/ viernes 19 de abril de 2024

Apuestan en CDMX a vivienda vertical

El nuevo encargado de despacho del IPDP explica que la poca oferta en materia de vivienda se traduce en altos costos de rentas y de adquisición

La Ciudad de México enfrenta grandes desafíos en materia de planeación urbana, entre los que destacan la falta de vivienda asequible, problema que podría solucionarse con el impulso de construcciones verticales, consideró Federico Taboada, nuevo encargado de Despacho de la Dirección General del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la Ciudad de México (IPDP).

Para el funcionario, la capital del país es una ciudad muy desigual, ya que durante décadas ha sido muy injusta con las personas que menos tienen. Como muestra de ello, indicó, la CDMX expulsa al año a 100 mil personas debido a que no pueden pagar el alto costo de una renta o comprar una casa, lo cual responde a la poca oferta inmobiliaria.

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“El problema de la Ciudad de México es que la vivienda es tan cara porque la oferta es muy pequeña, eso es un poco contradictorio porque en los lugares donde nos movemos, vemos muchas obras de construcción, pero la verdad es que hay muchas otras zonas donde no ha habido construcción de vivienda en décadas”, refirió.

Taboada explicó que 60 por ciento de los hogares en la ciudad son casas independientes, lo que es poco común en otras capitales del mundo con la misma dinámica, pues la CDMX cuenta con una gran inversión privada y una alta demanda laboral, que debería traducirse en un tipo de vivienda más vertical.

“No quiero decir que tengamos que construir edificios como B Grand o como Torre Mítikah en todos los lugares, pero sí me preocupa que en muchos lugares donde hay viviendas unifamiliares, pudiéramos tener tal vez dos o tres viviendas más, es decir, no queremos convertir esto en Manhattan, pero tampoco queremos que sea una composición de viviendas tan unifamiliar, requerimos utilizar de manera más eficiente el suelo”, precisó.

Sobre la preocupación de vecinos por la construcción de edificios en zonas donde escasean servicios públicos como el agua, el funcionario destacó que existen alcaldías que podrían hospedar dichos proyectos.

“La parte poniente de la ciudad está muy bien servida de transporte, de equipamientos públicos, de espacios públicos y de servicios como el agua, entonces estas áreas podrían ser zonas potenciales para recibir vivienda en una manera adecuada que no rompa con la armonía de los barrios, pero que sí permita a gente vivir en esas zonas”, dijo.

Otro de los problemas que se deben atender en la CDMX, indicó, es el transporte público y su viabilidad en zonas muy urbanizadas, así cómo la conectividad de la periferia con el centro y reducir los tiempos de traslado a los centros de trabajo o escuela.

La prioridad, comentó, sería trazar los proyectos para llevar transporte público a Xochimilco, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Álvaro Obregón.

“Mientras la zona central de la ciudad llega a tener seis opciones de transporte público, las zonas periféricas apenas tienen una. Eso te habla de una inequidad muy grande porque además en las zonas centrales, se concentran las personas que tienen mayores ingresos, entonces si hablamos de las alcaldías periféricas”, comentó.

Respecto a los tiempos de trayecto señaló que las personas de mayores ingresos se trasladan, en promedio, en media hora y las personas de menores ingresos lo hacen en casi dos horas, por lo que habría que destrabar del Congreso y mejorar el Plan de Desarrollo de la ciudad.

Finalmente, señaló que el 75 por ciento de la población va de un lugar a otro en transporte público, mientras que sólo el 25 por ciento lo hace en vehículo privado, por lo que consideró que debería de haber una redistribución del espacio y el presupuesto, respecto a estos datos y priorizar el transporte público y a sus miles de usuarios.

Instituto, a la deriva

Taboada está al frente del instituto desde el 15 de marzo pasado; sin embargo, su cargo y otros cuatro puestos esenciales en su estructura siguen vacantes desde hace más de un año porque ni el jefe de gobierno, Martí Batres, ni el Congreso local han enviado la terna para votar la designación.

“A partir de mi llegada me toca revisar en qué estado está el instituto, qué proyectos lleva, en qué momento están esos proyectos, ver cómo podemos empezar algunos nuevos. Básicamente me toca consolidar al instituto. Ha tenido dos periodos más o menos de un año y medio con dos directores: un año y medio con el director inicial y un año y medio con el director interino”, comentó.

Este Instituto se crea por mandato de la Constitución capitalina. Su importancia radica en que es el encargado de sentar las bases para establecer políticas transexenales: elaborará el Plan General de Desarrollo que tendrá una vigencia de 20 años y el Programa General de Ordenamiento Territorial, que regulará el desarrollo urbano de la ciudad con una vigencia de 15 años.

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Ello también es un reto para la gestión actual, pues de acuerdo con Taboada el plan y el programa se encuentran en el tintero.

“Hay varios retos en el IPDP como institución, el primero es poder enviar o emitir los documentos de planeación que tiene que tener la ciudad, que son el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial que no pudieron salir en las administraciones anteriores del instituto y que son los documentos básicos para que una ciudad pueda tener una planeación con cierto rumbo. En qué etapa se encuentran ahorita bueno, esos se quedaron en el en el tintero en el Congreso”, explicó.

