Ciudad de México.- Las largas filas de ancianos, hombres y mujeres indigentes, desempleados, indígenas, comerciantes ambulantes, muestran la grave situación económica que vive México, por la emergencia sanitaria del Covid-19, donde lo único que ha crecido son los pobres.
Ellos están en espera de los cientos de cenas que reparten los voluntarios de la comunidad de Sant´Egidio México en las calles de Jalapa y Génova, en la ciudad de México.
En la hora pico, de la elaboración de cientos de bolsas de papel con alimentos que darán a la gente que se forman a recoger una cena, César Cárdenas, responsable de la Comunidad de Sant´Egidio México, recibe a LA PRENSA, a quien platica como el hambre y la pobreza se han agravado en esta pandemia que afectan a las periferias urbanas y áreas rurales.
Esta crisis sanitaria ha provocado una fuerte caída en el ingreso de millones de familias, sobre todo de aquellas cuyos recursos dependen del comercio informal. De ahí, que a la fila de las cenas llegan comerciantes que no han podido abrir y pasaron de tener a ingresos a no tener nada.
Si bien, cerca del 70% de las personas que acuden a estos comedores están en situación de calle, el resto son personas que se quedaron sin empleo, que vendían en la calle, en un tianguis, en algún mercado, y el confinamiento les impidió seguir ofreciendo sus mercancías y ahora están en la total pobreza.
En la entrevista, César Cárdenas describió que en el movimiento al que pertenece “es gente preocupada por la gente”. A pesar de que pueda parecer que es una labor eminentemente social, porque dan comida, ropa, consultas o a que estudien los niños, en principio es una obra espiritual, “somos iglesia es una obra espiritual, nos preocupamos por el dolor de la gente”, citó.
La comunidad de Sant´Egidio es un movimiento mundial de laicos, basado en la oración, la solidaridad, el ecumenismo y el diálogo y para ellos, dar de comer es un trabajo global. “Comida para todos”. Ellos están reconocidos por la iglesia católica, todos son voluntarios y nadie recibe un peso por su labor, refirió.
El predio de Jalapa 18 es propiedad del gobierno Federal, pero está en comodato por 100 años con Sant´Egidio, ahí será la sede de la comunidad en México. Ahí planean crear un comedor para los pobres, duchas, baños, lavadoras, dormitorios, salones para que los niños puedan tomar las clases del modelo de la paz y un salón de usos múltiples.
Desconoce cuándo iniciará la edificación de su sede, ya que tienen permisos atorados en la Seduvi, con seis meses detenidos en los permisos, no tienen fecha, quizá un año o año y medio. La zona es más complicada porque es patrimonio cultural, y debe pasar por las instancias burocráticas del INAH, IBAL, Seduvi, gobierno local, adelantó.
Desde hace 5 años en la colonia Roma, le dan de comer a mujeres, personas con alguna discapacidad, a mayores de 65 años. En este lugar entregan como 250 cenas, a partir de las 19:00 horas posteriormente, se mueve a Reforma y Génova, frente a la iglesia de la Votiva y ahí entre las 20:00 y 20:15 horas les esperan también cerca de 250 hombres.
En Reforma reparten lunes y miércoles; lunes y miércoles de las 19:00 a las 20.30 horas aproximadamente.
Martes hay un grupo de doctores dan en promedio 80 consultas. Están desde las 5 hasta las 21 horas.
El responsable de la Comunidad de Sant´Egidio México lamentó que haya tanta gente abandonada o sola, sin ningún tipo de servicio de salud.
Entre las cajas de galletas, tortas, fruta, agua, dulces, panes, cerca de una docena de voluntarios trabajan a marchas forzadas para tener listas las bolsas de alimento a las 19:00 horas. Sobre ese tema, Cárdenas puntualizó que en promedio llegan 25 personas voluntarias a preparar las cenas. Ellos viven un sentido de humanidad, donan su tiempo de manera gratuita”.
El directivo narró lo difícil que es tener comunicación con algunas personas que se forman a pedir comida. “Mucha gente ni dialoga, viene enojada, frustrada, malhumorada, traen muchas cargas negativas se sienten, relegados de un sistema social. Pero hay otras llegan con toda la actitud de agradecimiento.
Atienden a personas indigentes que vienen bajo los efectos de las drogas, por lo que es difícil que agradezcan algo. “Hay más alegría en dar que recibir”. No nos preocupa que la gente de las gracias.
Pero verlos semana a semana, agregó, va ablandando corazones de la gente y va cambiando una mirada hostil, resentida; a una mirada más amable. Hay gente que pasa un mes, recupera su trabajo, luego vienen por agradecimiento y otros desaparecen.
