El sobrepeso y la obesidad, así como las cardiopatías, diabetes, hipertensión e insuficiencia renal y diversos tipos de cáncer, entre otras enfermedades crónicas están relacionadas estrechamente con hábitos alimenticios inadecuados.
A pesar de que la población mexicana registra una elevada prevalencia de todas estas enfermedades, a nivel nacional se es[1]tima que sólo hay 2.4 nutriólogos por cada mil habitantes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos tener 10 especialistas por esa misma tasa poblacional, informó la Asociación Mexicana de Nutriología (AMENAC), en ocasión del Día del Nutriólogo, que celebra cada 27 de enero desde 1975.
Datos de la edición 2022 de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), advierten que la prevalencia de obesidad en la población mayor de 20 años aumentó 21.4% en el periodo que va de 2006 a 2022.
La alimentación es la ingestión de sustancias que proveen al organismo de los nutrientes necesarios que le permiten conseguir la energía suficiente para poder desarrollarse, crecer y reconstruir tejidos.
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Se trata de un proceso voluntario, mediante el cual, la persona modifica estas sustancias, partiéndolas, cocinándolas, introduciéndolas a la boca, masticándolas y deglutiéndolas. A partir de ese momento acaba la alimentación y empieza la nutrición, que es un proceso inconsciente e in[1]voluntario, en el que el organismo trasforma y utiliza esas sustancias nutritivas que contienen los alimentos.
Por ello, los expertos señalan que la “nutrición es consecuencia de la alimentación”; es decir, de los alimentos que componen la dieta y de su proporción, de ahí que una alimentación pueda ser considerada adecuada o inadecuada.
Se considera adecuada y saludable cuando es suficiente para cubrir las exigencias y mantener el equilibrio del organismo, es completa, variada y en cantidades y proporciones de acuerdo a la edad y circunstancia de cada individuo.
Por ejemplo, la ENSANUT señala que la lactancia materna exclusiva significa dar al bebé, desde su nacimiento, sola[1]mente leche materna sin ningún otro líquido o sólido, ni siquiera agua, durante los primeros seis meses de vida.
Ensanut indicó que se observó que la lactancia materna exclusiva ha venido extendiéndose desde el año 2012 (14.8%), ya que en 2018 el porcentaje se elevó a 28.3%, y en 2022, a 33%, pero esta práctica dista aún de alcanzar los estándares internacionales de al menos 60%.
Por otra parte, para 2022 la desnutrición crónica (baja talla) continuaba siendo el principal problema de nutrición entre los menores de cinco años en México, pues 14.2% de esos niños la padecían. Es decir, alrededor de 1.3 millones de niños a nivel nacional presentaban esta condición, y las regiones sur del país son las que registraron las mayores prevalencias, donde 1 de cada 5 niños padecía retraso en su crecimiento.
Si se hace una comparación con las Ensanut previas, desde 2012, se puede advertir que la disminución de la desnutrición crónica se ha estancado.
Sube el sobrepeso
En cuanto al sobrepeso y la obesidad hemos observado un crecimiento sostenido en todos los grupos de población. La ganancia excesiva de peso inicia desde los primeros cinco años de vida, con una cifra que ha oscilado entre 7 y 8%.
Respecto a los niños de 5 a 11 años, la prevalencia de sobrepeso registró un incremento de 7%, entre 2006 y 20202022, hasta alcanzar 37.3% en 2022, prevalencia que es mayor en niños que en niñas.
En los adolescentes de entre 12 y 19 años hubo un aumento de 24% en el mismo periodo, con una prevalencia de 41.1% en 2022. En estos últimos casos no hay diferencias importantes entre sexos.
Asimismo, 75.2% de las personas mayo[1]res de 20 años presentan sobrepeso y obesidad, y la proporción es mayor en mujeres (76.8%) que en hombres (73.5%). Es de resaltar que la prevalencia de obesidad aumentó 21.4% en el periodo que va de 2006 a 2022. Otro dato por destacar es que el grupo de población correspondiente a los adultos de 40 a 60 años es el que concentra las prevalencias más altas (85%).
La Ensanut 2022 mostró también que la prevalencia de diabetes diagnosticada es de 12.6%, y la no diagnosticada, de 5.8%; es decir, 18.4% de la población mayor de 20 años padece diabetes en México.
Se estima que 31.7% de las personas con esta enfermedad desconoce su diagnóstico; en menores de 40 años el porcentaje llega a 65.6%, y en adultos mayores de 60 años, a 18.1%.
Por su parte, la hipertensión arterial (tensión arterial sistólica mayor a 140 mmHg, o tensión arterial diastólica mayor a 90 mmHg) se presenta en 29.4% de los adultos en México: al momento de la encuesta, 16.5% de los hipertensos registrados contaban con un diagnóstico previo, y 12.9% de los casos fueron identificados como parte de los hallazgos de la encuesta.
