/ domingo 9 de julio de 2023

Aumentan 20% los suicidios por secuelas de Covid­ 19: Instituto Hispanoamericano de Suicidiología

Alejandro Aguilar Tejeda, del Instituto Hispanoamericano de Suicidiología, explica que en donde se realice el acto conlleva un mensaje

Los suicidios, o los intentos, se han vuelto frecuentes en diversos sitios de la Ciudad de México, entre ellos, la vía pública; los protagonistas suelen ser jóvenes de 15 a 29 años, “que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), está catalogada como la segunda causa de muerte” en este rango de edad.

Los casos que engrosan las cifras encienden las alarmas de la sociedad y de los especialistas de la salud mental, como el Instituto Hispanoamericano de Suicidiología, a cargo del doctor Alejandro Aguilar Tejeda, quien atiende casos de prevención, así como a los familiares, de forma posterior al acto suicida.

Las secuelas de la Covid-19 también repercutieron en la salud mental, algo que se vio reflejado en el incremento del 20% en suicidios: “generó estrés postraumático, trastornos de ansiedad, fobia social, dificultad para incorporarse a las actividades y a la vida social y, también dejó muchas problemáticas como violencia familiar, alcoholismo, homicidio, suicidios, crisis económicas, estamos en una fase de recuperación”.

El Dr. Aguilar reconoce que ha incrementado el número de suicidios en la vía pública y explicó que la forma en la que ocurre cada uno conlleva un mensaje específico, ya que la persona en cuestión desea transmitir algo sobre lo que ha sentido o vivido.

El especialista reveló que la persona que decide quitarse la vida en casa por lo general ha tenido problemas familiares, mientras que, cuando el suicidio ocurre en el ámbito escolar es porque alguna problemática se dio entre los compañeros, maestros o calificaciones; lo mismo con el ámbito laboral, vinculado a las relaciones, autoridades, oportunidades y/o sueldos; mientras que intentarlo o hacerlo en la vía pública responde a un reclamo social, ya que hay mucha necesidad de ser vistos o reconocidos.

También mencionó que la muerte por lesiones autoinflingidas han incrementado a través de las redes sociales, “sobre todo son los jóvenes quienes anuncian que se van a quitar la vida de tal forma, tal día y en tales circunstancias; eso genera muchos seguidores, likes o comentarios, y por eso vemos la necesidad de hacer pública la situación que se vive”.

Un grito de auxilio

“La única muerte que se puede evitar es el suicidio”, dice convencido el doctor Aguilar, y considera relevante que, cuando una persona con un cuadro de depresión externa sus pensamientos o intenciones suicidas es importante atender la situación y no hacer de lado sus palabras, ya que puede ser una forma de pedir ayuda.

“Es un mito de que quien lo dice no lo va a hacer, ‘perro que ladra no muerde’ o, ‘únicamente quiere chantajear’”, explica el especialista, y asegura que desde el Instituto Hispanoamericano de Suicidiología han descubierto la ruta suicida, o el camino que lo va llevar a culminar el suicidio.

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Entre los temas que ocupan al médico con 30 años de experiencia en el tema de suicidio, es prioridad atender a quienes han tenido intentos de quitarse la vida, ya que si no llevan “tratamiento suicidiológico, tiene el 50% (de posibilidades) de volverlo a intentar, si lo intentó dos veces, aumenta el 75% de probabilidades de repetirlo; esto incrementa un 90% en personas que tres o más veces lo han intentado”.

Es complicado saber a ciencia cierta quién tiene depresión con pensamientos de lesiones autoinflingidas intencionalmente, pero sí hay algunas señales que, las personas allegadas, pueden detectar en alguien que necesita atención psicológica.

Por lo general, una persona con tendencia al suicidio va a “empezar a pensarlo en el momento en que lo piensa, ya que es un momento en el que la vida no es grata, no es agradable, algo no está bien para el individuo, y llega a este segundo paso que es la planeación”.

Después de la planeación, buscan la ejecución: “el tercer paso es actuarlo”, dónde quieren que se lleve a cabo sin que se frustre.

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“Algunas personas lo manifiestan en forma diferente, hay quienes lo manifiestan verbalmente: ‘¡ya no quiero vivir!’, ‘¡para qué vivir, no me interesa!’, ‘ya no van a tener problemas conmigo’, ‘¡ojalá me muriera!’ son frases que normalmente escuchamos de los pacientes que tienen esta intención de morir, y que lo han manifestado abiertamente.

Otros lo manifiestan a través de conductas de aislamiento, falta de vínculos, falta de interés en la vida, pocos objetivos a futuro e, inclusive, síntomas muy importantes a futuro, como alteraciones del sueño vigilia, alteraciones en la alimentación y vemos mucha irritabilidad y depresión”, agregó el experto.

La atención para evitar estas muertes es primordial, por lo que en el Instituto Hispanoamericano de Suicidiología trabajan para que cada persona que se acerca a pedir ayuda encuentre “sus dones, objetivos de vida y sueños; lo he visto con adolescentes en cursos, en conferencias”, asegura Aguilar.

Asimismo, recordó que aquellas personas que han pasado por la muerte de un ser querido es necesario tomar terapia, ya que es uno de los decesos que más estragos emocionales deja en aquellos que piensan que lo pudieron haber evitado, por lo que invita a aquellos que lo necesiten, a acercarse a dicho instituto, que cuenta con diversas opciones para tratar el tema.

