Los pocos escombros que quedan sobre la llamada zona cero, en el camellón de avenida Tláhuac, delatan el accidente que hoy, cumple tres meses de luto, llanto y gritos de justicia que parece no llegar para las víctimas y sus familias.
La evidencia de aquél trágico accidente se encuentra en la parte elevada de la Línea 12, entre la estación Tezonco y Olivos, donde la ausencia de la ballena que cayó el 3 de mayo al rededor de las 22:30 recuerda las 26 muertes que cobró una falla mecánica.
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La cruz de madera colocada a un costado de la zona cero, quedó como testigo del accidente que ha dejado conmovidos y asustados a los habitantes de los alrededores, así como a los usuarios del metro, quienes han quedado con miedo
El caótico tráfico le pasa factura a los conductores sobre aquella vialidad, tras la caída del convoy y a la ausencia de un servicio, que costó 26,000 millones de pesos, que ahora genera afectaciones a lo largo de la cinta asfáltica.
Los locales cercanos, poco a poco van teniendo más clientela, los peatones y automovilistas, de vez en vez, echan un vistazo al hueco entre una trabe y otra que les produce una expresión de lamento.
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A pesar del constante flujo de personas, la melancolía es evidente en el perímetro, donde algunos llevarán flores y veladoras en memoria de lo que perecieron atrapados entre los metales y el concreto.
Las autoridades no han dado nombres de los responsables, mientras, las familias buscan que la muerte de sus seres queridos, así como la de los heridos, no quede impune.
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