Ciudad de México.- En la ciudad de México 7 de cada 10 capitalinos vive con estrés crónico, estado emocional que puede traer múltiples problemas de salud, desde dolor, alteraciones gastrointestinales y de sueño, hasta problemas de depresión, ansiedad, cardiopatías e infarto.
De acuerdo con la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM), el estrés es un padecimiento que se ha hecho común en las sociedades asentadas en grandes ciudades, pero que cuando sale de control y se vuelve crónico puede derivar en graves problemas de salud e incluso la muerte.
En el ámbito laboral, de acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) de 2017, se estima que al menos el 40% de los trabajadores presenta estrés laboral, pero en el caso de las mujeres podría aumentar a 70%, debido a la doble jornada que ellas cubren en el hogar y el cuidado de los hijos.
Estudios de la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM) definen el estrés como la respuesta física y psicológica normal a las exigencias diarias de la vida, que en pequeñas cantidades motiva a los individuos a afrontar retos.
Sin embargo, la APM advierte que el estrés se puede volver crónico, inmanejable y malsano e incluso derivar en graves problemas de salud, como trastornos psicológicos, gástricos e incluso cardiopatías que pueden provocar la muerte.
Especialistas de Mayo Clinic advierten que el estrés se presenta cuando el organismo percibe alguna amenaza y libera cortisol y adrenalina, hormonas que aumentan la producción de glucosa o azúcar en sangre para generar un impulso extra de energía que sirve para que los individuos se pongan a salvo y evadan el peligro.
El problema se presenta cuando este estado de estrés es crónico y de forma continua el organismo está liberando estas hormonas, lo que aumenta la producción de glucosa y, por ende, el riesgo de sobrepeso, obesidad, alternaciones metabólicas como la diabetes y males cardiovasculares.
A nivel nervioso, la constante liberación de adrenalina y cortisol aumentan el ritmo cardiaco y la respiración, y preparan los músculos para responder ante la situación. La secreción de estas sustancias puede afectar también el sistema digestivo por el incremento de los ácidos en el estómago.
Para reducir el estrés, los especialistas recomiendan siete medidas básicas: hacer ejercicio (caminar por lo menos 30 minutos al día), intentar la meditación (yoga), sonreír, hablar con amigos y familiares, poner límites y aprender a decir “no”, escribir pensamientos y sentimientos propios y realizar actividades que distraigan como leer, escuchar música, pintar o dibujar o hacer algún tipo de manualidad como bordar o tejer.
Para reducir el estrés mental, los especialistas recomiendan tomar un respiro. Es conveniente realizar ejercicios controlados de respiración profunda y lenta mientras se relajan los músculos de 5 a 20 minutos cada vez que se sienta estresado.
Recomendaron buscar la manera de reducir las actividades del día. Tratar de ser más eficientes en el manejo del tiempo o “deshacerse de obligaciones excesivas”.
Asimismo, aconsejaron dormir de 7 a 8 horas, beber más agua y evitar la comida rápida con altos contenidos calóricos, alcohol, tabaco, café. Procurar apagar teléfono o cualquier otro dispositivo electrónico antes de dormir, leer algo agradable antes de ir a la cama y en general tener un pensamiento más positivo.
En caso de que el estrés y la ansiedad se tornen incontrolables se debe acudir a terapia.
GB
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