Para la Ciudad de México resulta fundamental atender los problemas ambientales; como el cambio climático, la escasez, distribución y contaminación del agua, la deforestación y desertificación, así como la pérdida de cobertura forestal, tanto en suelo urbano como en suelo de conservación.
Así lo consideró la Diputada local por Morena, Guadalupe Aguilar Solache, quien apuntó que históricamente los árboles han sido considerados benéficos estética y ornamentalmente, pero hoy en día se considera que prestan múltiples beneficios; absorben contaminantes, reducen el ruido del tránsito vehicular, son barreras cortaviento, son refugio de fauna, ayudan a reducir la radiación solar y la evapotranspiración, entre otros; señaló la legisladora.
En ese sentido, presentó ante el Pleno del Congreso local una iniciativa con punto de acuerdo, con el que se exhorta a la Secretaría del Medio Ambiente de la capital y a las 16 demarcaciones territoriales, para que en el ámbito de sus atribuciones, implementen un programa de restauración del arbolado urbano y para que se supervise una adecuada poda para prevenir daños severos a la vegetación.
En la Ciudad de México existe la Norma Ambiental 001-RNAT-2006, donde se establecen los requisitos y especificaciones técnicas que deben cumplir las autoridades, empresas privadas y particulares; para la adecuada poda, derribo, trasplante y restitución de árboles en territorios urbanos.
No obstante, “al recorrer nuestra ciudad es común observar paisajes deprimentes debido a la gran cantidad de árboles cuyas actividades de poda contravienen dicha normatividad ambiental teniendo arboles con copas desproporcionadas y desequilibradas, ramas rotas por su peso excesivo, ramas desgarradas por el golpeteo de vehículos ya que invaden los carriles del tráfico pesado y estructura de copas mochas y disparejas que interfieren con la infraestructura y funcionamiento óptimo del alumbrado público”, explicó.
Aguilar Solache refirió que en 2019 se realizó el Censo de Arbolado o Censo Verde, proyecto que se llevó a cabo en colaboración con el Instituto de Biología de la UNAM y la alcaldía Cuauhtémoc, lo que permitió recabar información del arbolado urbano, como las medidas de la estructura del árbol, estado fitosanitario, geolocalización, fotografías, especies acompañantes, presencia de plagas, entre otros.