En resistencia y a no acceder a presiones por parte de autoridades del gobierno capitalino, se declararon los estudiantes de la Universidad de la Salud (UNISA) de la Ciudad de México, que desde el pasado 5 de agosto están en paro de actividades en espera sea resuelto su pliego petitorio en el que, como punto principal, demandan la destitución de la directora de la institución educativa, Lilia Elena Monroy de Arellano, por desvío de fondos por alrededor de 15 millones de pesos y nepotismo al nombrar en diversos cargos a familiares y amigos, como su yerno Rodrigo Armando González de Ita que es titular de la Dirección de Desarrollo y Evaluación Educativa, sin tener cédula profesional.
Además, el Comité Estudiantil de Paro que tiene tomadas las instalaciones desde hace 16 días, en asamblea, urgieron se termine con el acoso y agresiones hacia el alumnado, así como se le dé mantenimiento a los inmuebles que conforman la universidad que se ubica en la colonia Santa Fe, alcaldía Álvaro Obregón.
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No descartan irse a paro
Los más de mil 550 alumnos de medicina y mil 390 de enfermería, están dispuestos a seguir con el paro total de labores y toma de instalaciones, incluso ello con apoyo de algunos docentes y personal que no descarta irse a huelga, de no tener respuesta a sus demandas y a las que se suma contar con suficientes profesores y que no se ejerza presión en contra de los mentores a los que ya se les han retenido el sueldo por estar a favor de los estudiantes e incluso ha habido algunos despidos.
“No hay suficientes docentes y en muchos casos no cumplen con el perfil para el que se les contrató y, además, la directora ha incurrido en una serie de irregularidades como el justificar millones de pesos con el supuesto mantenimiento del auditorio Benito Juárez, cuando éste no está en óptimas condiciones, a lo que se suma el nepotismo”, declaró Aldair Enrique Herrera Ruiz, uno de los integrantes del Comité Estudiantil de Paro.
Al acudir LA PRENSA a una asamblea informativa de los alumnos se pudo percatar de las malas condiciones en que están las instalaciones con salones de clases que se inundan con las lluvias y, atestiguar la inconformidad de los jóvenes que están hartos de que no haya un compromiso real de las autoridades capitalinas para atender sus demandas, solo el compromiso del titular de la Secretaría de Gobierno de la administración local, Ricardo Ruiz Suárez, de que si entregan las instalaciones se podría comenzar a tener mesas de trabajo para dar solución paulatina a lo que se pide, sin que haya garantías de ello.
La universidad de medicina y enfermería, con posgrado de nutrición, que se inauguró en el 2020 para atender la demanda educativa surgida tras la pandemia a causa del Covid-19, para la primera carrera tiene una plantilla de 134 docentes y para la segunda 99, cuando requieren más de 300 y 200, respectivamente, para cubrir las clases en conjunto de 118 grupos de alumnos en los diversos grados y horarios.
Herrera Ruiz refirió que en la tercera reunión que tuvieron el martes pasado con autoridades del gobierno capitalino, no pudieron llegar a un acuerdo y la decisión del alumnado es que no van a entregar las instalaciones, en tano que funcionarios les pidieron esperar que pase el proceso de transición y tome protesta como jefa de gobierno de Clara Brugada, para posteriormente continuar con la negociación, pero que ya dejen libres los inmuebles.
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Exigen una respuesta inmediata
“Estamos en pie de lucha para lograr que nuestro futuro sea que nos eduquen con planeación y no improvisación”, detalló y aclaró que “una exigencia es que no se ejerzan represalias, de ninguna índole, por parte de directivos, administrativos y docentes contra algún miembro de la comunidad estudiantil de UNISA”.
Como parte del compromiso por parte de la universidad, el Comité Estudiantil de Paro exige una respuesta inmediata y efectiva a las peticiones expresadas en el pliego. En este contexto, es imperativo que la Universidad de La Salud asuma su responsabilidad de cuidar y respaldar a sus alumnos en el cual, se garantice un ambiente propicio para su desarrollo académico y personal, donde también se incluyan actividades extramuros.
Los inconformes exigen un documento donde la administración se comprometa a respaldar a su alumnado. “Solicitamos con énfasis una pronta y beneficiosa solución para la comunidad estudiantil y que se atienda de manera eficaz nuestras peticiones. Demandamos un proceso transparente, respetuoso y que salvaguarde en todo momento nuestros derechos como estudiantes”, se lee en el escrito que dirigieron al jefe de gobierno Martí Batres Guadarrama y que contiene el pliego petitorio, mismo que incluye “que se destituya de manera inmediata al personal administrativo, directivo y docente no capacitado o que presente inconformidad por parte del alumnado con base en el argumento de antecedentes de inconformidades y agresiones de las cuales hemos sido víctimas”.
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