Este sábado 5 de noviembre, durante las últimas horas en las que el cuerpo de la joven madre de un niño de 7 años permaneció al interior del ataúd, al interior de la capilla 2 de la funeraria Grossman, ubicada en la colonia Doctores, en la alcaldía Cuauhtémoc, rodeado de sus seres queridos, Valeria, quien vestía totalmente de negro, pronunció un mensaje que llegaba al alma, provocando lágrimas entre los presentes.
Cientos de girasoles, acompañaron a Ariadna Fernanda López, en su último viaje antes de ser sepultada. Ella iba como dormida, hermosa como siempre la recordarán, recostada al interior de un brillante ataúd café caoba. El panteón de San Nicolás Tolentino, ubicado en la alcaldía Iztapalapa, sería el lugar en el que amigos y familiares se despedirían de ella para siempre.
El recorrido desde la funeraria en donde el cuerpo de la joven mujer fue velado dos veces, tras haber sido sacado de ahí la madrugada del pasado viernes por la Fiscalía capitalina para realizar una segunda necropsia y devuelto esa misma noche, se realizó en menos de una hora.
Durante el viaje, Valeria, la sobrina de "Fer", mostraba un pañuelo morado a través de la ventana izquierda trasera del vehículo, en el que se leía "#JusticiaParaAri #NiUnaMas #NiUnaMenos", el cual sostuvo firmemente contra el viento.
Aproximadamente a las 13:45 horas de este sábado, la camioneta Chevrolet tipo Suburban en color negro, habilitada como carroza, ingresó por la puerta principal del cementerio, seguida de por lo menos diez vehículos más.
La cajuela de la camioneta negra se abrió para dejar al descubierto el ataúd y cuando el estero comenzó a reproducir "Un millón de primaveras de Vicente Fernández", una canción de las preferidas por la "Ferchis", la nostalgia a flor de piel provocó el llanto inconsolable. Enseguida, "El amigo que se fue", del grupo Intocable.
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El féretro fue cargado por seis hombres, quienes recorrieron varios metros hasta llegar al hueco en el que sería depositado. Al rededor, tumbas en su mayoría adornadas con flores de cempasúchil frescas aún, y recién remozadas por el pasado Día de Muertos.
La mayoría lloraba, pero la más afectada era Valeria, su sobrina, quien apenas un par de horas antes había pronunciado un mensaje en el velatorio, narrando su historia de vida, recordando su fortaleza para superar el fallecimiento de su madre, quien murió de cáncer hace poco tiempo.
"Me encantaba disfrutar la vida hasta que me la arrebataron. Yo solo sé que compartí con mis amigos en un departamento, un 30 de octubre en la Colonia Roma. Al día siguiente, unas personas que pasaron debajo de un puente en la carretera Cuautla, me encontraron sin vida, tirada y olvidada como si fuera cualquier cosa. Ya no supe qué pasó pues mis ojos ya los había cerrado y mi luz apagado", concluyó con nostalgia la mujer, manifestado un amor entrañable a la difunta.
Cuando el ataúd estaba por ser colocado bajo tierra, Valeria actuó impulsivamente, se puso rodillas sobre el suelo y se recostó sobre él. Con lágrimas y sollozos, buscaba abrazarla y sentir el calor de su cuerpo por última vez, a través de la gruesa madera.
"Te vamos a hacer justicia", gritó una mujer de tez clara que usaba lentes negros, cuando la primer palada de tierra cayó sobre las lozas que cubrían el ataúd. Luego se entonó una porra que los presentes querían que se escuchara hasta el cielo y decenas de girasoles comenzaron a ser depositados sobre el féretro, antes de que fuera sepultado.
La familia sigue en desacuerdo con el dictamen pericial emitido por la Fiscalía morelense, en donde se asentó que el cuerpo no contaba con huellas de violencia, que la chica se encontraba intoxicada por el consumo de alcohol y que había muerto luego de haber broncoaspirado.
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"Era la mejor persona de la vida. Era muy leal. Super ocurrente. Era de las pocas mujeres que conozco que nunca mostraba envidia. Ella no se metía con nadie. Alegre, feliz. Siempre la voy a recordar con una sonrisa", dijo Valeria mientras en una bocina se reproducían canciones que a ella le gustaban, entre estas las de José José.
La petición de justicia fue emitida en voz de Omar, hermano de "Ari", quien manifestó que, en vista de que no hay fecha exacta para que la Fiscalía capitalina revele los resultados de la segunda necropsia, él y los suyos seguir buscando forma de esclarecer los hechos y de que los responsables sean detenidos. No hay duda de que fue un feminicidio, recalcó.
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