/ martes 10 de marzo de 2020

Patenta UNAM biomarcador para detección temprana de lesión renal

En el país los problemas renales son relevantes por la alta incidencia de diabetes

Ciudad de México.- Con dos biomarcadores propios, uno ya patentado y con un dispositivo médico, Norma Bobadilla Sandoval, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, ensaya estrategias para prevenir y detectar de manera temprana la lesión renal aguda y la enfermedad renal crónica.

Con la proteína HSP72, Bobadilla y su equipo lograron identificar la lesión renal aguda hasta 48 horas antes en comparación con el diagnóstico clínico eventual; ya tienen la patente de este avance. También desarrollan una tira reactiva que se sumerge en la orina y en 15 minutos tienen el resultado.

Asimismo, detectaron otro biomarcador: la proteína Serpina A3. “La encontramos en forma anormal –en animales– desde que se inicia la enfermedad renal crónica; aumenta de manera progresiva conforme avanza y su abundancia va en correlación con la fibrosis renal”, explicó la científica a propósito del Día Mundial del Riñón, que se conmemora este 12 de marzo.

Estos avances, que van desde la investigación en ciencia básica hasta herramientas tecnológicas de diagnóstico, fueron desarrollados por la universitaria y sus colaboradores en la Unidad Periférica de Fisiología Molecular, que el IIBm tiene dentro del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

Diabetes y problemas renales

Bobadilla subrayó que en nuestro país los problemas renales son relevantes por la alta incidencia de diabetes, que padece una de cada 10 personas. “Hay 6.3 millones de diabéticos conocidos, y se calcula que por cada diabético diagnosticado hay otro sin diagnóstico, y 40 por ciento de los pacientes en diálisis o hemodiálisis son diabéticos”.

En tanto, 20 por ciento de los enfermos renales son hipertensos. “La presión sistémica se refleja en el riñón y éste comienza a tener hipertensión a nivel local y daña las nefronas”.

La lesión renal aguda afecta a unos 700 millones de personas en el mundo anualmente, así como al 20 por ciento de los pacientes hospitalizados. Mientras que la prevalencia de la enfermedad renal crónica es de 13 por ciento, lo que implica un alto costo económico para los sistemas de salud.

“Los diferentes estadios de la enfermedad renal crónica se acompañan de la disminución de la calidad de vida y de la mortalidad prematura; desafortunadamente, las primeras etapas suelen ser asintomáticos, dijo.

La alianza entre la UNAM y el INCMNSZ permite realizar pruebas en modelos experimentales, evaluar mecanismos a nivel molecular y probar sus resultados en grupos de pacientes humanos hospitalarios.

Alta incidencia

Hasta hace unos años se creía que la lesión renal aguda era reversible y que el riñón recuperaba su función sin consecuencias, pero estudios experimentales recientes han demostrado que puede conducir a enfermedad renal crónica, el padecimiento más importante del riñón, que afecta a uno de cada 10 adultos, y cuya carga va en aumento, afirma la Federación Internacional de Fundaciones del Riñón (IFKF), organismo que agrupa a 65 instituciones de más de 40 países.

“La lesión renal aguda puede ser causada por deshidratación severa, hemorragia, sepsis (enfermedad en la que el cuerpo tiene una respuesta grave e inflamatoria a bacterias u otros microorganismos) o por el uso de fármacos nefrotóxicos y oncológicos. No es tan inocua como se pensaba”, subrayó Bobadilla.

Este padecimiento tiene tres fases, la última muy complicada y en la que muchos pacientes necesitan hemodiálisis para sobrevivir. Ahora se sabe que quienes sobreviven están en riesgo de desarrollar enfermad renal crónica, que es la pérdida progresiva de la unidad funcional del riñón, que son las nefronas.

“El riñón está compuesto por un millón de nefronas; después de los 40 años perdemos el 10 por ciento cada década, de tal manera que una persona de 80 años tiene la mitad de su función renal. Si a ello se aúna otra enfermedad, la progresión de problema renal puede ser mucho más rápido y llegar a ser terminal”, explicó.

La enfermedad renal crónica tiene cinco estadios: en los iniciales los pacientes comienzan a tener alteraciones, y en el quinto necesitan terapia sustitutiva (diálisis, hemodiálisis o trasplante de riñón).

En México hay 52 mil personas en terapia sustitutiva; son las más graves, con enfermedad crónica terminal. Sin embargo, no se sabe con exactitud la cantidad de las que cursan de la etapa uno a la cuatro, “pero es enorme”, reveló.

