/ jueves 23 de mayo de 2024

Sheinbaum quiere reducir consumo de agua del sector agropecuario

En caso de ganar las elecciones del 2 de junio, el plan sexenal de Sheinbaum revisaría las concesiones de agua existentes en el sector agrícola

Claudia Sheinbaum, candidata de Morena y favorita en la carrera presidencial de México, pretende renovar la gobernanza del agua en el sector agrícola, el principal usuario del escaso recurso, con una inversión potencial de 20 mil millones de pesos (unos 1,200 millones de dólares) al año.

Julio Berdegué, miembro de su equipo de campaña enfocado en la agenda del agua y del sector agrícola, dijo a Reuters que, en caso de ganar las elecciones del 2 de junio, el plan sexenal de Sheinbaum revisaría las concesiones de agua existentes, tomaría medidas enérgicas contra el uso ilegal, actualizaría la tecnología de riego y renovaría el organismo nacional del agua, Conagua.

Advirtió que el plan, cuyos detalles no se han dado a conocer previamente, aún está en desarrollo y podría cambiar.

Sheinbaum ha dicho que planea reformar la Ley de Aguas Nacionales y desarrollar una estrategia para hacer frente a problemas generalizados en México, que está sufriendo una sequía paralizante, escasez de agua generalizada y olas de calor en los últimos días tan severas que se teme hayan provocado la muerte de monos aulladores.

"Tiene mucha conciencia de que el país está con una pistola en la nuca, que no podemos decir, 'bueno, pateo la pelota', dijo Berdegué sobre la visión de Sheinbaum sobre el problema del agua.

Uno de sus principales focos de atención será el poderoso sector agrícola mexicano, que utiliza casi el 80 por ciento del agua del país para producir maíz, trigo, soja, café, frijoles y aguacates, entre otros muchos alimentos.

"Se requiere una ley general de aguas nueva, adecuada para la circunstancia de un país en cambio climático, donde hay más población, donde hay menos agua, donde hay muchas industrias que queremos que lleguen con el nearshoring, que necesitan agua", dijo Berdegué en una entrevista con Reuters esta semana.

A poco más de una semana de las elecciones, los efectos del cambio climático están en el centro del interés de muchos mexicanos en medio de temperaturas récord. Más del 70 por ciento del país sufre algún grado de sequía, según datos gubernamentales.

La escasez de agua, especialmente en la zona metropolitana que rodea la Ciudad de México, se ha convertido en algo habitual.

En lugar de salir íntegramente del presupuesto nacional, el gobierno de Sheinbaum buscaría otras fuentes de financiamiento para un ambicioso programa de tecnificación de riego que ayude a aliviar el enorme consumo de agua en el campo, dijo Berdegué.

Más que un cabio de ley

Los expertos han anticipado que Sheinbaum, una experta en cambio climático y exalcaldesa de Ciudad de México, convertirá el agua en una de sus principales prioridades, aunque predicen que una reforma radical -especialmente en el sector agrícola- se enfrentará a grandes retos para hacer frente a la corrupción y polarización política que existen desde hace tiempo.

"Es muy incómodo porque a nadie le gusta que los agricultores protesten (...) pero es el sector que más agua consume y tenemos que encontrar formas de encontrar hallar soluciones para abordar este problema», dijo Franck Gbaguidi, de Eurasia Group.

Juan Cortina, presidente del CNA, el principal grupo de productores agropecuarios en México, dijo que los cambios propuestos por Sheinbaum serían bien recibidos en el sector. Una reforma o una nueva ley, sin embargo, no era la prioridad más importante, dijo, sino, más bien, el cumplimiento de la ley.

"La verdad es que llevamos en México ya muchas décadas de no invertir en el sistema hídrico nacional", dijo Cortina. "Esto requiere más que un cambio de ley", añadió.

Berdegué, un exfuncionario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por su sigla en inglés), subrayó que el gobierno de Sheinbaum no revocaría concesiones legales, pero sí tomaría medidas enérgicas contra quienes infrinjan los límites o vendan el agua.

Calculó que entre el 40 por ciento y 50 por ciento del agua que se usa en el campo se pierde por deficiente infraestructura, porque se filtra a través de la tierra y por evaporación.

El plan de Sheinbaum trataría de evitar esa pérdida y, en última instancia, garantizar más agua para la agricultura y el uso doméstico, además de hacer una prioridad el agua como derecho humano.

El plan podría incluir tecnología para supervisar el uso del agua según las concesiones y controlar el acceso una vez alcanzados los límites.

Al final del sexenio de Sheinbaum la meta sería tecnificar unas 750 mil hectáreas, lo que aumentaría en un 50 por ciento la superficie actual en México que cuenta con sistemas de riego modernos.

Alrededor de 4.2 millones de hectáreas fueron deforestadas en México entre 2001 y 2021, poco más del 6 por ciento del total de bosques del país, según datos oficiales, en su mayoría para ampliar la superficie agrícola. Sheinbaum también buscaría "avanzar en serio" en frenar la deforestación, dijo Berdegué.

