Este 19 de septiembre, día del macrosimulacro, para recordar a las víctimas de los sismos de 1985 y 2017, fue de dolor para los padres de 19 niños que perdieron la vida bajo las lozas del colegio Enrique Rébsamen.
Con una misa, en que fueron citados los nombres de los niños: Diego, Eduardo, Fernanda, Santi, Moni, Eduardo, Eileen, Aned, Karla, Alexis, Joshua, Alexandra, Valentina, Paquito, Gus, Daniela, Óscar, Andree y Diego, se les recordó.
Ese 19 de septiembre de 2017, habían realizado el simulacro en recuerdo al sismo de 1985, ya estaban de nuevo en sus salones, algunos dejaban la clase, cuando a las 13:14 inició el movimiento telúrico.Un sismo de 7.1 grados, con epicentro en el estado de Puebla, sacudió la pesada construcción, cuya estructura no resistió y se vino abajo.
Vecinos, trabajadores, padres de familia que ya estaban en el lugar entraron y entre el polvo de la destrucción, aturdidos por la tragedia y con el llanto de personas mayores y menores que sufrían crisis o dolor, sacaban heridos.Por desgracia 26 personas, de ellos 19 alumnos, no pudieron salir.
Por horas trabajaron voluntarios, rescatistas, policías, el ejército, pero nada se pudo hacer.Hoy, a dos años de aquella fatídica tarde, padres y madres de estos menores acudieron a una misa, donde las lágrimas de dolor no pudieron ser reprimidas, con abrazos quisieron darse fortaleza, pero nada calma el dolor de perder a un hijo.
La construcción de lo que fue el Colegio Enrique Rébsamen ha sido bardeada con madera, pero aún se puede ver dentro pedazos de concreto con varillas, pizarras, pupitres volcados y un auto aplastado, que permanecen como mudos testigos de aquel día.
Como parte de este homenaje soltaron decenas de globos blancos, con frases para los niños que deben estar en el cielo, hasta donde sus padres elevan sus plegarias, porque dicen: se marcharon antes de tiempo.
ADM