Los caminos por los que avanzan las bicicletas eléctricas, vehículos que han cautivado a diferentes sectores de la población, resultan cómodos por el precio, pero inseguros por su tamaño, potencia y al margen de la ley de movilidad.
El mercado de las bicicletas eléctricas en México actualmente se estima en alrededor de 130 millones de pesos, y se espera que alcance los 150 millones de pesos para el 2029, según estadísticas de Mordor Intelligence.
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En los últimos años, las bicicletas eléctricas, procedentes mayoritariamente de China, han cautivado el mercado mexicano con ofertas irresistibles en costo, mantenimiento y, sobre todo, movilidad más eficiente. Sin embargo, su popularidad ha generado un debate en torno a su seguridad y calidad.
Usuarios de estos vehículos eléctricos ya han perdido la vida en la vía pública; su tamaño y potencia les permite circular en el carril confinado de bicicletas, así como en otros carriles, incluso, se les puede ver circulando sobre las banquetas, sin un casco apropiado, ni ningún equipo de seguridad para evitar incidentes fatales.
Hasta el momento, estás bicis se encuentran fuera de la ley, ya que la figura de estas unidades no se encuentra estipulada en el Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, por lo que las sanciones no quedan claras, en tanto, su presencia cada vez es más numerosa, con un aumento de accidentes con otros vehículos y peatones, especialmente en zonas urbanas con alto tráfico vehicular.
Las bicis eléctricas están segmentadas por tipo de propulsión: pedaleo asistido, pedales de velocidad y acelerador asistido; por tipo de aplicación: utilitario, urbano y de carga, ciudad, y por tipo de batería: de plomo ácido, de iones de litio, u otros.
Invasión silenciosa en dos ruedas
Dentro de América Latina, México es uno de los primeros países en integrar la cultura de las bicicletas eléctricas. “En 2019, México contó con 340 bicicletas de pedaleo asistido y 28 nuevas estaciones, lo que representa el 5 por ciento de la flota total. La función de pedales de
velocidad es similar a la de pedales de bicicleta eléctrica estándar, donde al girar los pedales se activa la ayuda eléctrica”, explica un estudio de Mordor Intelligence.
Los costos de estas bicicletas varían, dependiendo del modelo y las prestaciones, pero a un precio asequible se puede obtener una y sin necesidad de una licencia o conocimientos sobre el reglamento, lo que ha permitido que las bicicletas chinas se adapten a diferentes presupuestos y necesidades.
La pandemia por COVID-19 dio pie a las alternativas de transporte, entre ellas, este tipo de unidades, con reducción en los costos de combustible, a lo que se le suma como una vía más saludable.
La facilidad de operar estos vehículos le ha dado confianza a personas de diversas edades para manejarlos, como en el caso de Laura Olmedo, quien lleva a su hijo a la primaria en menor tiempo y después a su trabajo, a 25 minutos de su casa.
“Antes me hacía hasta 40 o 50 minutos, por la parada de los camiones o el trolebús, ahora solo 25 minutos y, a veces menos, cuando no hay tráfico; me ahorro bastante tiempo, mi hijo va más divertido y solo son 15 cuadras de mi casa”, es una gran solución.
En sus traslados en transporte público, se gastaba alrededor de 35 pesos diarios, “eso cuando no tenía que tomar un taxi, porque a veces no pasaba el camión con espacio o tardaba más de la cuenta. Actualmente gasto en promedio, 20 pesos por la carga de la batería que me dura dos día, aunque los viajes son medidos para que me dure la batería, aunque se puede cargar en cualquier sitio”, comenta para LA PRENSA.
Relata que le impone pasar a un lado de los camiones o camionetas, pero “he aprendido a hacerme visible o esperar a que sea mi turno; mi hijo me espera de vuelta a casa, trato de ser prudente y no arriesgarme”.