La Ciudad de México enfrenta grandes desafíos en materia de planeación urbana, entre los que destacan la falta de vivienda asequible, problema que podría solucionarse con el impulso de construcciones verticales, consideró Federico Taboada, nuevo encargado de Despacho de la Dirección General del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva de la Ciudad de México (IPDP).

Para el funcionario, la capital del país es una ciudad muy desigual, ya que durante décadas ha sido muy injusta con las personas que menos tienen. Como muestra de ello, indicó, la CDMX expulsa al año a 100 mil personas debido a que no pueden pagar el alto costo de una renta o comprar una casa, lo cual responde a la poca oferta inmobiliaria.

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“El problema de la Ciudad de México es que la vivienda es tan cara porque la oferta es muy pequeña, eso es un poco contradictorio porque en los lugares donde nos movemos, vemos muchas obras de construcción, pero la verdad es que hay muchas otras zonas donde no ha habido construcción de vivienda en décadas”, refirió.

Taboada explicó que 60 por ciento de los hogares en la ciudad son casas independientes, lo que es poco común en otras capitales del mundo con la misma dinámica, pues la CDMX cuenta con una gran inversión privada y una alta demanda laboral, que debería traducirse en un tipo de vivienda más vertical.

“No quiero decir que tengamos que construir edificios como B Grand o como Torre Mítikah en todos los lugares, pero sí me preocupa que en muchos lugares donde hay viviendas unifamiliares, pudiéramos tener tal vez dos o tres viviendas más, es decir, no queremos convertir esto en Manhattan, pero tampoco queremos que sea una composición de viviendas tan unifamiliar, requerimos utilizar de manera más eficiente el suelo”, precisó.

Sobre la preocupación de vecinos por la construcción de edificios en zonas donde escasean servicios públicos como el agua, el funcionario destacó que existen alcaldías que podrían hospedar dichos proyectos.

“La parte poniente de la ciudad está muy bien servida de transporte, de equipamientos públicos, de espacios públicos y de servicios como el agua, entonces estas áreas podrían ser zonas potenciales para recibir vivienda en una manera adecuada que no rompa con la armonía de los barrios, pero que sí permita a gente vivir en esas zonas”, dijo.

Otro de los problemas que se deben atender en la CDMX, indicó, es el transporte público y su viabilidad en zonas muy urbanizadas, así cómo la conectividad de la periferia con el centro y reducir los tiempos de traslado a los centros de trabajo o escuela.

La prioridad, comentó, sería trazar los proyectos para llevar transporte público a Xochimilco, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Cuajimalpa y Álvaro Obregón.

“Mientras la zona central de la ciudad llega a tener seis opciones de transporte público, las zonas periféricas apenas tienen una. Eso te habla de una inequidad muy grande porque además en las zonas centrales, se concentran las personas que tienen mayores ingresos, entonces si hablamos de las alcaldías periféricas”, comentó.

Respecto a los tiempos de trayecto señaló que las personas de mayores ingresos se trasladan, en promedio, en media hora y las personas de menores ingresos lo hacen en casi dos horas, por lo que habría que destrabar del Congreso y mejorar el Plan de Desarrollo de la ciudad.

Finalmente, señaló que el 75 por ciento de la población va de un lugar a otro en transporte público, mientras que sólo el 25 por ciento lo hace en vehículo privado, por lo que consideró que debería de haber una redistribución del espacio y el presupuesto, respecto a estos datos y priorizar el transporte público y a sus miles de usuarios.

Instituto, a la deriva

Taboada está al frente del instituto desde el 15 de marzo pasado; sin embargo, su cargo y otros cuatro puestos esenciales en su estructura siguen vacantes desde hace más de un año porque ni el jefe de gobierno, Martí Batres, ni el Congreso local han enviado la terna para votar la designación.

“A partir de mi llegada me toca revisar en qué estado está el instituto, qué proyectos lleva, en qué momento están esos proyectos, ver cómo podemos empezar algunos nuevos. Básicamente me toca consolidar al instituto. Ha tenido dos periodos más o menos de un año y medio con dos directores: un año y medio con el director inicial y un año y medio con el director interino”, comentó.

Este Instituto se crea por mandato de la Constitución capitalina. Su importancia radica en que es el encargado de sentar las bases para establecer políticas transexenales: elaborará el Plan General de Desarrollo que tendrá una vigencia de 20 años y el Programa General de Ordenamiento Territorial, que regulará el desarrollo urbano de la ciudad con una vigencia de 15 años.

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Ello también es un reto para la gestión actual, pues de acuerdo con Taboada el plan y el programa se encuentran en el tintero.

“Hay varios retos en el IPDP como institución, el primero es poder enviar o emitir los documentos de planeación que tiene que tener la ciudad, que son el Plan General de Desarrollo y el Programa General de Ordenamiento Territorial que no pudieron salir en las administraciones anteriores del instituto y que son los documentos básicos para que una ciudad pueda tener una planeación con cierto rumbo. En qué etapa se encuentran ahorita bueno, esos se quedaron en el en el tintero en el Congreso”, explicó.

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