Un bloqueo intermitente, que inició aproximadamente a las 11:00 horas y se mantuvo a lo largo del día, colapsó las principales avenidas de la alcaldía de Tlalpan pese a las negociaciones para retirar a los manifestantes que hizo el secretario de Gobierno de la CDMX, Martí Batres.

El daño hecho incluye la afectación en el libre tránsito de más de un millón de personas, filas de autos de hasta 10 kilómetros de largo en las intersecciones más importantes del sur capitalino y la interrupción del servicio de Metrobús desde -y hasta- la estación Villa Olímpica.

La gente, incluyendo niños, ancianos y mujeres embarazadas, que normalmente utiliza ese medio de transporte tuvo que caminar los casi seis kilómetros de subida que hay entre las estaciones Villa Olímpica y El Caminero; el trayecto implica una caminata de casi 90 minutos a una velocidad media, los que mejor pudieron sobrellevarlas cosas fueron los motociclistas que lo mismo invadían las aceras, se metían en sentido contrario o avanzan serpenteando entre las unidades detenidas.

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Negociaciones inútiles

Las negociaciones para que dejaran funcionar al Metrobús hechas por el secretario de Gobierno capitalino fueron inútiles, los bloqueos intermitentes realizados por un grupo de menos de 200 personas continuaron sobre la avenida, lo que provocó que a lo largo del día las calles secundarias de la alcaldía fueron rebasadas por la enorme cantidad de vehículos que estaban buscando una salida hacia el sur.

Los bloqueos fueron colocados en lugares estratégicos, pequeñas zonas de fácil control y con una gran movilidad vehicular, funcionaron como tapones en cuellos de botella.

Al final del día, los manifestantes comenzaron a retirarse poco después de las 20:00 horas, sin embargo, no hubo un avance sustancial en las avenidas hasta una hora después.

Uno de los cruces más afectados fue el de Periférico y Tlalpan, ahí los autos duraron estacionados hasta más de 60 minutos esperando que se pudiera despejar el camino, las colonias que están pegadas al Instituto Nacional Electoral (INE) y la zona de hospitales se llenaron de autos intentando escapar, así como de gente que se arriesgaba a caminar hacia zonas donde se pudiera tomar un nuevo transporte público.

Eso provocó largas filas de caminantes que se desplazaban de Tlalpan sobre Periférico Sur para intentar alcanzar transporte público en Insurgentes, otros se movieron hacia avenida del Imán y otros grupos hacia Viaducto-Tlalpan que estaba a vuelta de rueda.

Brincaron camellones y jardineras

Sobre Calzada de Tlalpan, en la salida a Cuernavaca, había más de 50 autobuses detenidos en diversos tramos, muchos de ellos se pasaban de la lateral hacia los carriles centrales por encima de los camellones y las jardineras, ese ejemplo fue continuado por camionetas familiares y tipo pick up y, ¿por qué no?, camiones de carga, todo frente a la complacencia de la policía que estuvo rebasada por la enorme cantidad de unidades dispuestas en un pequeño cuadrante. En Insurgentes rumbo al sur, la situación no mejoró nada, al tráfico habitual de los viernes en la noche se le sumaron los autos que no fueron alertados a tiempo de los cierres en la carretera, eso provocó que la fila de autos iniciara desde antes de la parada del Metrobús de Dr. Gálvez, y siguiera más allá de la intersección entre Calzada de Tlalpan e Insurgentes, casi 12 kilómetros con autos que circulaban a menos de 10 kilómetros por hora, en la desesperación muchos autos decidieron invadir los carriles confinados para el Metrobús que se mantuvo suspendido.

Las colonias que están en la zona sur de Tlalpan, la parte alta de la alcaldía, fueron invadidas por microbuses que buscaban nuevas rutas que les permitieran llegar a su destino creando nuevos epicentros del caos en la alcaldía de Tlalpan.

Calles pequeñas fueron invadidas por automovilistas desesperados buscando caminos. A la hora del cierre de esta edición la normalidad en la zona no estaba recuperada.

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