Entre los factores de riesgo asociados a este padecimiento están: ser hombre, tener una mayor edad, una menor escolaridad y tener diagnóstico de diabetes. Un tercio de los adultos con hipertensión no toma medidas para monitorear y controlar su tensión arterial.
La otra cara de la moneda
La nutrióloga Verónica Ortega Campos, explicó que los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA) son alteraciones o desórdenes graves relacionadas con la alimentación (en exceso o mínima), que el cuerpo requiere para funcionar de acuerdo con su edad, estatura, ritmo de vida, son consideradas como TCA.
La obesidad puede llegar a ser un tras[1]torno; sin embargo, “es una enfermedad multifactorial que requiere de un tratamiento multidisciplinario”.
“La obesidad puede generarse por cuestión genética, metabólica, biológica,
social y psicológica. No puede englobarse por completo en un TCA, ya que no siempre tiene que ver con una ingesta descontrolada o excesiva de alimentos, relacionada con una imagen distorsionada de su cuerpo. No todas las personas obesas tienen un TCA. De ahí la importancia de ser atendidas por especialistas y así detectar su origen y, en consecuencia, aplicar el tratamiento requerido”, señaló la especia[1]lista del Hospital D’María.
Los TCA más comunes son anorexia, que es la restricción de ingesta de alimentos, por una percepción alterada de su imagen corporal.
La bulimia, ingesta descontrolada de alimentos y luego se provoca vómito. Los pacientes con este trastorno tienen una percepción alterada de su cuerpo (dismorfia), miedo excesivo a bajar o subir de peso, y cuidan en extremo la alimentación, explica la nutrióloga Verónica Ortega.
En México, se registran al año 22 mil casos de TCA, principalmente en jóvenes de entre 13 y 19 años. Destacan la anorexia nerviosa, la bulimia y comer compulsiva[1]mente, que afectan más a las mujeres que a los hombres, en proporción de nueve a uno, de acuerdo con la Secretaría de Salud. Resalta que hasta el 10% de los mexicanos tiene algún grado de TCA y el 1% tendrá afectaciones severas.
Ejercicio físico
A pesar de que el ejercicio es un elemento fundamental en la prevención y trata[1]miento del sobrepeso y obesidad, datos del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF) del INEGI, revelan que en los 10 años de seguimiento de este indicador, el porcentaje de población activa físicamente ha disminuido.
En 2023, 39.8 % de la población de 18 años y más en áreas urbanas se consideró activa físicamente. Este porcentaje disminuyó 5.6 puntos porcentuales respecto al resultado de 2014 que fue de 45.4 %.
De la población que realiza alguna actividad físicodeportiva, 60.9 % lo hizo en espacios públicos (parque, calle, campo, plaza). Una de cada cuatro mujeres de 18 años y más nunca ha realizado deporte o ejercicio físico en su tiempo libre; para los hombres la proporción fue de uno de cada 10.
El 46.5 % de los hombres se considera activo físicamente, y 34.0% de las mujeres se identifica del mismo modo. Es decir, existe una brecha de 12.5 puntos porcentuales.
En ambos porcentajes se observa un descenso en comparación con los resulta[1]dos obtenidos en los años iniciales del MOPRADEF.
Por ejemplo, en 2014, el 52.1% de los hombres y el 39.3% de las mujeres se consideraban activos físicamente.
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En 2023, 60.9 % de la población físicamente activa asistió a espacios públicos como parques, calles, campos y plazas para practicar deportes. Esto re[1]presenta una disminución en comparación con 65.7% registrado en 2022. Por otro lado, durante 2023, 27.3 % de la población optó por instalaciones privadas, como su lugar de trabajo o estudio, para realizar actividades físicas. Notablemente, estos sitios superaron los niveles de asistencia previos a la pandemia Siete de cada 10 personas menciona[1]ron que el principal motivo para realizar algún tipo de actividad físicodeportiva es por salud. Referente a los lugares e instalaciones públicos para realizar actividades físicas o deportivas, siete de cada 10 personas declararon que sí cuentan con esos espacios en su colonia; de estas, 48.3% mencionó que las instalaciones se encuentran en condiciones regulares.
Del total de mujeres de 18 años y más, 66.0 % no realizaba actividad física y tres de cada 10 indicaron que nunca habían practicado ninguna actividad del tipo. En el caso de los hombres, 53.5 % reportó ser inactivo y uno de cada 10 declaró nunca haber realizado alguna actividad física.
De la población de 18 años y más que alguna vez efectuó alguna actividad, 48.7% mencionó que la falta de tiempo es el principal motivo por el que dejó de realizar alguna práctica físicodeportiva. El cansancio por el trabajo y los problemas de salud fueron las siguientes razones más comunes.
La población que nunca ha realizado alguna práctica físicodeportiva mencionó como motivos principales la falta de tiempo (41.6 %), problemas de salud (16.9 %) y cansancio por el trabajo (16.1 %).
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