Para dar viabilidad financiera a Petróleos Mexicanos (Pemex) se requiere de una reforma fiscal que mejore la recaudación de ingresos del país y permita a la petrolera usar sus recursos para pagar sus deudas e invertir en proyectos que permitan una transición gradual a las energías limpias, dijo el especialista en hidrocarburos y exconsejero de Pemex, Fluvio Ruiz Alarcón.
En entrevista con El Sol de México, explicó que uno de los mayores lastres que enfrenta el país desde hace 50 años, es precisamente la baja recaudación de ingresos, ya que el país solo obtiene 17 por ciento del PIB, muy por debajo del promedio de países de la OCDE o de la región Latinoamericana que superan el 20 por ciento de su PIB.
Lo anterior, lo menciona porque las finanzas públicas aún tienen una significativa dependencia de lo que Pemex paga en impuestos y de la venta del petróleo. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, al cierre del primer semestre del año, los ingresos petroleros aportaron 14.3 por ciento del total; mientras que en el primer semestre de 2008 era de 42 por ciento.
Si bien, han reducido las aportaciones de estos ingresos a las finanzas públicas, el especialista de hidrocarburos recuerda que en sexenios anteriores, Pemex ayudó a cuadrar el balance financiero de los gobiernos.
“Lo que le entregó Pemex al fisco en 2011 y 2012 equivale a toda su deuda actual, Pemex desde finales del siglo pasado le entregaba al fisco más que su rendimiento operativo”.
Ruiz Alarcón comenta que la petrolera realmente no puede tener una plantación de corto ni mediano plazo porque está sujeta a la Ley de Ingresos de la Federación, en la que cada año se va cambiando las aportaciones que debe entregar Pemex al erario.
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“La carga fiscal de Pemex sobre ingresos es el doble de lo que tienen Petrobras o Ecopetrol. Sin eso es muy difícil que Pemex pueda tener una salida sostenible. De hecho tienes que hacer una revisión de cuál es el lugar de Pemex en el desarrollo económico del país, no solo verlo como un ingreso fiscal. Para cumplir el objetivo que le asignes a Pemex, necesitas coherencia de conjunto entre el diseño institucional, el marco jurídico y las políticas públicas, porque si no pierdes eficacia”.
Para el especialista del sector energético, si el siguiente gobierno de Claudia Sheinbaum no genera esta independencia a Pemex a través de una reforma fiscal, difícilmente se podrá sostener la meta de tener un estado de bienestar como el de los países nórdicos.
A su parecer, Pemex es como un niño enfermo de fiebre, al cual primero se le debe bajar la temperatura y ver que le está provocando ese mal.
“En el caso de Pemex, se debe mitigar la deuda y sobre todo con proveedores que te puede provocar ya problemas operativos y que además puede provocar tragedias en las economías regionales”, expuso Ruíz Alarcón.
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Entonces, una vez que le bajas la temperatura, se debe hacer la revisión de qué es lo que afecta a la petrolera en sus operaciones, qué le provoca más costos que ingresos. Y finalmente darle ese espacio para poder empezar a invertir en la transición energética, comentó el exconsejero de Pemex.
Ruíz Alarcón concluye que Pemex debería seguir el modelo noruego en el que los recursos que se generaron dentro del sector energético sirvieron para brindar un “estado de bienestar”, pero mientras la empresa productiva del Estado siga teniendo la carga fiscal que tiene, no podrá abonar más.