La 4ta. Ola de contagio por COVID-19 por la variante Ómicron y la entrada del Semáforo Amarillo en la Ciudad de México ha impactado duramente al pequeño comercio, que a pesar de mantener las puertas abiertas registra alto ausentismo laboral, incremento de gastos médicos y escasa afluencia de clientes.

De acuerdo con un sondeo de opinión “¿Qué tan grave es la Cuarta Ola para tu Negocio?”, realizado por el Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar, que preside Gerardo López Becerra, el 78% de los empresarios del sector consultados informó que había tenido contagios en su círculo familiar y el 54% reportó que había tenido contagios entre sus trabajadores y colaboradores, en el último mes.

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Al preguntar si es que el establecimiento se ha tenido que cerrar por la ausencia del personal, los dueños y encargados manifestaron que ningún local ha cerrado día alguno, aunque sí se han registrado ausencia del personal en más del 30 por ciento de los casos.

Al responder 178 sondeos de negocios ubicados en la zona metropolitana de la Ciudad de México, los dueños consultados señalaron debido a la cuarta ola de Covid-19, está enfrentando la reducción del 60% en promedio de las ventas, mientras que los gastos médicos, tanto de sus familiares como de su personal, se han incrementado. Tanto las pruebas PCR, como el costo de los medicamentos son financiados, en la medida de las posibilidades, por los dueños de establecimientos, debido a que es muy difícil conseguir pruebas gratuitas en los quioscos del gobierno. En los hospitales y clínicas de salud pública hay dificultad de conseguir los medicamentos que se requieren.

El 10% de los empresarios indicó que ha tenido algún día por temas de contagio, pero el 90% que respondió que no ha cerrado señala que sus ventas se han reducido entre 64 y 36%, dependiendo el giro comercial.

El 60 por ciento de los consultados, dijo que sus ventas se han reducido en más del 50 % comparadas con las de diciembre pasado; el 25 por ciento, afirmó que la reducción de ventas está entre el 30-40 % y sólo el 15 por ciento dijo que la reducción de ventas es de alrededor del 20%.

Gerardo López Becerra, presidente de ConComercio destacó en entrevista para LA PRENSA, la inutilidad del Sistema de Semáforos Epidemiológicos, cuyo cambio de color debería ir acompañado de acciones y políticas específicas, en materia de salud, empleo y economía.

“Tener semáforo verde, amarillo, naranja o rojo no sirve de mucho, porque no se desprende ninguna política pública, como sería invertir en servicios de salud, prevención, programas de sanitización del transporte público, disponibilidad de pruebas, así como protección del empleo, la inversión y la economía”, apuntó.

“Esperábamos que la cuesta de enero sería difícil, pero ahora la situación se ha complicado más con el incremento de contagios, disminución de la movilidad de personas en las calles, aumento de gasto para atención de problemas de salud y mayor ausentismo laboral en comercios y empresas”, apuntó López Becerra.

Señaló que además de no poder cubrir las ausencias laborales, los pequeños y micro negocios, que en su mayoría son empresas familiares sin cobertura de seguridad social, son los que están enfrentando severas dificultades financieras para cubrir gastos de atención médica, que erogan de sus propios recursos y “si no abren y no vende, no comen”.

Sobre las sanciones que autoridades del Estado de México están aplicando a comercios que no cumplan las medidas sanitarias, Gerardo López consideró que la aplicación de este tipo de medidas son inequitativas, cuando el comercio informal opera sin ninguna restricción y no hay nadie que los supervise.

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“Lo primero que hace la autoridad es buscar a quién castigar, y esto es más fácil que hacer campañas informativas para concientizar a la población, no emprender jornadas de vacunación y aplicación de pruebas eficientes ni mejorar los servicios de salud, para que la población tenga un acceso eficiente y oportuno”.

Finalmente, señaló que no haber realizado los cambios adecuados, para la implementación de la semaforización, da como resultado un semáforo epidemiológico, que sólo sirve para indicar la gravedad de los contagios, pero sin ninguna aplicación de medidas reales, lo cual es un contrasentido en materia de política pública.

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