Entre el ejército de servidores públicos que no han parado durante los meses de la pandemia se encuentran los carteros y empleados del Servicio Postal Mexicano (SEPOMEX). Su compromiso y habilidad en el manejo de la correspondencia, y acostumbrados a los riesgos que implica los caminos de la República, ha motivado a que el personal de correos no baje la guardia pese a las complicaciones que ha traído este año pandémico.
Ricardo Ugarte es uno de los 7 mil 805 carteros que tiene registrados en todo el país el SEPOMEX, cuenta con 20 años de trayectoria entregando correspondencia, 13 de ellos en la alcaldía Tlalpan de la Ciudad de México y los últimos 7 en las unidades habitacionales del municipio mexiquense de Chicoloapan.
Recuerda con nostalgia que en toda su trayectoria nunca vivió tiempos tan difíciles como los que ha dejado la pandemia del Coronavirus, ni siquiera en la epidemia de Influenza ni en otras crisis económicas.
Es realmente triste llegar a las casas y enterarse de que la gente ha fallecido, uno se encariña con los usuarios por muchas emociones que compartimos por la entrega de la correspondenciaRicardo Ugarte, cartero del SEPOMEX con 20 años de experiencia
Reconoce que su trabajo ya era riesgoso, “a los peligros que implica la calle como los asaltos, los accidentes y los ataques de perros, ahora le sumamos el riesgo de la pandemia, estamos muy expuestos porque andamos casa por casa, pero tratamos de tomar las precauciones”. Agrega que los trabajadores con enfermedades crónicas fueron enviados a sus casas a fin de no ponerlos en riesgo, pero él por su condición sana no ha parado en todo lo que va de la pandemia.
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Aclara que su mayor motivación para enfrentar todos las inclemencias que sufre el cartero ha sido el amor por su trabajo. Aunado al salario y las prestaciones que cuenta como trabajador al servicio del Estado, el mejor pago que tiene es el de recibir una sonrisa o un gesto de agradecimiento al entregar en las manos el sobre que la gente tanto espera.
Además de la pulcritud, pues argumenta que son la última impresión de los usuarios del SEPOMEX, Ricardo sabe que en su oficio importa mucho la perseverancia, “como en la vida misma, en este trabajo hay que evitar retroceder, organizar lo mejor que se pueda la ruta o rumbo antes de subirse a la motocicleta, y recorrer las calles entregando la correspondencia de manera rápida y ágil para dejar los pisos limpios”, término utilizado entre los carteros para referirse a la entrega total de las cerca de 400 cartas que le asignan en un día.
De no ser así, a su regreso a la oficina de correos adscrito deberá llenar y entregar al jefe de carteros un formato conocido como “razonamiento postal” en el cual da detalles del porqué no se entregó una carta, “entre las causales más comunes están los cambios de domicilios, fallecimientos, usuarios que se reúsan a recibir los sobres –especialmente cuando se trata de pagos- así como el riesgo por perro peligroso”, esta última circunstancia de la cual Ricardo ha sido víctima en dos ocasiones.
Las herramientas de trabajo con las que cuenta un cartero son una bici o motocicleta, o sus pies, pues hay carteros que realizan su recorrido a pie, como lo hizo Ricardo en sus inicios caminando hasta por más de cinco horas. Cuentan también con un lector infrarrojo llamado "polilop" con el que llevan un registro de los tiempos de entrega de la correspondencia. Un cartero no puede salir a ruta sin su silbato, instrumento que le da identidad y avisa a los usuarios que la carta ha llegado.
Debido a los riesgos y entrega a su trabajo hoy se conmemora el Día del Cartero y Empleado Postal, festejo que se institucionalizó en 1931 por el presidente Pascual Ortiz Rubio. Ni por ser día festivo en el gremio ellos pararán, aunque si recibirán llamadas, mensajes y el agradecimientos de viva voz de quienes reconocen la importancia de su labor
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