Ciudad de México.- El Valle de México encabeza la lista de las zonas metropolitanas del país más peligrosas para ciclistas y peatones. Son la velocidad y el alcohol las causas en 3 de cada 4 atropellamientos fatales; de los cuales, 2 de cada 3 responsables se dan a la fuga.
Ni el confinamiento derivado de la emergencia sanitaria por Covid-19 pudo disminuir las muertes por accidentes de tránsito, al contrario, la proporción de pacientes con traumatismo grave relacionado a siniestros viales hospitalizados en el IMSS se duplicó al pasar de 6.8% a 11.2%, debido al aumento de velocidad motivado por el menor número de vehículos en circulación.
El primer informe anual Ni Una Muerte Vial 2019, desarrollado por la organización Céntrico, con el apoyo de especialistas en seguridad vial y organizaciones de víctimas de la organización Reacciona por la Vida, advierte que en México cada año los accidentes viales, como atropellamientos, choques, caídas y volcaduras dejan un saldo de 16 mil víctimas fatales.
Al pronunciarse por la construcción, discusión y aprobación de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial para México, los activistas señalan que el 84% de las víctimas mortales por incidentes viales son peatones y 15% ciclistas.
Destacan la abrumadora impunidad de quienes provocan víctimas mortales. “En 65% de los incidentes viales mortales de 2019, los responsables se dieron a la fuga y sólo un 5% llegó a ser alcanzado y detenido. Esto hace que, en 6 de cada 10 casos, las víctimas suelen quedarse sin acceso a la justicia dado que, además, son raros los casos donde existen cámaras o testigos que permitan avanzar las investigaciones” dijo Xavier Treviño Theesz, de la organización civil Céntrico e integrante de la Coalición Movilidad Segura.
A su vez, Alejandra Leal, codirectora de Céntrico destacó que una coalición de organizaciones de la sociedad civil y especialistas trabajan con el poder legislativo para lograr los consensos que permitan la aprobación de una Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, que integre las mejores prácticas internacionales y criterios de política pública para transformar la movilidad en las ciudades.
A nivel nacional, el informe Ni una Muerte Vial 2019 subraya que los estados con mayor número de fallecidos por accidentes viales en 2019, fueron: Guanajuato, Estado de México, Veracruz, Ciudad de México y Tamaulipas.
En cuanto a los municipios, encabezan la tabla como los más peligrosos para ciclistas y peatones: Puebla, Juárez, León, Monterrey y Toluca; mientras que las zonas metropolitanas con mayor incidencia son: la Zona Metropolitana del Valle de México, Monterrey, Guadalajara, Puebla y Toluca.
CIUDAD PELIGROSA
En la Ciudad de México se registraron durante 2019 un total de 13 mil 730 incidentes de tránsito, los cuales dejaron un saldo de 13,358 lesionados y 372 fallecimientos, según la página de datos abiertos DATA CDMX.
Por tipo de incidente, los datos oficiales registraron 6,359 choques; 3,957 atropellamientos; 2,809 derrapones; 280 volcaduras; 236 caídas de pasajeros y 96 caídas de ciclistas.
La alcaldía que encabeza la lista con mayor número de incidentes de tránsito es Cuauhtémoc con 2,148 eventos; seguida por Iztapalapa con 1,928; Gustavo A. Madero con 1,309; Miguel Hidalgo con 1,205 y Coyoacán con 1,175.
De acuerdo con el informe Ni Una Muerte Vial 2019, Xavier Treviño señaló en entrevista para LA PRENSA que, a nivel nacional, con base en notas de prensa, redes sociales y medios electrónicos se contabilizaron un total de 2,957 fallecimientos de peatones y ciclistas.
En la Ciudad de México se contabilizaron 171 fallecimientos por atropellamiento, de los cuales, 157 corresponden a peatones, 12 a ciclistas y 2 a monopatín.
Indicó que las alcaldías que registran la tasa de letalidad más altas por número de peatones y ciclistas fallecidos en hechos de tránsito son: Iztapalapa (24), Gustavo A. Madero (20) y Cuauhtémoc (15).
Otro dato interesante del Informe es el que se refiere a las calles más mortales. En este análisis, se encontró que las vialidades más peligrosas de la zona metropolitana son la Autopista México-Pachuca, Circuito Interior, Periférico, Calzada Ignacio Zaragoza, Autopista México-Querétaro y Texcoco-Lechería.
“Todas estas muertes son tan solo el pico del iceberg, porque además hay una cifra mayor de lesionados graves y no tan graves. Además, están las muertes de conductores, pasajeros y choferes de transporte público o de carga”, puntualizó Xavier Treviño.
LA OTRA PANDEMIA
Para detener esta otra pandemia, 49 organizaciones de la sociedad civil trabajan por una Ley General de Movilidad y Seguridad Vial. Ramón Vara, en representación de familiares de víctimas viales, aseguró que nadie tiene porqué morir en las calles y es urgente priorizar la vida de las personas.
Xavier Treviño, director de Céntrico señaló que la Ciudad de México y 15 entidades más del país cuentan con leyes de movilidad, mientras que otras 16 entidades tienen todavía leyes de transporte o reglamentos de tránsito. De ahí la necesidad de aprobar una Ley General de Movilidad y Seguridad Vial que ofrezca un piso común a nivel nacional, para establecer el derecho a la movilidad segura, equitativa, sustentable y segura.
