No hay poder humano que detenga a los fieles creyentes de la Virgen de Guadalupe, cientos de miles acuden a su casa, a la Basílica a pie, de rodillas, otros en bicicleta, motocicleta, en camiones de alquiler, autos particulares con lo cual las autoridades eclesiásticas y de la alcaldía Gustavo A Madero, esperan lleguen cerca de 11 millones de personas, entre el 10 al 13 de diciembre.
Con gran fervor a agradecer los milagros concedidos y vienen a rogarle nuevos milagros: paz en México que cese la violencia, más empleos, menos robos.
Este lunes 11 de diciembre siguen llegando a los pies de la Morenita del Tepeyac, peregrinos, que a cuestas cargaron el cansancio de haber caminado varios kilómetros, con sus imágenes en bulto, en cuadros, en madera de la Virgen de Guadalupe, patrona de América.
Largas filas para entrar a la Basílica de Guadalupe
A su llegada la conocida “Villita” tuvieron que realizar tremendas filas para entrar a la Basílica y cumplir con los protocolos sanitarios. Y sólo estar unos minutos en la casa de la madre amada.
Tras dos años de cierre de la Basílica por la pandemia del Covid-19, los peregrinos hicieron vibrar al templo mariano más grande de América Latina con su devoción
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La alegría y la festividad regresaron con más fuerza; pese al cansancio de miles de devotos por no dormir por caminar horas o días; ellos son un ejemplo de que la fe en sus corazones mueve montañas y no quisieron perderse la oportunidad de acudir a la Villita.
La familia Domínguez llegó desde Tlaxcala en camión y bicicleta
La familia Domingo López de Tlaxcala platicó que regresaron a ver a su madre amada, para gritar porras, cantos, súplicas, agradecimientos y peticiones; “venimos de Nanacamilpa, Tlaxcala, caminamos algunos tramos, otras en bicicleta y en un camión de redilas, llegamos hoy 11 de diciembre a las 6 de la mañana, vamos a descansar un rato, nos esperamos a la misa de las rosas que es al mediodía y nos regresamos”, narró don Juan, a nombre de su familia.
Los peregrinos han contado con el apoyo de un despliegue de seguridad, el C5, policía capitalina, funcionarios de la Alcaldía Gustavo A Madero, Locatel, Profeco y servicios médicos y la Guardia Nacional.
Pues muchos creyentes, a su paso por su largo camino, no sólo enfrentan cansancio, también les toca batallar con los vendedores ambulantes y comerciantes que abusan al elevar los precios de sus artículos.
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