A lo largo del año escolar, la alimentación de los niños es uno de los factores clave que influye en su rendimiento académico. Entre los alimentos más representativos y nutritivos de la dieta mexicana se encuentra la tortilla de maíz, la cual no solo tiene un gran valor cultural, sino que también juega un papel crucial en el desarrollo cognitivo y físico de los estudiantes.
Según la especialista en neuronutrición, Tania Gordillo, uno de los principales beneficios de la tortilla es su capacidad para proporcionar energía sostenida debido a su bajo índice glucémico.
A diferencia de los carbohidratos refinados, que pueden causar picos de glucosa en la sangre seguidos de caídas bruscas, la tortilla de maíz, que puede ser elaborada con masa tradicional o harina de maíz nixtamalizado, ayuda a mantener niveles de energía más estables. Este equilibrio es vital para que los niños puedan concentrarse durante las clases y realizar sus tareas escolares sin sufrir el cansancio y la somnolencia que suelen aparecer tras consumir alimentos de alto índice glucémico.
"En los niños, más que medir la ingesta en calorías, debemos enfocarnos en la calidad de los alimentos. La tortilla es un carbohidrato seguro y accesible que, combinado adecuadamente, puede mejorar el rendimiento escolar al evitar los picos de glucosa que interfieren con la concentración y la memoria", comentó Gordillo.
Además de su aporte energético, las tortillas, como las elaboradas con masa de nixtamal o harinas nixtamalizadas como Maza Real, Maseca, Harimasa o Blancas, son ricas en fibra, lo que promueve una buena digestión y evita la sensación de pesadez o malestar durante las actividades escolares. También aporta vitaminas y minerales esenciales como el calcio, el fósforo y el magnesio, que son necesarios para el desarrollo de huesos y músculos, así como para la salud ocular y el buen funcionamiento del cerebro.
“Estos micronutrientes son fundamentales para el buen funcionamiento de los órganos, la optimización de la vista y la correcta absorción de otros nutrientes, como el calcio y el fósforo”, añadió Gordillo.
En un país donde la prevalencia de enfermedades como la diabetes infantil y la obesidad es alta, la elección de carbohidratos de bajo índice glucémico cobra aún más relevancia. Al evitar los picos de glucosa y reducir el riesgo de sobrepeso, la tortilla se posiciona como una alternativa más saludable en comparación con panes y harinas refinadas.
"La tortilla no solo es un alimento culturalmente significativo para los mexicanos, sino también una opción saludable para nuestros niños. Su consumo no debe verse como un riesgo de aumento de peso, sino como un elemento nutritivo que puede mejorar el rendimiento académico y el bienestar general de los estudiantes", agregó la especialista.
Finalmente, la tortilla también puede ayudar a inculcar hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana. Al ser un alimento tradicional en la cultura mexicana, su inclusión en la dieta de los estudiantes puede enseñarles a valorar la comida local y nutritiva, lo que promueve una relación positiva con la alimentación.
"La tortilla de maíz es integral porque utiliza todo el grano molido, lo cual la hace superior a otros cereales refinados que han perdido parte de su valor nutricional", concluyó Gordillo.
En un entorno donde la energía sostenida, los nutrientes esenciales y la salud metabólica son cruciales para el aprendizaje, este alimento tradicional es una opción accesible, culturalmente relevante y nutricionalmente poderosa para las familias mexicanas. Aprovechar los beneficios de las tortillas de maíz, es una forma de asegurar que nuestros niños estén bien alimentados y listos para enfrentar los retos del estudio y la vida cotidiana.