El plan podría implicar grandes cambios para algunos productores, una cuestión delicada de manejar, dijo el asesor, pero los agricultores y los grupos industriales serían invitados a participar en las conversaciones.

Claudia Sheinbaum, candidata de Morena y favorita en la carrera presidencial de México, pretende renovar la gobernanza del agua en el sector agrícola, el principal usuario del escaso recurso, con una inversión potencial de 20 mil millones de pesos (unos 1,200 millones de dólares) al año.

Julio Berdegué, miembro de su equipo de campaña enfocado en la agenda del agua y del sector agrícola, dijo a Reuters que, en caso de ganar las elecciones del 2 de junio, el plan sexenal de Sheinbaum revisaría las concesiones de agua existentes, tomaría medidas enérgicas contra el uso ilegal, actualizaría la tecnología de riego y renovaría el organismo nacional del agua, Conagua.

Advirtió que el plan, cuyos detalles no se han dado a conocer previamente, aún está en desarrollo y podría cambiar.

Sheinbaum ha dicho que planea reformar la Ley de Aguas Nacionales y desarrollar una estrategia para hacer frente a problemas generalizados en México, que está sufriendo una sequía paralizante, escasez de agua generalizada y olas de calor en los últimos días tan severas que se teme hayan provocado la muerte de monos aulladores.

"Tiene mucha conciencia de que el país está con una pistola en la nuca, que no podemos decir, 'bueno, pateo la pelota', dijo Berdegué sobre la visión de Sheinbaum sobre el problema del agua.

Uno de sus principales focos de atención será el poderoso sector agrícola mexicano, que utiliza casi el 80 por ciento del agua del país para producir maíz, trigo, soja, café, frijoles y aguacates, entre otros muchos alimentos.

"Se requiere una ley general de aguas nueva, adecuada para la circunstancia de un país en cambio climático, donde hay más población, donde hay menos agua, donde hay muchas industrias que queremos que lleguen con el nearshoring, que necesitan agua", dijo Berdegué en una entrevista con Reuters esta semana.

A poco más de una semana de las elecciones, los efectos del cambio climático están en el centro del interés de muchos mexicanos en medio de temperaturas récord. Más del 70 por ciento del país sufre algún grado de sequía, según datos gubernamentales.

La escasez de agua, especialmente en la zona metropolitana que rodea la Ciudad de México, se ha convertido en algo habitual.

En lugar de salir íntegramente del presupuesto nacional, el gobierno de Sheinbaum buscaría otras fuentes de financiamiento para un ambicioso programa de tecnificación de riego que ayude a aliviar el enorme consumo de agua en el campo, dijo Berdegué.

Más que un cabio de ley

Los expertos han anticipado que Sheinbaum, una experta en cambio climático y exalcaldesa de Ciudad de México, convertirá el agua en una de sus principales prioridades, aunque predicen que una reforma radical -especialmente en el sector agrícola- se enfrentará a grandes retos para hacer frente a la corrupción y polarización política que existen desde hace tiempo.

"Es muy incómodo porque a nadie le gusta que los agricultores protesten (...) pero es el sector que más agua consume y tenemos que encontrar formas de encontrar hallar soluciones para abordar este problema», dijo Franck Gbaguidi, de Eurasia Group.

Juan Cortina, presidente del CNA, el principal grupo de productores agropecuarios en México, dijo que los cambios propuestos por Sheinbaum serían bien recibidos en el sector. Una reforma o una nueva ley, sin embargo, no era la prioridad más importante, dijo, sino, más bien, el cumplimiento de la ley.

"La verdad es que llevamos en México ya muchas décadas de no invertir en el sistema hídrico nacional", dijo Cortina. "Esto requiere más que un cambio de ley", añadió.

Berdegué, un exfuncionario de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por su sigla en inglés), subrayó que el gobierno de Sheinbaum no revocaría concesiones legales, pero sí tomaría medidas enérgicas contra quienes infrinjan los límites o vendan el agua.

Calculó que entre el 40 por ciento y 50 por ciento del agua que se usa en el campo se pierde por deficiente infraestructura, porque se filtra a través de la tierra y por evaporación.

El plan de Sheinbaum trataría de evitar esa pérdida y, en última instancia, garantizar más agua para la agricultura y el uso doméstico, además de hacer una prioridad el agua como derecho humano.

El plan podría incluir tecnología para supervisar el uso del agua según las concesiones y controlar el acceso una vez alcanzados los límites.

Al final del sexenio de Sheinbaum la meta sería tecnificar unas 750 mil hectáreas, lo que aumentaría en un 50 por ciento la superficie actual en México que cuenta con sistemas de riego modernos.

Alrededor de 4.2 millones de hectáreas fueron deforestadas en México entre 2001 y 2021, poco más del 6 por ciento del total de bosques del país, según datos oficiales, en su mayoría para ampliar la superficie agrícola. Sheinbaum también buscaría "avanzar en serio" en frenar la deforestación, dijo Berdegué.

El plan podría implicar grandes cambios para algunos productores, una cuestión delicada de manejar, dijo el asesor, pero los agricultores y los grupos industriales serían invitados a participar en las conversaciones.

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