México.- Cada año se presentan a nivel mundial más de un millón de nuevos casos de cáncer de mama, lo que ha puesto a este padecimiento como la principal neoplasia que afecta a mujeres en todo el orbe. Esas cifras llevaron a la Organización Mundial de la Salud a establecer en octubre el Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, a fin de que la población general tome medidas precautorias al respecto.
Sin embargo, para muchos grupos de investigación el cáncer de mama atrae su atención los 365 días del año. Tal es el caso de las estudiantes del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Claudia Elizabeth y Adriana Leticia Vera Tizatl, quienes buscan revolucionar la forma de administrar quimioterapia a partir de una novedosa técnica que emplea pulsaciones eléctricas.
Se trata de la electroquimioterapia, un procedimiento usado principalmente en metástasis cutáneas a las que se les aplica pulsos eléctricos para provocar la apertura de poros en las células afectadas, por donde pueden ingresar los medicamentos. Si bien la técnica es empleada desde hace años en países europeos en esos tipos de lesiones, hasta ahora no se tiene reporte de su aplicación en tumores profundos, como es el caso del cáncer de mama, por lo que la propuesta de las estudiantes mexicanas resulta innovadora.
De acuerdo con Claudia Elizabeth Vera Tizatl, estudiante del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, con la electroquimioterapia buscan optimizar la entrega de agentes antineoplásicos al interior de las células cancerosas. Este método consiste en la formación de poros o canales en la superficie celular de interés favoreciendo así la entrada masiva de los fármacos.
Con este método es posible disminuir la dosis de los fármacos, además de concentrarse en aplicarlos sólo en las células generadoras de los tumores, con lo que se puede reducir el costo de la terapia, además de minimizar las secuelas de la quimioterapia convencional.
Actualmente, las estudiantes del Cinvestav realizan las pruebas in vitro a partir de cultivos celulares bidimensionales de los tres tipos moleculares más frecuentes de cáncer de mama en México. Consiste en pequeños pozos de Petri donde se colocan las células cancerígenas cultivadas sobre la superficie de un cristal que posee un baño de óxido de indio-estaño y que al mismo tiempo funge como electrodo.
El protocolo diseñado por las hermanas Vera Tizatl radica en aplicar a las células ocho pulsos eléctricos, cada uno con una duración de 100 microsegundos con una frecuencia de repetición de un segundo, para poder generar de manera momentánea (microsegundos) la apertura en las membranas celulares y así introducir el medicamento.
“Al aplicar los pulsos eléctricos, en las membranas celulares se forman poros por unos microsegundos que permiten una mayor entrada de fármaco al interior celular”, refirió Claudia Elizabeth Vera Tizatl.
Para la aplicación in vivo, Adriana Leticia Vera Tizatl, estudiante de la Sección de Bioelectrónica del Departamento de Ingeniería Eléctrica, realiza una planeación personalizada basada en modelos computacionales realistas de la lesión a tratar, y establece una configuración óptima de electrodos, a partir de agujas, para tener una cobertura precisa del tejido tumoral y un margen de seguridad de células circundantes, con la finalidad de que el tratamiento sea lo más eficiente posible.
Esa configuración de electrodos a partir de agujas se complementa con el análisis y procesamiento de imágenes médicas de la lesión (tomosíntesis digital de mama) para ayudar, a partir de cálculos computacionales, a ubicar las coordenadas precisas de la posición de las agujas con base en las dimensiones del tumor; una vez hechos los cálculos se insertan los electrodos e inyectan los fármacos.
Por ahora, las hermanas y estudiantes de Cinvestav trabajan en ajustes tecnológicos que permitirán una adecuada aplicación del procedimiento dirigida específicamente a tumores mamarios. Uno de los principales ajustes es el diseño de electrodos de alcance profundo, así como de las configuraciones de arreglos tridimensionales que simulen los tejidos.
El interés por desarrollar este tipo de tecnologías se debe a que el uso de la electroquimioterapia en tumores cutáneos, usado tanto en humanos como en uso veterinario, presenta un alto rango de respuesta positivo (de 84.1 por ciento). Sin embargo, sólo se ha logrado su aplicación en metástasis cutáneas derivadas de tumores no mamarios y únicamente con fines paliativos, es decir para reducir el sangrado, ulceración y dolor principalmente, por lo que su uso en cáncer de mama podría ser de mucha ayuda para el tratamiento de este padecimiento.
GB