Se aproxima otra pandemia, una más grave, advierten Paola Palazón y Mafer Olvera. Una en la que los enfermos serán muchos más que las camas de hospital y no existen vacunas para aliviarlos: la de las enfermedades mentales.
Depresión, ansiedad y burnout pueden ser los siguientes males que ensombrezcan la vida de las personas y pongan de rodillas a la economía global si no empezamos a hacer algo para atajarlos.
"Si tenemos otra pandemia va a ser de problemas relacionados a la salud mental y esa no la vas a curar con una vacuna. Por la cantidad de personas que van a estar incapacitadas para trabajar, si tú piensas en términos económicos y de dinero, no sólo para las empresas sino para los países, estamos hablando de una crisis enorme", platican.
Siki, la empresa que han fundado ambas, busca comenzar a recorrer el velo y el estigma que aún persiste en torno a estos males y los ataca en el corazón donde se están anidando dentro de la nueva normalidad: las corporaciones y sus líderes.
Siki es una consultoría de promoción del bienestar psicoemocional al interior de las corporaciones enfocada en tratar la salud mental y el equilibrio emocional, especialmente entre sus liderazgos.
El modelo de atención de Siki se basa en realizar de manera personalizada en cada organización diagnósticos sobre el bienestar laboral, mental y emocional de los colaboradores con el objetivo de diseñar intervenciones basadas en data, ya sean charlas, terapias, talleres y conferencias.
"Atravesamos por un momento muy complicado en términos de salud mental, y nos enfocamos en crear modelos específicos y prácticos para dar solución a esta falta de bienestar, inestabilidad mental, estrés, ansiedad, depresión, y desesperanza que hoy son un común denominador", explican.
Ya sea de manera presencial o a distancia, el equipo de Siki implementa las actividades, mide el nivel de efectividad, satisfacción y da seguimiento a cada caso de manera personalizada.
Todo esto en áreas como la inteligencia emocional, el wellness laboral, bienestar, productividad y creatividad, liderazgo, resolución de conflictos y salud física.
"Cada organización es diferente tanto en tamaño, cultura laboral y problemas, entonces en función de las necesidades de nuestros clientes creamos estos programas con base en un diagnóstico personalizado".
El objetivo, explican, es el alcanzar "la plenitud" en cada uno de estos conceptos entendida como aquel estado en el que los individuos sienten que tienen los recursos para alcanzar todos su objetivos.
"Es un concepto que abarca el rendimiento laboral, la realización personal; diseñamos programas para que la gente al interior de una escuela, de gobierno, de cualquier lugar en donde se desarrolle profesionalmente pueda adquirir plenitud.
"El concepto de bienestar tiene ya algunos años rondando dentro de las organizaciones, nosotras queremos llegar una capa más allá. El trabajo que hacemos tal vez les orilla a las personas a decir 'ya no quiero trabajar aquí si no soy feliz'. Eso es lo que proponemos, una reflexión en torno a las necesidades de las personas. El vivir bien y el bienestar deberían ser un derecho", explican.
LÍDERES Y TRISTEZA
Antes de Siki Paola Palazón y Mafer Olvera ya eran reconocidas como comunicadoras, promotoras de la salud y funcionarias.
Paola había sido durante nueve años directora para la revista Time Out, mientras que su amiga de larga data Mafer había sido autora de los libros Sonidos Urbanos, así como directora del Injuve de la CDMX del 2012 al 2018.
Según cuentan, ambas coincidieron al embarazarse durante el 2019 así como al sufrir depresión postparto, por lo que se fueron adentrando en temas de acceso al tratamiento de enfermedades mentales y su atención estatal.
"Nos dimos cuenta que nadie hablaba de esto, todos te decían lo increíble que era la maternidad pero nadie sabía acerca de que te podía dar depresión postparto. Llegamos a la conclusión de que ésta era la punta del iceberg de un problema de bienestar social".
Con esta experiencia las amigas fundaron una primera versión de Siki como una plataforma de incidencia política y difusión sobre salud mental con colaboraciones recurrentes para algunos medios, para con el tiempo pasar al modelo actual de una consultoría empresarial.
Siki, según explica Mafer, es la evolución de los Hospitales de las Emociones que ella implementó durante su paso por el Injuve, en los que se atendían a muchachos con problemas emocionales de manera gratuita. Las socias decidieron dar el spin hacia el sector corporativo debido a que en éste es donde se incuba gran parte del estrés social y por la posibilidad de una mayor incidencia.
"Cuando empezó la pandemia decidimos sacar a Siki de la gaveta y empezar a hablarle de salud mental a todos. Para nosotras era la forma de llegar a las más personas posibles (...) entendimos que sí queríamos ver cambios en esta vida teníamos que ir con quien realmente tiene la voluntad y las posibilidades de generarlos más rápido".
El modelo de Siki se centra en los liderazgos, explican, al ser estos la fuente de muchas de las tensiones e insatisfacciones que hay en los lugares de trabajo.
