El Parque Nacional de Virunga (PNVi) ubicado en la República Democrática del Congo, anunció la lamentable muerte de uno de sus huéspedes más populares, se trata de la gorila Kdakasi, quien llegó a ese refugio luego de ser rescatada tras la muerte violenta de su madre. Su cuidador, Andre Bauma, le dedicó un emotivo mensaje tras verla morir entre sus brazos.
La lamentable muerte de Kdakasi, de 14 años de edad, ocurrió luego de semanas de padecer una enfermedad, que poco a poco la fue debilitando hasta que dejó de respirar la noche del pasado 26 de septiembre.
La popular huésped de esta reserva especializada en la conservación de primates, se hizo mundialmente conocida luego de posar para una selfie que capturó su cuidador, en abril del 2019. En la imagen también aparece Ndezem, otro primate rescatado con quien compartía los días dentro del refugio.
Desde sus redes sociales, el PNVi lamentó el fallecimiento de Ndakasi, “quien había estado bajo el cuidado del Centro Senkwekwe del Parque durante más de una década”, esto luego de que fuera rescatada tras ser localizada junto al cadáver de su madre, quien murió tras una agresión armada por milicianos.
Con apenas dos meses de edad, en julio del 2007, guardabosques la trasladaron hacia el parque en donde fue recibida por Andre Bauman, quien la sostuvo cerca de él durante toda esa noche para darle calor y comodidad.
Durante más de una década, Bauman y Ndakasi crearon un fuerte vínculo emocional, esto debido a largo periodo de rehabilitación tras el fuerte trauma de perder a su familia que le impidió regresar a la vida silvestre. Como aquella noche de su rescate, Bauman la protegió entre sus brazos esta vez durante su último suspiro.
“Fue un privilegio apoyar y cuidar a una criatura tan amorosa, especialmente sabiendo el trauma que sufrió Ndakasi a una edad muy temprana. Se podría decir que se asemejó a su madre, Nyiransekuye, cuyo nombre significa "alguien feliz de dar la bienvenida a los demás”, expresó Andre Bauman en el comunicado.
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Agregó que gracias a la naturaleza dulce y la inteligencia de Ndakasi pudo comprender la conexión entre los humanos y los grandes simios, así como la importancia de protegerlos.
“Estoy orgulloso de haber llamado a Ndakasi mi amiga. La amaba como a una niña y su personalidad alegre me hacía sonreír cada vez que interactuaba con ella. Todos nosotros en Virunga la extrañaremos, pero estaremos eternamente agradecidos por la riqueza que Ndakasi trajo a nuestras vidas durante su tiempo en Senkwekwe”, finalizó.
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