Ana María decía a sus familiares y amigos que su novio era muy celoso. Ella se mostraba inquieta y no quería seguir en esa relación. Un día tomó la decisión de terminarla sin saber que eso le costaría la vida.
Después de dos meses de haber terminado su relación de noviazgo, el 16 de septiembre de 2023, Ana María, con tan solo 18 años de edad fue víctima de feminicidio.
Su madre, la maestra María Ximena Céspedes Arboledas, abogada y ahora activista y especialista en violencia de género, expresa con tristeza: “nosotros no sabíamos que Ana María sufría violencia psicológica en el noviazgo y que la sufrió prácticamente desde que inició esa relación”.
La violencia de género puede iniciar en etapas de noviazgo muy tempranas, desde los 13 o 14 años de edad, se hace muy palpable en la etapa de la universidad y puede perpetuarse por el resto de la vida si a las jóvenes no les pasa lo que le sucedió a Ana María, expresó la maestra María Ximena Céspedes, presidenta de la Fundación Naná al participar en el panel: “Violencia por razón de género. Perspectivas para su análisis, prevención y erradicación”, convocado por la organización civil Unión Mujer Mx, que preside Paulina Amozurrutia.
“Todas las pruebas están en la Fiscalía y en el Juzgado, hace unos meses encontramos una carta que su exnovio le había escrito a Ana María, en la cual le pide perdón por hacerle daño, por ser tóxico, por sus celos y perder el control”, compartió la maestra Céspedes Arboledas.
La violencia no distingue género
La activista destacó que la violencia no distingue género, posición social o edad, por lo que recomendó a las y los jóvenes informarse para saber identificar a tiempo las señales de alerta en una relación violenta, como son: el control, celos, aislamiento de familia y amistades, abuso, humillaciones, bullying y cambios frecuentes del estado de ánimo, entre otras.
“Desde la Fundación Naná trabajamos en un enfoque más preventivo que reactivo, buscamos concientizar a las y los jóvenes sobre qué les puede pasar, porque hoy sabemos que una de cada 2 mujeres reconoce haber sido víctima de acoso o violencia, pero son muy pocas las que denuncian y no saben qué hacer o a quién pedir ayuda”, señaló la especialista.
Lo importante es dotar a los padres y a las madres de familia, a los docentes, al personal del sector salud y a los jóvenes de herramientas suficientes para identificar la violencia de género y saber qué hacer en este tipo de casos, indicó.
Ximena Céspedes refirió que la violencia no es lineal, como lo plantea el “Violentometro”. No en todos los casos se pasa de un grito a la humillación, a los golpes y a la violencia letal. Hay casos, como el de Ana María, ella nunca sufrió un golpe directo, ella pasó de la violencia psicológica, directamente a que la matarán.
Lo primero que hay que hacer es creerle a la víctima, no hay que normalizar la violencia o decir: “no es para tanto”. Hay que escuchar sin juzgar, respetar los tiempos de las víctimas y saber cómo y en dónde pedir ayuda, denunciar y dar seguimiento a cada denuncia.
Violencia en las escuelas
En instituciones educativas de nivel superior, una de cada dos mujeres declara haber sido víctima de algún tipo de violencia; sin embargo, solo el 16% de ellas hizo algo al respecto, informó Paulina Amozurrutia, presidenta de Unión Mujer.
Durante el panel virtual: “Violencia por razón de género. Perspectivas para su análisis, prevención y erradicación”, especialistas en materia de género destacaron que la prevención y la humanización de procesos de atención, son la clave para erradicar la violencia en las instituciones educativas.
Datos alarmantes
En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género este 25 de noviembre, las activistas presentaron el más reciente estudio sobre Violencia por razón de Género en Instituciones de Educación Superior (DIVIGE), el cual arroja datos alarmantes relacionados con la violencia y los retos que enfrentan estudiantes, docentes y autoridades para erradicar este grave problema.
Con 6,883 encuestados a nivel nacional se encontró que la percepción de seguridad dentro y fuera de las instalaciones muestra una dualidad que subraya la necesidad de fortalecer, tanto las medidas internas, como externas para generar un entorno seguro en las comunidades educativas.
Mientras el 85% de los encuestados dijo sentirse seguro dentro de las instalaciones de su institución educativa, fuera de ellas el panorama cambia significativamente, ya que un 38.7% expresó sentirse inseguro.
En cuanto a la prevalencia y tipos de violencia, casi la mitad de los encuestados (49.4%) afirmó haber presenciado algún tipo de violencia dentro de la institución de educación superior.
Respecto a los tipos de violencia más reportados por los estudiantes, destacó la violencia verbal, como burlas (38.2%), lenguaje insultante (34.8%) y chistes sexuales incómodos (30.4%).