Derivado de que el éxito profesional erróneamente se ha ligado a mayores cargas de trabajo y menor tiempo para la vida personal, la insatisfacción laboral con frecuencia afecta a las personas con mayores responsabilidades.
Finalmente esta falta de bienestar emocional –explican Paola y Mafer– se decanta a los equipos de trabajo y a la base de trabajadores que dependen de estos liderazgos insatisfechos, los cuales normalizan el estrés, la presión o el maltrato como forma de trabajo.
"Trabajamos principalmente con los líderes porque cuando hablas de una organización puedes impactar a un mayor número de personas en un corto plazo. Por más horizontal que sea la organización si quieres transformar la cultura, la ética de una empresa, tienes que trabajar con los tomadores de decisión.
"Pareciera que estar estresado por el trabajo hoy en día es sinónimo de éxito, pero no, estas son inercias y patrones psicoemocionales que se tienen que romper. No hay empresa que se salve porque en todas ellas hay personas".
SALUD ES DINERO
Por cláusulas de confidencialidad las emprendedoras no pueden nombrar a las corporaciones con las que han trabajado, sin embargo según comparten Siki han trabajado resolviendo problemas emocionales en empresas reconocidas de "cientos de trabajadores", en sectores tan variados como el retail, la banca, alimentos y la tecnología.
Éstas han buscado al equipo de Siki ante indicadores negativos que van detectando, como alta rotación, ausentismo y falta de cumplimiento de metas.
Los servicios corporativos que Siki hoy ofrece se insertan dentro del creciente mercado de la atención psicológica y emocional; México siendo uno de los países de mayor demanda.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 75% de los trabajadores en México padece burnout o fatiga por estrés laboral. Esto le ubica por encima de naciones como China o Estados Unidos donde este mal le ocurre al 73 y 59% de su fuerza laboral, respectivamente.
Según la OMS, el estrés laboral es el resultado del desequilibrio entre las exigencias y presiones a las que se enfrenta un trabajador y sus conocimientos y capacidades para solventarlos.
Básicamente es un problema de mala organización del trabajo y la gestión de responsabilidades las cuales tienen consecuencias económicas reales. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el estrés, la depresión y ansiedad asociadas al trabajo, y que pueden traducirse en accidentes, ausencias y poca productividad, generan pérdidas anuales equivalentes al 4% del PIB global.
"Pareciera que vivimos en un mundo de personas menos resilientes, más sensibles o más emocionales, (...) pero todo esto surge de un cuestionamiento que está habiendo como sociedad en lo que lo importante era producir pero sin preocuparnos por nuestro rol en el mundo y lo que sentimos", explican ambas sobre el boom que está habiendo en cuanto a la preocupación de la salud mental de las personas.
Este problema no ha hecho más que recrudecer durante estos meses de pandemia y encierro, abundan Paola y Mafer, en los que las líneas entre el trabajo y el hogar se difuminaron y las problemáticas tanto personales como laborales se sumaron para desbordar la capacidad de las personas para resolverlas.
Sin cifras definitivas al momento, se espera que los niveles de depresión, suicidio y farmacodependencia hayan registrado un repunte sustancial durante el 2020 a causa de esto.
"Lo que pasa en casa afecta tu desarrollo profesional y viceversa. Después de este año y medio de pandemia donde muchos han tenido que mezclar esos dos espacios no ha habido una separación entre el espacio laboral y el espacio del hogar".
En México la regulación más parecida a un marco legal para asegurar el bienestar emocional de los trabajadores es la NOM-035, la cual busca promover un entorno organizacional psicosocial favorable.
Sin embargo para las emprendedores ésta es limitada en cuanto a sus alcances y la capacidad del Estado para hacerla cumplir.
"No ha logrado un gran cambio (en términos de la cultura laboral), tenemos que ir más allá".
De acuerdo con Paola y Mafer, aunque suene a lugar común, cualquier gasto que las organizaciones puedan realizar para asegurar el bienestar emocional de sus colaboradores en verdad es una de las mejores inversiones que éstas pueden realizar.
El bienestar de la fuerza de trabajo incide directamente en elementos vitales para las operaciones empresariales como la reducción en costos ligados a males de salud y el ausentismo, la productividad y creatividad de los individuos.
Especialmente la retención del talento, el cual se ha convertido en un bien escaso con el progresivo aumento de la competencia en todos los mercados.
"Nos han empezado a buscar por fuga de talento, que es algo tangible para una empresa. '¿Oye, por qué te vas?, porque aquí me maltratan'. Eso es un foco rojo que apunta hacia los líderes y la cultura laboral de la empresa.
"Ha sido interesante ver cómo hay una preocupación genuina de ciertas empresas de velar por el bienestar físico y emocional y por la salud mental de sus equipos porque han entendido que eso evidentemente repercute en el performance de la compañía.
"Debemos entender que la salud mental no es un lujo y que lo que se invierte en esto se retorna a la empresa por mil veces más al convertirse en una unidad plena y productiva. Esto ya dejó de ser un tema de hippies, es un commodity, una necesidad básica".