EFE
Los Ángeles, Estados Unidos, 26 de Octubre.- Ha pasado unadécada desde que Mel Gibson dirigió por última vez. Susproblemas con el alcohol y sus dramas familiares casi hunden sucarrera para siempre, pero ahora contraataca con "Hacksaw Ridge" yaunque hay quien considera que está "de vuelta", el actor aseguraa Efe que jamás se fue.
En Hollywood no hay nada que guste más que un regreso por todolo alto, aunque sea para quien dijo en 2006, en estado etílico,que los judíos tenían la culpa "de todas las guerras del mundo",y quien se vio envuelto cuatro años después en un episodio deviolencia con su pareja de entonces, Oksana Grigorieva.
"He hecho un buen trabajo con 'Hacksaw Ridge' y sé que paramuchos estoy de vuelta, pero yo nunca me fui", afirmó el artistade 60 años. "Nunca dejé de trabajar, simplemente no lo hacía deforma tan prolífica. Ahora vuelvo a estar en la pomada.Sinceramente, quiero seguir haciendo esto. Se me da bien y meencanta", agregó.
De hecho, la bélica "Hacksaw Ridge", de estreno el próximodía 4, aparece en los pronósticos de los expertos como una de lascintas con más opciones en la próxima edición de los Óscar, loque supondría el "perdón" oficial de una industria con la queGibson mantuvo un gran idilio gracias a "Braveheart" (premiada conuna estatuilla a la mejor película y al mejor director).
"Siempre está bien ser reconocido por tus compañeros, pero sino resulta así, no necesito que nadie me diga lo buena que es",afirmó el cineasta, quien destacó, especialmente, la"fantástica" labor de su protagonista, Andrew Garfield, a quienconsidera "uno de los mejores actores de todos los tiempos".
También tuvo palabras de elogio para la música de RupertGregson-Williams y la fotografía de Simon Duggan.
"He tenido la suerte de trabajar con un equipo fantástico.Diablos, ¡es una película independiente! Es una locura. Rodé con27 millones de dólares. Fuimos a Australia y gracias a ladevolución de impuestos, los convertimos en 40 millones. Aun así,por ese precio es increíble lo que hemos hecho", manifestó.
Ese presupuesto es un 25 % inferior al que dispuso Gibson hace20 años para rodar "Braveheart". Y además, tuvo que completar elrodaje en la mitad de tiempo.
"El cine ha cambiado", concedió el realizador. "Aún hay buenashistorias de vez en cuando, pero no las encuentras en las grandespelículas, sino en producciones pequeñas. Las películas grandesse limitan ahora a franquicias que no prestan atención a lahistoria, a la emoción ni a buscar la verdad", añadió.
Por eso, Gibson considera que ha hecho un filme con la mirada alpasado, a aquellos tiempos en los que importaban los relatos con"momentos sinceros" y con "protagonistas de envergadura biendefinidos".
"Para mí, esta es una película sobre un superhéroe real queno lleva leotardos de licra", manifestó rotundo.
Gibson siempre se ha sentido atraído por los héroesimprobables (ya sea el William Wallace de "Braveheart" o suBenjamin Martin de "The Patriot") y por personajes que, tras habersido marcados por la violencia, deben rebuscar en su interior parahallar la paz consigo mismos.
"Hacksaw Ridge" sigue ese camino.
La cinta cuenta la historia real de Desmond Doss, condecoradocon la Medalla de Honor, el máximo reconocimiento en las FuerzasArmadas de EE.UU., a pesar de su rechazo a portar armas mientrascombatió en la II Guerra Mundial.
Doss fue vilipendiado por sus compañeros tras declararseobjetor de conciencia, pero terminó por ganarse el respeto yadmiración de todos ellos al salvar las vidas de 75 hombres en labatalla de Okinawa (Japón).
"Es necesario contar historias como la de Desmond Doss parainspirar a la gente. Hay que hacerles recordar de lo que es capazel espíritu humano y, tal vez, aprender de ello", apuntó elcineasta, que vuelve a plasmar sus obsesiones religiosas a lo largodel metraje.
"Doss fue alguien con fe y convicciones en un contexto quereduce a la mayoría de hombres al nivel de animales. Y allí, enesa oscuridad, algo florece", sostuvo Gibson.
"Eso es el espíritu humano", precisó, "capaz de trascender elhorror de la guerra. Para apreciar realmente el bien hay que estarfamiliarizado con el mal y yuxtaponer ambos conceptos. No existe eluno sin el otro. No hay fe, ni inspiración, ni esperanza sin haberpasado por la oscuridad".
"Hacksaw Ridge" muestra el horror de la batalla con un realismoque deja en pañales aquella secuencia inicial de "Saving PrivateRyan", brillantemente orquestada por Steven Spielberg.
Ese pulso de cirujano tras las cámaras lo adquirió Gibson deautores como George Miller, Peter Weir o Richard Donner.
"Visualmente, lo absorbía todo", confesó el autor, que aunqueadmite que hoy día disfruta más detrás de las cámaras, en laactualidad rueda "The Professor and the Madman" junto a Sean Penn,quien le ha ayudado a redescubrir su pasión por la actuación.
"Estoy pasándolo genial. Me está contagiando su entusiasmo.Aún hay fuego dentro de mí", reconoció Gibson, quien será padrepor novena vez en los próximos meses junto a su pareja, RosalindRoss, de 26 años.
"Es una nueva oportunidad para no cagarla", finalizó entrerisas.
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