El Coordinador de Incendios en la Región de Coatepec, adscrito a la Protectora de Bosques del Estado de México, Casildo Román Solórzano, afirmó que en los más de 624 siniestros registrados hasta el corte del 5 de abril, se ha recurrido, entre otras estrategias, a las brechas corta fuego y a las llamadas líneas negras.
Con 33 años de experiencia en el combate de incendios forestales, Román Solórzano dijo que las brechas cortafuego son la única manera de retirar los combustibles; es decir, todo lo que las llamas pueden alcanzar.
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“La brecha cortafuego es para frenar la velocidad y propagación del fuego”, manifestó, tras explicar en qué consisten cada uno de estos métodos para proteger los bosques y cómo funcionan.
Las brechas cortafuego consisten en la remoción de material combustible y las líneas negras se refieren a la quema de este material. “El objetivo es delimitar un perímetro que mantenga áreas específicas a salvo del fuego; también permite retener la velocidad y la propagación del fuego”.
El material combustible es la vegetación o residuos que pueden encenderse y arder; se divide en tres tipos de acuerdo con su capacidad ignición: ligero, es la hojarasca, pasto o materia orgánica en descomposición; mediano, son las ramas, raíces y conos; el pesado son los troncos, ramas gruesas y materia orgánica compacta, que tienen un tiempo de combustión muy lento.
Con este material se elaboran las líneas negras, para ello se delimita una franja de al menos tres metros a la cual se le prende fuego controlado y supervisado, así agotan el combustible que represente riesgo.
“La herramienta que utilizamos es especializada, esta herramienta es un McLeod (un rastrillo para tierra), especializado para el combate a los incendios, trabajamos utilizando nuestro equipo para retirar los combustibles, limpiando el material que se encuentra por encima de la capa superficial”, explicó.
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Detalló que para que no pueda brincar el fuego “debemos de llegar hasta suelo mineral, hasta la piedrita de abajo, es donde ya el fuego ya no puede continuar superficialmente ni subterráneo”.
El brigadista recordó que, para tener éxito en la apertura de las brechas y la realización de líneas negras, los combatientes toman en cuenta las condiciones climáticas, uno de los factores que afecta este trabajo, es el viento, el cual genera que en ocasiones el fuego cruce la brecha, por lo que es necesario generar una segunda línea para retenerlo, encerrarlo y que no avance.
Es preciso mencionar que, para enfrentar estos 624 incendios, Probosque cuenta con 54 brigadas oficiales y 563 combatientes, quienes han realizado 153 kilómetros de brechas corta fuego; 228 hectáreas de quemas controladas y 70 kilómetros de líneas negras.
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