/ jueves 31 de agosto de 2023

Cabaña sangrienta revive el terror de los 80

La película lituana dirigida por Jonas Trukanas llega a la cartelera de México con una carga de nostalgia por el cine de terror

La película lituana Cabaña Sangrienta, dirigida por Jonas Trukanas y que tiene como título original “We might hurt each other”, llega a la cartelera como una oportunidad de recordar la década del terror de los ochenta y su reavivamiento a mediados de los 90.

La producción toma como protagonista a Marius, interpretado por Šarūnas Rapolas Meiliešius, un adolescente que encuentra una casa a la que lleva a sus amigos a celebrar su fiesta de graduación, impulsado por sorprender a la chica que le gusta.

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En el lugar, el grupo de amigos se encuentra con estatuas de madera de tamaño humano que, al ser manipuladas por ellos a manera de burla y falta de respeto, comienzan a ser eliminados por un misterioso hombre que lleva consigo armas como cuchillos, martillos y sierras. El encuentro de éste con Marius deriva en el conflicto de la historia que lleva a presentar un giro sorprendente.

En “Cabaña sangrienta”, se muestran influencias culturales de Europa del Este, al mismo tiempo que se abordan los tópicos básicos del subgénero del slasher, desde el asesino, la música, los arquetipos de los personajes adolescentes con ímpetu por vivir momentos de regocijo, pero sobre todo las escenas de gráficas hechas a partir de pocos efectos especiales, que se compensan con el uso de maquillaje.

Este largometraje es una fiel representación de la época más mediática del cine de terror, con una trama simple que se acompaña de situaciones de suspenso y violencia que llegan hasta condiciones irreales que alcanzan la fantasía, algo nostálgico para quienes entiendan el contexto fílmico del subgénero, pero delirante e incluso incoherente para quienes no. Es por ello que el pacto ficcional es de suma importancia para comprender lo que pasa en la pantalla.

Desde cualquier punto que se le observe, habrá una referencia que permite mirar por un pasadizo que se asoma hacia películas como “Halloween” de John Carpenter, “Sé lo que hicieron el verano pasado” de Jim Gillespie y de la saga completa de “Viernes 13”, esta última, la mayor referencia gráfica por la similitud tanto en el aspecto del villano, como por las locaciones.

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La proyección de la película sólo se podrá apreciar doblada al español, representando así un inconveniente para los espectadores que acostumbren a ver las funciones en su idioma original y subtituladas.

Por último, es importante precisar que a pesar de su similitud en el nombre, esta entrega es independiente a la película “La cabaña sangrienta”, estrenada en 2002 y su secuela “Fiebre de cabaña” del 2009, ambas dirigidas por Eli Roth.

La película lituana Cabaña Sangrienta, dirigida por Jonas Trukanas y que tiene como título original “We might hurt each other”, llega a la cartelera como una oportunidad de recordar la década del terror de los ochenta y su reavivamiento a mediados de los 90.

La producción toma como protagonista a Marius, interpretado por Šarūnas Rapolas Meiliešius, un adolescente que encuentra una casa a la que lleva a sus amigos a celebrar su fiesta de graduación, impulsado por sorprender a la chica que le gusta.

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En el lugar, el grupo de amigos se encuentra con estatuas de madera de tamaño humano que, al ser manipuladas por ellos a manera de burla y falta de respeto, comienzan a ser eliminados por un misterioso hombre que lleva consigo armas como cuchillos, martillos y sierras. El encuentro de éste con Marius deriva en el conflicto de la historia que lleva a presentar un giro sorprendente.

En “Cabaña sangrienta”, se muestran influencias culturales de Europa del Este, al mismo tiempo que se abordan los tópicos básicos del subgénero del slasher, desde el asesino, la música, los arquetipos de los personajes adolescentes con ímpetu por vivir momentos de regocijo, pero sobre todo las escenas de gráficas hechas a partir de pocos efectos especiales, que se compensan con el uso de maquillaje.

Este largometraje es una fiel representación de la época más mediática del cine de terror, con una trama simple que se acompaña de situaciones de suspenso y violencia que llegan hasta condiciones irreales que alcanzan la fantasía, algo nostálgico para quienes entiendan el contexto fílmico del subgénero, pero delirante e incluso incoherente para quienes no. Es por ello que el pacto ficcional es de suma importancia para comprender lo que pasa en la pantalla.

Desde cualquier punto que se le observe, habrá una referencia que permite mirar por un pasadizo que se asoma hacia películas como “Halloween” de John Carpenter, “Sé lo que hicieron el verano pasado” de Jim Gillespie y de la saga completa de “Viernes 13”, esta última, la mayor referencia gráfica por la similitud tanto en el aspecto del villano, como por las locaciones.

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La proyección de la película sólo se podrá apreciar doblada al español, representando así un inconveniente para los espectadores que acostumbren a ver las funciones en su idioma original y subtituladas.

Por último, es importante precisar que a pesar de su similitud en el nombre, esta entrega es independiente a la película “La cabaña sangrienta”, estrenada en 2002 y su secuela “Fiebre de cabaña” del 2009, ambas dirigidas por Eli Roth.