“Hace falta diagnóstico oportuno. Si a las personas las atendemos en los primeros estadios podemos tener detección temprana, pues las terapias sustitutivas son muy costosas”.

Detener la progresión de esta enfermedad es uno de los desafíos, “estamos ante un problema grave, que se ha agudizado debido al envejecimiento, pues ahora vivimos más. En 1990 la enfermedad renal crónica ocupaba el lugar 16, y en 2013 tenía el segundo lugar. Es alarmante”.

Biomarcadores tempranos

El diagnóstico de la lesión renal aguda se hace 48 horas después de ocurrida la lesión. En busca de biomarcadores oportunos para identificarla de manera más temprana y brindar tratamientos efectivos, Bobadilla hizo tres aportaciones diagnósticas.

“Mostramos que la proteína de choque térmico de 72 kilodaltones, o HSP72, identifica la lesión renal aguda hasta 48 horas antes en comparación con el diagnóstico clínico eventual; ya tenemos la patente. También desarrollamos una tira reactiva que se sumerge en la orina, se introduce en un lector y en 15 minutos tenemos el resultado, y ahora tratamos de evaluarla en diferentes escenarios de lesión renal aguda”, detalló.

En el INCMNSZ, los expertos prueban esta proteína y la tira reactiva en diferentes grupos de pacientes, incluso de otros institutos nacionales de salud, expuso.

De igual manera, encontraron (en la orina de ratas con enfermedad renal crónica) otro biomarcador: la proteína Serpina A3. “No se detecta en animales sanos, la encontramos en forma anormal desde que se inicia la enfermedad, antes que otros marcadores clínicos se alteren; aumenta de manera progresiva conforme avanza la enfermedad y su abundancia va en correlación con la fibrosis renal”.

“Al parecer, la Serpina A3 puede detectar mucho antes la enfermedad renal y podría ser útil en pacientes en estadio uno, en los que aún no es diagnosticada. En un grupo de pacientes con diabetes y aún sin daño renal buscamos esta proteína, que podría ser una biopsia líquida en el futuro”, adelantó.

Este 12 de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón, con el lema “Salud renal para todos en todas partes”. Para la experta, la efeméride es importante porque es necesario hacer conciencia social, trabajar en equipo y empezar con educación desde la niñez para reducir problemas como la obesidad, que puede llevar al desarrollo de diabetes.

Ciudad de México.- Con dos biomarcadores propios, uno ya patentado y con un dispositivo médico, Norma Bobadilla Sandoval, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, ensaya estrategias para prevenir y detectar de manera temprana la lesión renal aguda y la enfermedad renal crónica.

Con la proteína HSP72, Bobadilla y su equipo lograron identificar la lesión renal aguda hasta 48 horas antes en comparación con el diagnóstico clínico eventual; ya tienen la patente de este avance. También desarrollan una tira reactiva que se sumerge en la orina y en 15 minutos tienen el resultado.

Asimismo, detectaron otro biomarcador: la proteína Serpina A3. “La encontramos en forma anormal –en animales– desde que se inicia la enfermedad renal crónica; aumenta de manera progresiva conforme avanza y su abundancia va en correlación con la fibrosis renal”, explicó la científica a propósito del Día Mundial del Riñón, que se conmemora este 12 de marzo.

Estos avances, que van desde la investigación en ciencia básica hasta herramientas tecnológicas de diagnóstico, fueron desarrollados por la universitaria y sus colaboradores en la Unidad Periférica de Fisiología Molecular, que el IIBm tiene dentro del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ).

Diabetes y problemas renales

Bobadilla subrayó que en nuestro país los problemas renales son relevantes por la alta incidencia de diabetes, que padece una de cada 10 personas. “Hay 6.3 millones de diabéticos conocidos, y se calcula que por cada diabético diagnosticado hay otro sin diagnóstico, y 40 por ciento de los pacientes en diálisis o hemodiálisis son diabéticos”.

En tanto, 20 por ciento de los enfermos renales son hipertensos. “La presión sistémica se refleja en el riñón y éste comienza a tener hipertensión a nivel local y daña las nefronas”.

La lesión renal aguda afecta a unos 700 millones de personas en el mundo anualmente, así como al 20 por ciento de los pacientes hospitalizados. Mientras que la prevalencia de la enfermedad renal crónica es de 13 por ciento, lo que implica un alto costo económico para los sistemas de salud.

“Los diferentes estadios de la enfermedad renal crónica se acompañan de la disminución de la calidad de vida y de la mortalidad prematura; desafortunadamente, las primeras etapas suelen ser asintomáticos, dijo.

