La educación financiera constituye una pieza clave para desarrollar una salud financiera y un bienestar económico, pero también para acceder a mejores servicios y productos, de acuerdo a necesidades personales muy específicas, asegura el especialista Alexis Nickin Gaxiola.
Si bien la pandemia provocó la aceleración de la digitalización financiera, democratizando su acceso, a decir por el experto en finanzas digitales, criptomercado y ecosistema Fintech, también aumentó la necesidad de mejorar los niveles de educación financiera para acceder a productos y servicios.
“Nos encontramos ante un panorama que se construye de eslabones interconectados. La crisis sanitaria aceleró el desarrollo de la digitalización financiera, sin embargo, acentuó la necesidad de aumentar los niveles de educación financiera. Tenemos un escenario con una gran oferta de servicios y productos digitales, en el que aún las personas se pierden por no saber qué elegir, alentando su inclusión”.
Alexis Nickin Gaxiola describe a la educación financiera como las aptitudes, habilidades y conocimientos que posibilitan el correcto manejo y planeación de las finanzas personales, así como para la evaluación de la oferta de productos y servicios financieros; la toma de decisiones acorde a intereses; la elección de productos que se ajustan a necesidades específicas, y la comprensión de los derechos y obligaciones asociados a la contratación de estos servicios.
Por ello, cuando los usuarios tienen un conocimiento amplio sobre los productos y los servicios financieros, así como de sus necesidades específicas y sus capacidades financieras “pueden alcanzar un mayor bienestar”, asegura el experto.
“Un mayor nivel de conocimientos en finanzas favorece la estabilidad del sistema financiero, por lo que la educación financiera es un instrumento decisivo capaz de promover la mejora del bienestar de los ciudadanos y favorecer la igualdad de oportunidades”, subraya Nickin Gaxiola.
Asimismo, el experto mexicano señala que es necesario aumentar la educación financiera para generar beneficios a las personas y evitar el uso poco eficiente de los servicios y productos financieros.
“En México, las autoridades se han enfocado en promover el uso de los servicios, pero es necesario dedicar mayores esfuerzos en aumentar la educación financiera de la población. Con base en la experiencia internacional, se hace énfasis en que la inclusión financiera puede traer beneficios a los individuos cuando se acompaña del desarrollo de la educación financiera; de otra forma, puede fomentar un uso poco eficiente de los productos y servicios financieros”, destaca Alexis Nickin.
A pesar de los beneficios que ofrece el mercado financiero, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), sólo el 50% de las personas adultas en el mundo tiene una cuenta en una institución financiera formal, mientras que en la región de Latinoamérica y el Caribe el uso es aún más bajo (39%) y donde sólo 8% de los adultos solicita préstamos en el mercado formal.
De ahí la disrupción de los nuevos participantes en la industria: empresas de tecnología financiera (Fintech) que tienen la agilidad y el conocimiento digital para satisfacer las necesidades de una nueva generación que exige mayor flexibilidad y seguridad, y las cuales, dice Alexis Nickin, están dominando en gran medida el mercado.
“Las Fintech han entendido las necesidades financieras de los usuarios. Ellas ofrecen herramientas financieras y digitales de forma fácil, rápida y sencilla, con un servicio personalizado, que les permite potenciar su crecimiento a través de mejores propuestas crediticias”, sentencia Nickin Gaxiola.
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