México se encuentra entre los países donde más se produce y consume pet, por lo que la presencia de microplásticos en alimentos, aire y bebidas ponen en riesgo la salud de millones de personas en nuestro país.
El alto dispendio de estos productos, nos arroja el consumo de 200 botellas de pet por mexicano al año, una cifra muy alta que se traduce en problemas de salud y al medio ambiente.
Cinvestav
De acuerdo con una investigación del Cinvestav, se analizaron varias marcas de bebidas como leche, agua purificada, cerveza y refrescos donde los investigadores hallaron la presencia de microplásticos, que van de los cinco a los siete milímetros en estos productos embotellados.
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Método
El método utilizado para este análisis fue el filtrado al vacío, mediante el cual los investigadores analizaron 19 marcas de refrescos de mayor consumo en nuestro país, y se detectaron aproximadamente siete microplásticos por cada litro de bebida.
También analizaron 63 muestras de agua potable de purificadoras locales y quiscos de recarga en la zona metropolitana del Valle de México, donde se encontraron niveles de concentración de los 11 a los 860 microplásticos por litro, compuestos principalmente por polietileno y celofán.
Al respecto, el investigador Gurusamy Muniasamy, del Departamento deBiotecnología del Cinvestav, precisó que algunos microplásticos provienen de la misma botella:
“Todos tienen microplásticos, algunos de ellos provienen de la misma botella, es decir, pet; hay una parte de contaminación que proviene durante el proceso industrial, puede ser el agua”.
¿Qué pasa con las cervezas?
En el caso de las cervezas, estas también contienen microplásticos. Se analizaron 26 marcas populares de cerveza nacional, artesanal y exportadas donde se encontraron de 15 a 28 microplásticos por litro.
“Si al año cada mexicano consume en promedio 68 litros de cerveza, podría ingerir sin saberlo, hasta mil 900 microplásticos cada año”.
Shruti Venkat indicó que el tipo que se encontró son del pet y polietileno, y que hay presencia de microplásticos de todos colores.
¿Y las leches?
En este rubro se analizaron 23 muestras de ocho marcas de leche, saborizadas y normales, donde todas las marcas, incluidas las de adulto y niño presentaron partículas de microplásticas. En el estudio se detectaron hasta 11 microplásticos por cada litro de leche.
A pesar de que este tipo de bebidas tienen un proceso de purificación, los investigadores alertaron que la fuente de la contaminación podría ser externa, es decir, 15 de las marcas comerciales de cubos de hielo, presentan concentraciones plásticas que van de los 78 a los 178 por cada litro, compuestos principalmente de polipropileno, polietileno y celofán.
El daño de los microplásticos en la salud humana
Hoy día, se realizan varios estudios e investigaciones para conocer con más exactitud el impacto que los microplásticos pueden tener en la salud humana, sin embargo, hasta el momento, todas advierten consecuencias negativas como trastornos neurológicos, padecimientos como Alzheimer, Parkinson, diabetes, enfermedades cardiovasculares, problemas de fertilidad y distintos tipos de cáncer.
La investigadora Alethia Vázquez, del Departamento de Energía de la UAM Azcapotzalco, señala que en una partícula de microplástico se alojan muchos químicos:
Al respecto, Alethia Vázquez, investigadora del Departamento de Energía de la UAM Azcapotzalco, indicó que en una partícula de microplástico hay muchos productos químicos.
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“Cada que tenemos una partícula de microplástico, no tenemos un solo material, tenemos muchos productos químicos que están ahí, se puede hablar de daños potenciales, daños que tienen que ver con el efecto físico de las partículas, que pueden irritar, desgarrar o bloquear, como ocurre con otras especies, y los daños que se derivan de la liberación de estas sustancias, que principalmente afectarían al sistema endocrino, pero pues hay todavía un campo muy amplio de investigación que se tiene que hacer al respecto”.
Otros colegas de Vázquez hacen un llamado a generar conciencia sobre lo que consumimos y lo que nos ofrece la llamada “industria de los alimentos”, además de exhortar a la población a consumir y si es preciso, producir lo que consumimos de forma natural, mediante la instalación de huertos hogareños, pues no hay modo más sano de alimentarnos que consumiendo alimentos lo más naturales posibles.
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