También hicieron referencia a la violencia psicológica o emocional, como la exclusión de actividades (23.5%) y humillaciones (21.3%).
En cuanto a la violencia social, el 33% respondió haber sufrido rechazo generalizado y el 19.2% haber sido avergonzado en público. La violencia física, aunque menos común, se reportó en un 9% con acercamientos no consentidos y 8.7% con golpes o jalones.
La coordinadora del estudio, la doctora Leticia España, indicó que 3 de cada 10 de las personas entrevistadas admitieron haber sufrido algún tipo de violencia, lo cual “exige consolidar acciones efectivas que humanicen los proceso de prevención, atención, sanción y reparación del daño, y se incluya la opinión de los alumnos, de tal manera que las instituciones de educación superior cuenten con ambientes equitativos y respetuosos.
“A pesar de la existencia de protocolos y de diversas acciones implementadas por las instituciones, los jóvenes no se sienten conectados con ellas, esto podría mejorarse mediante una comunicación más clara y efectiva, a través del involucramiento y participación de los propios estudiantes, garantizando que el mensaje llegue de manera adecuada”, indicó la investigadora.
Por otro lado, el estudio DIVEGE también evidenció que la violencia en las instituciones de educación superior está relacionada con dinámicas de poder, pues son los alumnos quienes están más vulnerables, por lo que se recomienda actuar en varios frentes, como fomentar la prevención para dotar a alumnos y docentes de las herramientas necesarias para identificar situaciones de violencia.
Asimismo, el estudio recomienda fortalecer los procesos de atención y acompañamiento a los casos reportados; además de garantizar que los protocolos institucionales sean claros, accesibles y efectivos.
También recomienda trabajar desde un enfoque humano para evitar la revictimización, proporcionar la atención necesaria y canalizar con redes de apoyo a las víctimas y sus familias, así como mantener un proceso de seguimiento continuo con las personas que son víctimas de violencia.
Durante el panel: “Violencia por razón de género. Perspectivas para su análisis, prevención y erradicación”, las activistas y especialistas de Unión Mujer hicieron un llamado a las comunidades escolares, padres de familia, docentes y alumnos a tomar conciencia de esta problemática y llevar a cabo acciones concretas para construir espacios educativos seguros, inclusivos y respetuosos.
“El compromiso de toda la comunidad es esencial para erradicar la violencia y garantizar un entorno de aprendizaje pleno para todos”, indicó Paulina Amozurrutia.
Cifras del INEGI
En 2021, de acuerdo con datos del INEGI, el 70.1% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años han sido víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
Esta prevalencia muestra una tendencia creciente al pasar de: 67% en 2006; a 62.8% en 2011; 66.1% en 2016 y 70.1% en 2021.
Las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más han experimentado mayor violencia a lo largo de su vida son: Estado de México (78.7 %), Ciudad de México (76.2 %) y Querétaro (75.2 %).
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Mientras que los estados con menor prevalencia son: Tamaulipas (61.7 %), Zacatecas (59.3 %) y Chiapas (48.7 %).
A nivel nacional, la violencia psicológica es la que presenta mayor prevalencia (51.6%), seguida de la violencia sexual (49.7 %), la violencia física (34.7 %) y la violencia económica, patrimonial y/o discriminación (27.4%).
En 2021, en México 39.9 % de las mujeres de 15 años y más que tienen o han tenido una relación de pareja reportó haber experimentado alguna situación de violencia a lo largo de la relación y 20.7 % en los últimos 12 meses (entre octubre 2020 y octubre 2021). La violencia de pareja representa una de las formas más extremas de desigualdad de género y se manifiesta por medio de agresiones psicológicas (emocional), económicas, físicas o sexuales en contra de las mujeres.
En 2021, las entidades federativas con mayor prevalencia de violencia contra las mujeres de 15 años y más a lo largo de la relación de pareja actual o última son: Guerrero (47.6 %), Hidalgo (45.6 %) y Yucatán (45.1 %). Por su parte, Baja California Sur (31.8 %), Chiapas (28.1 %) y Baja California (27.9 %) son las entidades con menor prevalencia de violencia.
En el periodo 2016-2021, las entidades federativas con mayor incremento en la prevalencia de violencia contra las mujeres de 15 años y más a lo largo de la relación de pareja actual o última son: Campeche (7.8 puntos porcentuales), Guerrero (4.0 puntos porcentuales) y Tabasco (3.1 puntos porcentuales). En tanto que, el Estado de México (11.9 puntos porcentuales), Ciudad de México (11.0 puntos porcentuales) y Aguascalientes (8.4 puntos porcentuales) son las entidades con mayor disminución en la prevalencia de violencia en este ámbito y periodo.
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