En materia de regulación, la Ciudad de México no está tan mal para el estándar del país, pero el reto es cómo convertir este instrumento en derechos y mayor seguridad para los ciudadanos, destacó Xavier Treviño.
De acuerdo al análisis de las 16 leyes de movilidad que existen en el país y los parámetros de calidad, se pudo determinar que las legislaciones de Nayarit y Colima alcanzaron calificaciones de 7 y la Ciudad de México obtuvo el tercer lugar con una calificación de 5, en una escala del 1 al 10. “Pero ahora lo difícil es hacer valer lo que está plasmado en esta Ley y cómo mejorar la calidad de vida y seguridad de las personas”, señaló.
VELOCIDAD LETAL
La mitad de los hechos de tránsito están relacionados con la velocidad, indicó Xavier Treviño, director de Céntrico al considerar que una de las primeras estrategias para atacar esta otra pandemia es lograr que los vehículos circulen más lento, sobre todo en la noche y cuando hay menos tránsito.
Consideró que el tema de velocidad, junto con el diseño de calles y vialidades, son dos estrategias clave para disminuir la tasa de mortalidad por accidentes de tránsito.
“Está bien que existan vías rápidas, pero en zonas urbanas, donde la gente cruza constantemente, esas vialidades son inaceptables, sobre todo, si no las dotamos de infraestructura adecuada y segura para cruzar, como son los puentes peatonales y las rampas”, indicó Xavier Treviño.
Indicó que la primera estrategia que proponen las organizaciones no gubernamentales y los especialistas en materia de movilidad segura es deshacerse del modelo de vías rápidas dentro de la ciudad y dejarlas solo para zonas suburbanas, como sería el Circuito Exterior Mexiquense.
Otra segunda estrategia, explicó, es el fortalecimiento de foto multas para sancionar las conductas inapropiadas de velocidad, pues una de las razones por las cuales se rebasan los límites de velocidad es porque se parte de la idea de que no hay sanciones.
VÍCTIMAS INVISIBLES
En la Ciudad de México, 2 de cada 3 responsables de atropellamiento se fugan, lo que complica la posibilidad de que las víctimas puedan acceder a la justicia, indicó Xavier Treviño, director de la organización civil Céntrico.
El especialista advirtió que el acceso a la justicia, sobre todo en temas penales es otro de los grandes pendientes en materia de movilidad segura.
En la Ciudad de México es más difícil que los responsables de un percance se den a la fuga, no porque no quieran, sino porque no el mismo tránsito lo dificulta, indicó Xavier Treviño.
Mencionó como ejemplo el reciente caso de Mario, un joven ciclista que fue atropellado por una unidad de transporte público que no tenía seguro de responsabilidad civil, pese a ser un requisito indispensable y obligatorio para todo vehículo que circula en la Ciudad, sobre todo, si es de transporte público.
“Todo esto se va enlazando, por un lado, la falta de cumplimiento de la ley, por otro, la falta de control del Estado, lo que genera conductas ilegales e impunidad”, advirtió.
Otro ejemplo de la importancia de reducir los límites de velocidad ha sido el incremento de muertes por accidentes viales durante la pandemia, pese a la disminución de vehículos en circulación.
Entre marzo y julio bajó el flujo vehicular y si bien es cierto que se redujo el número de accidentes, se incrementó el número de fallecimientos porque los incidentes se volvieron más graves y letales por el tema de la velocidad.
Explicó que generalmente los automovilistas suponen que reducir la velocidad es aumentar el tiempo de traslado a su destino, lo cual es totalmente falso, porque se trata de reducir la velocidad pico, no la velocidad promedio, que es con la que cotidianamente todos los vehículos se mueven en la ciudad.
El activista y experto en temas de movilidad señaló que las organizaciones civiles trabajan con el Poder Legislativo en una ley que contemple asuntos prioritarios y básicos para garantizar la seguridad de todos los usuarios de las vialidades, pero no descartó que en un futuro se proponga a la industria automotriz la fabricación de vehículos con gobernador de velocidad para su uso exclusivo en zonas urbanas, como ya ocurre con el caso de algunas motocicletas y autobuses de pasajeros.
DATOS INEGI
A propósito del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de los Accidentes de Tráfico (el tercer domingo de noviembre), el INEGI informó que, durante 2019, uno de cada 100 eventos de tránsito correspondió a accidentes fatales, en tanto que 18 de cada 100 fueron accidentes no fatales.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía detalló que en 2019 se reportaron 4 125 decesos en el lugar del accidente y 91 713 heridos, siendo Jalisco, Chihuahua, Sinaloa, Michoacán, Ciudad de México, Nuevo León, Guanajuato y Sonora, las entidades del país que concentran el 48.5% de las muertes por accidentes de tránsito registrados en el lugar del accidente.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó en 2005 el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Accidentes de Tráfico como una fecha para reflexionar sobre las causas y consecuencias de los hechos de tránsito, así como sobre la labor de los servicios de apoyo y rescate, de los esfuerzos desplegados en todo el mundo para reducir las muertes por accidentes de tráfico.
La conmemoración sirve también de motivo para concientizar sobre el costo económico que producen estos siniestros que alcanzan hasta 3% del PIB de los países, según la estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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