Contra todo pesimista pronóstico, Taylor Swift logró llegar a las Las Vegas, Nevada, este domingo para estar en el Super Bowl LVIII y apoyar a su novio Travis Kelce, jugador de los Kansas City.
La cantante literalmente viajó en el tiempo desde Japón hasta Las Vegas para presenciar la emocionante final del futbol americano, que tendrá lugar este domingo en el Allegiant Stadium.
Swift voló en su jet privado luego de dar cuatro conciertos que enloquecieron a sus fans de Oriente.
A pesar de estar a 8962 km de distancia y 17 horas de diferencia entre ambos países, Taylor consiguió llegar a tiempo para el Super Bowl, donde las cámaras la siguieron desde su entrada al Allegiant Stadium.
Fanáticos de la estrella dudaban que pudiese llegar a tiempo para ver el encuentro deportivo, ya que la cantante ofreció el 10 de febrero por la noche un concierto en Tokio y los husos horarios comprometían que la intérprete de "Anti-Hero" llegara a tiempo a Estados Unidos.
Pero la cantante de Pensilvania hizo una carrera contra reloj y para asegurarse que nada le impidiera estar junto a Travis Kelce en este día tan importante, preparó un segundo avión de la compañía Vistajet de respaldo, con todo y un equipo de mecánicos en los aeropuertos para asegurarse de que todo saldría bien.
El nervisismo y la expectativa de los medios de comunicación de saber si Taylor Swift llegaría o no al Súper Bowl provocó que incluso la Embajada de Japón en Estados Unidos lanzara un comunicado para asegurar que era totalmente posible que Swift llegara a tiempo para ver el juego.
"A pesar de las 12 horas de vuelo y las 17 horas de diferencia horaria, la Embajada puede decir ahora con confianza, que si sale de Tokio por la noche, después de su concierto, debería llegar comodamente a Las Vegas, ante de que empiece el Super Bowl", se lee en la publicación de X.