La alianza entre la UNAM y el INCMNSZ permite realizar pruebas en modelos experimentales, evaluar mecanismos a nivel molecular y probar sus resultados en grupos de pacientes humanos hospitalarios.

Alta incidencia

Hasta hace unos años se creía que la lesión renal aguda era reversible y que el riñón recuperaba su función sin consecuencias, pero estudios experimentales recientes han demostrado que puede conducir a enfermedad renal crónica, el padecimiento más importante del riñón, que afecta a uno de cada 10 adultos, y cuya carga va en aumento, afirma la Federación Internacional de Fundaciones del Riñón (IFKF), organismo que agrupa a 65 instituciones de más de 40 países.

“La lesión renal aguda puede ser causada por deshidratación severa, hemorragia, sepsis (enfermedad en la que el cuerpo tiene una respuesta grave e inflamatoria a bacterias u otros microorganismos) o por el uso de fármacos nefrotóxicos y oncológicos. No es tan inocua como se pensaba”, subrayó Bobadilla.

Este padecimiento tiene tres fases, la última muy complicada y en la que muchos pacientes necesitan hemodiálisis para sobrevivir. Ahora se sabe que quienes sobreviven están en riesgo de desarrollar enfermad renal crónica, que es la pérdida progresiva de la unidad funcional del riñón, que son las nefronas.

“El riñón está compuesto por un millón de nefronas; después de los 40 años perdemos el 10 por ciento cada década, de tal manera que una persona de 80 años tiene la mitad de su función renal. Si a ello se aúna otra enfermedad, la progresión de problema renal puede ser mucho más rápido y llegar a ser terminal”, explicó.

La enfermedad renal crónica tiene cinco estadios: en los iniciales los pacientes comienzan a tener alteraciones, y en el quinto necesitan terapia sustitutiva (diálisis, hemodiálisis o trasplante de riñón).

En México hay 52 mil personas en terapia sustitutiva; son las más graves, con enfermedad crónica terminal. Sin embargo, no se sabe con exactitud la cantidad de las que cursan de la etapa uno a la cuatro, “pero es enorme”, reveló.

“Hace falta diagnóstico oportuno. Si a las personas las atendemos en los primeros estadios podemos tener detección temprana, pues las terapias sustitutivas son muy costosas”.

Detener la progresión de esta enfermedad es uno de los desafíos, “estamos ante un problema grave, que se ha agudizado debido al envejecimiento, pues ahora vivimos más. En 1990 la enfermedad renal crónica ocupaba el lugar 16, y en 2013 tenía el segundo lugar. Es alarmante”.

Biomarcadores tempranos

El diagnóstico de la lesión renal aguda se hace 48 horas después de ocurrida la lesión. En busca de biomarcadores oportunos para identificarla de manera más temprana y brindar tratamientos efectivos, Bobadilla hizo tres aportaciones diagnósticas.

“Mostramos que la proteína de choque térmico de 72 kilodaltones, o HSP72, identifica la lesión renal aguda hasta 48 horas antes en comparación con el diagnóstico clínico eventual; ya tenemos la patente. También desarrollamos una tira reactiva que se sumerge en la orina, se introduce en un lector y en 15 minutos tenemos el resultado, y ahora tratamos de evaluarla en diferentes escenarios de lesión renal aguda”, detalló.

En el INCMNSZ, los expertos prueban esta proteína y la tira reactiva en diferentes grupos de pacientes, incluso de otros institutos nacionales de salud, expuso.

De igual manera, encontraron (en la orina de ratas con enfermedad renal crónica) otro biomarcador: la proteína Serpina A3. “No se detecta en animales sanos, la encontramos en forma anormal desde que se inicia la enfermedad, antes que otros marcadores clínicos se alteren; aumenta de manera progresiva conforme avanza la enfermedad y su abundancia va en correlación con la fibrosis renal”.

“Al parecer, la Serpina A3 puede detectar mucho antes la enfermedad renal y podría ser útil en pacientes en estadio uno, en los que aún no es diagnosticada. En un grupo de pacientes con diabetes y aún sin daño renal buscamos esta proteína, que podría ser una biopsia líquida en el futuro”, adelantó.

Este 12 de marzo se conmemora el Día Mundial del Riñón, con el lema “Salud renal para todos en todas partes”. Para la experta, la efeméride es importante porque es necesario hacer conciencia social, trabajar en equipo y empezar con educación desde la niñez para reducir problemas como la obesidad, que puede llevar al desarrollo de diabetes.

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