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Los suicidios, o los intentos, se han vuelto frecuentes en diversos sitios de la Ciudad de México, entre ellos, la vía pública; los protagonistas suelen ser jóvenes de 15 a 29 años, “que según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), está catalogada como la segunda causa de muerte” en este rango de edad.

Los casos que engrosan las cifras encienden las alarmas de la sociedad y de los especialistas de la salud mental, como el Instituto Hispanoamericano de Suicidiología, a cargo del doctor Alejandro Aguilar Tejeda, quien atiende casos de prevención, así como a los familiares, de forma posterior al acto suicida.

Las secuelas de la Covid-19 también repercutieron en la salud mental, algo que se vio reflejado en el incremento del 20% en suicidios: “generó estrés postraumático, trastornos de ansiedad, fobia social, dificultad para incorporarse a las actividades y a la vida social y, también dejó muchas problemáticas como violencia familiar, alcoholismo, homicidio, suicidios, crisis económicas, estamos en una fase de recuperación”.

El Dr. Aguilar reconoce que ha incrementado el número de suicidios en la vía pública y explicó que la forma en la que ocurre cada uno conlleva un mensaje específico, ya que la persona en cuestión desea transmitir algo sobre lo que ha sentido o vivido.

El especialista reveló que la persona que decide quitarse la vida en casa por lo general ha tenido problemas familiares, mientras que, cuando el suicidio ocurre en el ámbito escolar es porque alguna problemática se dio entre los compañeros, maestros o calificaciones; lo mismo con el ámbito laboral, vinculado a las relaciones, autoridades, oportunidades y/o sueldos; mientras que intentarlo o hacerlo en la vía pública responde a un reclamo social, ya que hay mucha necesidad de ser vistos o reconocidos.

También mencionó que la muerte por lesiones autoinflingidas han incrementado a través de las redes sociales, “sobre todo son los jóvenes quienes anuncian que se van a quitar la vida de tal forma, tal día y en tales circunstancias; eso genera muchos seguidores, likes o comentarios, y por eso vemos la necesidad de hacer pública la situación que se vive”.

Un grito de auxilio

“La única muerte que se puede evitar es el suicidio”, dice convencido el doctor Aguilar, y considera relevante que, cuando una persona con un cuadro de depresión externa sus pensamientos o intenciones suicidas es importante atender la situación y no hacer de lado sus palabras, ya que puede ser una forma de pedir ayuda.

“Es un mito de que quien lo dice no lo va a hacer, ‘perro que ladra no muerde’ o, ‘únicamente quiere chantajear’”, explica el especialista, y asegura que desde el Instituto Hispanoamericano de Suicidiología han descubierto la ruta suicida, o el camino que lo va llevar a culminar el suicidio.

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Entre los temas que ocupan al médico con 30 años de experiencia en el tema de suicidio, es prioridad atender a quienes han tenido intentos de quitarse la vida, ya que si no llevan “tratamiento suicidiológico, tiene el 50% (de posibilidades) de volverlo a intentar, si lo intentó dos veces, aumenta el 75% de probabilidades de repetirlo; esto incrementa un 90% en personas que tres o más veces lo han intentado”.

Es complicado saber a ciencia cierta quién tiene depresión con pensamientos de lesiones autoinflingidas intencionalmente, pero sí hay algunas señales que, las personas allegadas, pueden detectar en alguien que necesita atención psicológica.

Por lo general, una persona con tendencia al suicidio va a “empezar a pensarlo en el momento en que lo piensa, ya que es un momento en el que la vida no es grata, no es agradable, algo no está bien para el individuo, y llega a este segundo paso que es la planeación”.

Después de la planeación, buscan la ejecución: “el tercer paso es actuarlo”, dónde quieren que se lleve a cabo sin que se frustre.

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“Algunas personas lo manifiestan en forma diferente, hay quienes lo manifiestan verbalmente: ‘¡ya no quiero vivir!’, ‘¡para qué vivir, no me interesa!’, ‘ya no van a tener problemas conmigo’, ‘¡ojalá me muriera!’ son frases que normalmente escuchamos de los pacientes que tienen esta intención de morir, y que lo han manifestado abiertamente.

Otros lo manifiestan a través de conductas de aislamiento, falta de vínculos, falta de interés en la vida, pocos objetivos a futuro e, inclusive, síntomas muy importantes a futuro, como alteraciones del sueño vigilia, alteraciones en la alimentación y vemos mucha irritabilidad y depresión”, agregó el experto.

La atención para evitar estas muertes es primordial, por lo que en el Instituto Hispanoamericano de Suicidiología trabajan para que cada persona que se acerca a pedir ayuda encuentre “sus dones, objetivos de vida y sueños; lo he visto con adolescentes en cursos, en conferencias”, asegura Aguilar.

Asimismo, recordó que aquellas personas que han pasado por la muerte de un ser querido es necesario tomar terapia, ya que es uno de los decesos que más estragos emocionales deja en aquellos que piensan que lo pudieron haber evitado, por lo que invita a aquellos que lo necesiten, a acercarse a dicho instituto, que cuenta con diversas opciones para tratar el tema.

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