Un grupo de veganas inició una campaña en redes sociales en la presentan un santuario en el que separan los gallos de las gallinas, luego de que éstas ultimas son violadas por los gallos, en un sistema que denominaron “La esclavitud de los huevos”.
Las activistas señalan “que detrás en la industria del huevo hay mucha tortura y asesinato”, pues los granjeros las obligan a poner huevos sin importarles que esto “les generan descalcificación”.
“Nosotros les regresamos los huevos porque son de ellas”, agregan que los mismos no están fecundado pues han separado a los gallos para “que las gallinas vivan una vida tranquila y digna”.
Lo anterior lo expresan mediante un video de Twitter desde el perfil del colectivo en defensa de las gallinas, y se convirtió en tema de debate dentro de la península ibérica.
En medio del los comentarios a favor y en contra, un joven granjero decidió contestar al grupo de veganas subiendo a las redes sociales un video en el que muestra el proceso dentro de un criadero de gallinas que él administra.
El joven comenta durante el video de poco menos de cinco minutos, “Aquí en mi explotación avícola no tengo gallos, los gallos no violan a las gallinas, las gallinas ponen los huevos todos los días, cada 28 horas, ponen los huevos sin que haya gallos”.
Afirma que ahí “el único esclavo soy yo” seguido de esto explica las adaptaciones que han realizado en la granja que cuenta con regulador de temperatura que hace que las gallinas se mantengan en un lugar fresco.
JLP