/ viernes 1 de marzo de 2024

“Los días francos”, película que retrata la realidad de la industria audiovisual en México

El director Ulises Pérez Mancilla debuta en el cine con “Los días francos” que protagoniza Stephanie Salas

Como una cruda crítica a la misma industria audiovisual mexicana, la película “Los días francos”, ópera prima del director Ulises Pérez Mancilla, llega, después de tres años de su filmación, a las salas de cine de México el próximo 7 marzo. Un melodrama, el cual también es el primer protagónico cinematográfico de la actriz Stephanie Salas.

“Ha sido una responsabilidad tremenda y me siento muy agradecida con el director. Este personaje es muy distinto a los que he hecho en mi carrera, entrañable, muy crudo y realista, muy fuerte y doloroso, pero estoy muy contenta de que por fin vaya a aparecer en cine.Los días francos” habla sobre hasta donde puede llegar la necesidad de trascender como mujer, queriendo abarcar todo, algo que a veces es muy difícil”, dijo Stephanie Salas, a El Sol de México, durante la premier de la película.

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El largometraje cuenta la historia de “Amanda”, una actriz de cuestionable talento histriónico que tuvo en el pasado una producción que fue un gran éxito, pero que actualmente se encuentra en el olvido. Sin embargo, esta mujer se empecina en querer seguir su camino artístico, a pesar de encontrarse en una situación financiera que pondría a pensar a más de uno a claudicar, pues, aparte de todo tiene un hijo al cual mantener y velar por su educación.

“Los actores siempre me han parecido personajes seductores, porque los conozco por mis 20 trabajos en el cine como continuista. Ellos me han permitido con esta película poner sobre la mesa el tema de los sueños, las metas y la presión social que hay alrededor de tener éxito. Para mí es importante hablar de ellos como seres humanos en toda su complejidad. Sólo son unos cuantos los que obtienen un Oscar o un Globo de Oro, pero somos miles los que trabajamos en esto porque queremos contar historias”, explica Ulises Pérez Mancilla, también en entrevista con este diario.

El director, quien en ha trabajado como continuista con directores como Julián Hernández, en El cielo dividido” (2006) y “Rabioso sol, rabioso cielo” (2008); o Arturo Ripstein en “Las razones del corazón” (2011) y “La calle de la amargura” (2015), menciona que coincide con el guionista y escritor Guillermo Arriaga —autor del guion de Amores perros (2000)— a quien escuchó decir que el romantizar el trabajo de guionistas y trabajadores cinematográficos quita seriedad a su labor.

“Estos son trabajaos de deberían tener derechos laborales y buenos pagos. Arriaga hablaba de los malos sueldos a los guionistas en México y yo traslado sus palabras para decir que para la gente que hacemos cine esto es más que un sueño, es también nuestro trabajo. Y como creo que el cine es un arte colectivo, creo que hay que reconocer y dar el lugar a todos los 150 o más involucrados que sin ellos no podría realizarse ninguna película”, agrega.

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Sobre la decisión de regresar al género del melodrama como forma narrativa para su ópera prima, Pérez Mancilla comentó que se trata de la recuperación de una forma de hacer cine histórico e importante para nuestro país, pero también una oportunidad para contar de una manera distinta conflictos que le suceden tanto a hombres como a mujeres.

“Este género del melodrama puro tuvo una gran relevancia durante las décadas de los cuarentas y cincuentas del siglo pasado e hizo vivir al cine mexicano uno de sus mejores momentos. Sólo que yo quise presentarlo de un modo distinto al invertir los papeles, pues en el melodrama clásico es mucho más común que los hombres sean los que tienen los problemas existenciales, como en laLa vida no vale nada” (1955), en las que las mujeres sólo son acompañantes de Pedro Infante”, finaliza.

Como una cruda crítica a la misma industria audiovisual mexicana, la película “Los días francos”, ópera prima del director Ulises Pérez Mancilla, llega, después de tres años de su filmación, a las salas de cine de México el próximo 7 marzo. Un melodrama, el cual también es el primer protagónico cinematográfico de la actriz Stephanie Salas.

“Ha sido una responsabilidad tremenda y me siento muy agradecida con el director. Este personaje es muy distinto a los que he hecho en mi carrera, entrañable, muy crudo y realista, muy fuerte y doloroso, pero estoy muy contenta de que por fin vaya a aparecer en cine.Los días francos” habla sobre hasta donde puede llegar la necesidad de trascender como mujer, queriendo abarcar todo, algo que a veces es muy difícil”, dijo Stephanie Salas, a El Sol de México, durante la premier de la película.

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El largometraje cuenta la historia de “Amanda”, una actriz de cuestionable talento histriónico que tuvo en el pasado una producción que fue un gran éxito, pero que actualmente se encuentra en el olvido. Sin embargo, esta mujer se empecina en querer seguir su camino artístico, a pesar de encontrarse en una situación financiera que pondría a pensar a más de uno a claudicar, pues, aparte de todo tiene un hijo al cual mantener y velar por su educación.

“Los actores siempre me han parecido personajes seductores, porque los conozco por mis 20 trabajos en el cine como continuista. Ellos me han permitido con esta película poner sobre la mesa el tema de los sueños, las metas y la presión social que hay alrededor de tener éxito. Para mí es importante hablar de ellos como seres humanos en toda su complejidad. Sólo son unos cuantos los que obtienen un Oscar o un Globo de Oro, pero somos miles los que trabajamos en esto porque queremos contar historias”, explica Ulises Pérez Mancilla, también en entrevista con este diario.

El director, quien en ha trabajado como continuista con directores como Julián Hernández, en El cielo dividido” (2006) y “Rabioso sol, rabioso cielo” (2008); o Arturo Ripstein en “Las razones del corazón” (2011) y “La calle de la amargura” (2015), menciona que coincide con el guionista y escritor Guillermo Arriaga —autor del guion de Amores perros (2000)— a quien escuchó decir que el romantizar el trabajo de guionistas y trabajadores cinematográficos quita seriedad a su labor.

“Estos son trabajaos de deberían tener derechos laborales y buenos pagos. Arriaga hablaba de los malos sueldos a los guionistas en México y yo traslado sus palabras para decir que para la gente que hacemos cine esto es más que un sueño, es también nuestro trabajo. Y como creo que el cine es un arte colectivo, creo que hay que reconocer y dar el lugar a todos los 150 o más involucrados que sin ellos no podría realizarse ninguna película”, agrega.

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Sobre la decisión de regresar al género del melodrama como forma narrativa para su ópera prima, Pérez Mancilla comentó que se trata de la recuperación de una forma de hacer cine histórico e importante para nuestro país, pero también una oportunidad para contar de una manera distinta conflictos que le suceden tanto a hombres como a mujeres.

“Este género del melodrama puro tuvo una gran relevancia durante las décadas de los cuarentas y cincuentas del siglo pasado e hizo vivir al cine mexicano uno de sus mejores momentos. Sólo que yo quise presentarlo de un modo distinto al invertir los papeles, pues en el melodrama clásico es mucho más común que los hombres sean los que tienen los problemas existenciales, como en laLa vida no vale nada” (1955), en las que las mujeres sólo son acompañantes de Pedro Infante”, finaliza.

Policiaca

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