El coronavirus y la enfermedad COVID-19 no han llegado a México, pero la población tiene la responsabilidad de mantenerse alerta, no caer en pánico y seguir las recomendaciones para evitar una pandemia, afirmaron integrantes de la Comisión universitaria para la atención de la emergencia del coronavirus, creada por la UNAM.
Las medidas son sencillas y asequibles a cualquier ciudadano: lavarse las manos constantemente; usar alcohol o gel antibacterial; desinfectar manijas, celulares y teclados; y no llevarse las manos a ojos, nariz y boca, dijeron en conferencia de medios Samuel Ponce de León Rosales, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud; Daniela de la Rosa Zamboni, coordinadora del diplomado de Epidemiología Hospitalaria de ese programa; así como Mauricio Rodríguez y Malaquías López, de la Facultad de Medicina (FM).
Ponce de León indicó que en el escenario internacional continúa la epidemia por coronavirus, que no se ha detectado en México, “aunque estamos en la temporada alta de infecciones respiratorias, con una gran circulación de virus; el Sistema Nacional de Salud vigila y ha identificado casos sospechosos, que han sido descartados”.
En México, enfatizó, las medidas de prevención como las normas de higiene y la vigilancia de casos sospechosos son fundamentales para la contención. Sin embargo, alertó el universitario, sí contendemos contra una epidemia de miedo, ansiedad y alarma, que no tiene justificación y se relaciona con la desinformación; “de ahí el esfuerzo por mantener este canal de comunicación con los medios”.
El crecimiento de la infección en el mundo se ha relacionado con la intensidad del movimiento de las poblaciones, “por eso la zona más afectada es China y el continente asiático; le siguen Europa y Norteamérica, con algunos casos”, detalló.
Daniela de la Rosa indicó que la responsabilidad de las instituciones de salud es muy alta, pero el mayor compromiso reside en cada uno de los mexicanos.
“Es posible que ocurra una epidemia por el número de personas que se infecta a través de un individuo enfermo, aunque también depende de la duración de la enfermedad, la tasa de transmisión y los contactos susceptibles, entre otros factores. Evitar una tasa alta de transmisión está en nuestras manos”.
En caso de sospecha de la enfermedad, se debe acudir a una institución hospitalaria para detectarla a tiempo y evitar transmisiones, aconsejó.
Aunque el virus es nuevo y sus manifestaciones distintas, estudiamos el cuadro clínico y es buena noticia que las medidas de prevención están descritas desde hace años: higiene de manos, aplicación de alcohol o gel antibacterial con un 60 u 80 por ciento de alcohol, así como desinfección continua de manijas de puertas, teléfonos celulares, teclados y apagadores de luz, entre otros objetos de uso constante.
La especialista recomendó también no llevarse las manos a los ojos, nariz y boca, que es por donde entra el virus al organismo. Daniela de la Rosa resaltó que el sector Salud cuenta con la línea telefónica 800 00 44 800, de la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria, donde se informa sobre las medidas a seguir.
Para Malaquías López, la dispersión y velocidad del coronavirus y de la COVID-19 es un tema de importancia, “y en eso debemos estar inmiscuidos.
La UNAM ya cuenta con grupos de investigación interesados en trabajar, se deben elaborar modelos matemáticos sobre la posibilidad de dispersión, pues si llega al país, no sería igual para Tijuana que para la Ciudad de México; además, debemos considerar los preparativos y recursos humanos con que contamos”.
En ese sentido, finalizó, todos los hospitales e institutos nacionales de salud cuentan con recursos que pueden ponerse en operación de llegar a ocurrir un brote, pero “necesitamos ir todavía más lejos”.