven frente de ellas se las apropian para poner altares, puestos, jaulas, e incluso hasta vehículos.