Para Laura no es opción viajar en una motocicleta que, además de considerarla más cara, también le parecen pesadas y “además de que no podría subir a mi hijo que tiene 8 años, y tendría que tramitar la licencia, con la bici tradicional llegaría toda sudada y quizá en más tiempo. Esta opción me pareció más viable y amigable con el ambiente".
El peligro en las calles
La regulación de estas unidades está en manos de la Secretaría de Movilidad (Semovi), en tanto, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC CDMX) no puede aplicar la ley a estos vehículos que se escapan del reglamento.
Sin embargo, los dispositivos como el de Salvando vidas, de la Subsecretaría de Control de Tránsito, contribuyen a que los motociclistas cuenten con el equipamiento de seguridad y cumplan con las disposiciones legales para evitar accidentes fatales.
Ramiro Rodríguez Saavedra, director de operación vial zona 2 Centro, comentó para los lectores de LA PRENSA, “lo que verificamos primero es que cumplan con todas las medidas de seguridad
con las que debe de manejar un motociclista, empezamos desde lo más importante, que es el uso del casco, con la debida certificación, como los requiere el Reglamento de Tránsito, luego que no tengamos en sobrecupo en las motocicletas, es decir, no más de dos acompañantes”.
Asimismo, dijo que es importante que “que no vengan menores a bordo, esto es muy importante, ya que los menores que no tengan la capacidad de pisar los testigos de la moto pueden sufrir lesiones, al quedar sus piecitos atorados en las cadenas y los mecanismos de rodamiento”; la ley estipula que pueden viajar menores a partir de 12 años.
En estos dispositivos también se verifica que “cuenten con todo lo necesario para su circulación; licencia para conducir y qué está corresponde al tipo de vehículo; en el caso de la Ciudad de México, que cuente con tarjeta de circulación vigente, y una tercera revisión que se puede hacer es una inspección a personas para verificar si no existan productos relacionados con ilícitos”, comentó Saavedra.
Los oficiales montan el dispositivo en sitios de mayor afluencia vehicular, en un horario matutino entre 6:00 y 10:00 horas, y vespertino en 17:00 y 22:00 horas, mismos que llevan en operación más de un año, a causa del incremento del parque vehicular de motos.
“Estos dispositivos originalmente tienen la denominación de Salvar vidas, fue el nombre por el que nació y lo principal era verificar que se cumplieran con las medidas de seguridad entonces, el verificativo más puntual que se hace en nuestros operativos, es que todas las personas que conduzcan motocicleta lo hagan de una manera segura y siempre con todos los mecanismos de seguridad implementados”.
Para el oficial Ramiro Rodríguez, es primordial no “escatimar en cuestión de seguridad, recordemos que, en una motocicleta, prácticamente el chasis somos nosotros, y segundo, conocer de la normatividad, ya que la motocicleta a veces es vista más que como un vehículo para traslados y hay los que hacen muy buenas prácticas, pero hay otros que no”.
Agregó que es indispensable revisar el reglamento de tránsito “y verifiquemos ese capítulo que habla justamente de la circulación de motocicletas y las medidas de seguridad que se tienen que tomar, las medidas de circulación que tenemos que tomar en consideración, agarrar un carril completo para la circulación; no rebasar por la izquierda, y por supuesto no circular entre carriles, esto es una medida muy riesgosa sobre todo en los casos en los que vamos entre vehículos en exceso de dimensiones podemos caer, únicamente hacer ese tipo de rebases en partes semaforizadas, que cuentan con el cajón de espera”.
Cualquier medida de seguridad es poca a la hora de circular en moto, considera Rodríguez, quien sugiere no correr riesgos innecesarios y tampoco exponer a los otros usuarios de la vialidad, ya que el objetivo de los dispositivos es evitar accidentes y malas prácticas a bordo de una moto, que comprometa la integridad de las personas.
Bien valdría la pena que todos aquellos que transitan por las calles de la capital en una bicicleta eléctrica tomen en consideración todas estas recomendaciones y, así, salvaguardar su seguridad y la de quienes los rodean.
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