“Mucha gente la está pasado muy mal, no tienen para comer, han caído en un nivel de pobreza, donde han perdido su dignidad, cuando tu no tiene para comer, me parece que es de las peores pobrezas que puedes tener”, señaló.
César Cárdenas subrayó que uno de los principios de esta comunidad es compartir el pan y alimentar al mundo con solidaridad para disminuir las desigualdades y crear condiciones de paz.
Las personas que acuden al predio Jalapa 18 tienen un tarjetón con su nombre, y una perforadora marca, cuantas veces han ido; de qué alcaldía son, “para entender un poco más la vida de los lugares provienen”.
Doña María Sánchez, de 70 años platicó que vienen de Gustavo A Madero; mientras que don Simón Hernández, llega desde Milpa Alta, en el Metro y buscan como obtener un poco de comida, “con estas personas de buen corazón”, manifestó.
Muchos llegan de la alcaldía Cuauhtémoc, en la cual se concentra el mayor número de personas en situación de calle Las cifras oficiales precisas no se tienen. “A pesar que la Roma parezca una zona de clase media o de recursos, con grandes edificios, en el fondo hay una necesidad y mucha hambre”.
“Antes de la pandemia, daban cerca de 250 cenas, pero en el marco de esta crisis sanitaria, entre ellos se pasan la voz, y comenzó a llegar, más y más gente y están hablando que si al principio repartían 200 cenas a la semana, ahora están hablando de 1200 cenas a la semana, alrededor de 80 consultas médicas a la semanas, 100 entregas de ropa, zapatos, playeras, chamarras”.
Los fines de semana están ayudando a padres de niños indígenas, todos de la zona, para que aprendan a utilizar las plataformas electrónicas que les piden en las escuelas, porque tienen un rezago económico.
Los insumos llegan de parte de gente de buena voluntad, “cualquier persona puede ayudar, Sant´Egidio en el mundo es un espacio para todos. Los que quieren sumar voluntades y de la gente que necesita un lugar para encontrar un sentido a la vida”, argumentó.
Cárdenas expuso que en la iglesia, ninguno forma parte de una orden religiosa, no son consagrados, sacerdotes, monjas no forman parte del clero. Y como laicos tienen el reconocimiento del Vaticano, el que avala su labor basada en los principios y valores del Evangelio.
El movimiento de Sant´Egidio nació en 1968 llevan en su ADN una revolución del cambio, de lograr tener un impacto a nivel mundial. La comunidad comenzó a trabajar con niños pobres en la periferia de Roma, nació en esa ciudad, y se amplió hacia los presos, en situación de calle, ancianos, discapacitados.
SANT´EGIDIO MEDIADORES DE PAZ
Han trabajado como mediadores de paz en los conflictos internacionales. Desde 1994 han lograr intermediar en 21 procesos de paz a nivel internacional como fue el caso de Colombia, Los Balcanes, El Salvador, Mozambique, en Polonia.
En México ya tienen algunos años, pero en Europa su movimiento es ampliamente conocido, están presentes con la gente más pobres hasta las negociones diplomáticas por la paz. Con ello, explicó que la Comunidad de Sant`Egidio no sólo se dedica a repartir comida.
Como iglesia, apuntó, estamos en el entendido de que somos responsables de la familia universal. Pues cuando vemos como hermanos a los demás, independientemente de la religión, nivel socioeconómico u orientación sexual, realmente la visión de la vida cambia para bien.
Nosotros, mencionó, nos preocuparnos también por el clima, los recursos naturales, el cuidado de presos, discapacitados. “Somos una gran familia universal, esto va más allá de gobiernos, ideologías, inclusive de creencias.
ESCUELAS DE PAZ
El padrón de Escuela de la Paz en la capital, Guadalajara y Puebla es aproximadamente de 160 niños. Es un modelo educativo complementario que no sustituye la educación pública, sino que intenta cubrir otros aspectos como la integración social, “porque muchos de estos niños tienen problemas para integrarse a la sociedad debido a la pobreza, la exclusión, la violencia y el abandono en el que viven”.
“Lo que hacemos es ser sus amigos, les enseñamos un modelo de convivencia, de respeto y de paz, incluso hacia quienes los tratan mal; los enseñamos a ser conciliadores. Y la situación en el mundo.
Escuela de la Paz los enseñamos a cuidar la naturaleza y a cuidar de los demás. “Y algo muy importante, les enseñamos a no resolver los problemas peleando, y esto es fundamental en medio de la sociedad violenta en la que se desarrollan”.
Cárdenas exhortó a las personas de buena voluntad que deseen colaborar. Los donativos se reciben los lunes y miércoles, entre 18:00 y 19:30 horas, en la calle de Jalapa #18, colonia Roma, en la Ciudad de México.
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