México tiene el potencial económico para recaudar cerca de mil 200 millones de dólares anuales por “reciclar” las 1.2 millones de toneladas que genera cada año de basura electrónica, de acuerdo con estimaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Si bien esta cifra parece positiva, por la gran cantidad de recursos mencionada, la parte negativa es la enorme generación de residuos electrónicos que está produciendo el país y que provienen de computadoras, celulares, pantallas, refrigeradores, tabletas y otros dispositivos que la gente desecha.
En entrevista con El Sol de México, Ricardo Ortiz Conde, director general de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas de la Semarnat, comentó que México es la tercera nación del continente americano que más toneladas de basura electrónica genera al año, con 1.2 millones de toneladas.
El primer lugar lo ocupa Estados Unidos, con casi siete millones de toneladas anuales, mientras que Brasil está en el segundo escaño, con 2.1 millones de toneladas, según Ortiz Conde.
Las razones por las que existe tanta basura de este tipo son variadas, desde la gente que desecha o reemplaza sus componentes porque los considera obsoletos, hasta las empresas que no tienen un adecuado protocolo del manejo de residuos.
Todos estos desperdicios terminan, en su mayoría, en grandes basureros o vertederos de desperdicios, aunque aquí es donde está la verdadera mina de oro. La otra cara de la moneda es que todos estos artículos tienen un periodo de vida “limitado”, de casi cinco años, y que en muchas ocasiones ya no tienen reparación en caso de presentar alguna falla.
La basura de unos es el tesoro de otros
De acuerdo con Ives Gómez Salas, coordinador general de proyectos Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México son tres las entidades con mayor contaminación de residuos electrónicos: Baja California, Jalisco y la Ciudad de México.
Los tres estados concentran cerca del 23 por ciento de toda la basura electrónica que se genera en el país y desde hace casi un año el organismo ha emprendido una serie de proyectos para disminuir esta contaminación, mientras se explota el potencial económico de México en el reciclaje de dichos residuos.
Parte de esta iniciativa consiste en “concentrar” esfuerzos para separar y reciclar artículos como televisores, computadoras personales y de escritorio, reproductores y grabadoras de sonido, teléfonos celulares y fijos.
Según Gómez Salas, estos productos son los que mayoritariamente están en su última etapa de vida y son más propensos a ser desechados por la gente y en los cuales se puede encontrar oro, plata, platino, aluminio y cobre, entre otros metales.
Una vez que exista una correcta cultura o educación sobre cómo separar estos residuos, señaló el directivo, el siguiente paso será emprender tareas de reciclaje entre micro, pequeñas y medianas empresas (Pymes) informales y formales que se dedican a esta actividad.
El objetivo es trabajar con todos los actores que participan en la cadena de valor de los residuos electrónicos, tales como instituciones de investigación, educación, administración civil, empresas y, por supuesto, con autoridades de los diferentes niveles de gobierno.
En 2020, el PNUD, la Semarnat y el gobierno de Baja California firmaron una carta de intención para desarrollar actividades en la entidad y reducir o eliminar los bifenilos policlorados de las corrientes, una sustancia que se desprende de transformadores, condensadores y otros equipos electrónicos, y para impulsar acciones de manejo ambientalmente adecuado de residuos electrónicos y plaguicidas.
Esto con el fin evitar gases contaminantes al medio ambiente y de proteger la salud de la población, ya que de existir un mal manejo de dichos líquidos, se puede extender a otras zonas del país.
“Hemos hecho un inventario y también estamos desarrollando modelos piloto en las empresas de reciclaje formal, con la idea de promover buenas prácticas sobre el manejo que deben hacerse sobre estos residuos, desde que son copiados hasta que son dispuestos”, explicó Gómez Salas en entrevista con El Sol de México.
De toda la basura electrónica generada a nivel nacional, la Ciudad de México origina cerca del 11 por ciento, mientras que Jalisco y Baja California concentran el ocho y cinco por ciento, respectivamente.
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Los millones no llegarán sólo del reciclaje
Si bien el PNUD trabaja de cerca con las Pymes para fortalecer la cadena de recolección y acopio de materiales electrónicos, el hecho de que sean funcionales o no después del reciclaje, depende del manejo y producción en general que reciban por parte de sus emisores, es decir, de las grandes empresas, según el directivo de la institución.
Es así que para aprovechar el potencial económico por mil 200 millones de dólares anuales no basta con enfocar esfuerzos de reciclaje: las compañías generadoras de estos residuos también tienen que poner de su parte para lograr esta meta.
“Quizás la parte más importante sería el esquema de responsabilidad extendida del productor, que no se encuentra en el país actualmente y es muy importante para atender de mejor manera estos residuos. Con ello lograremos que la responsabilidad de los que producen estos residuos, se mantenga en toda la cadena de vida de los materiales y que también se reconozca la peligrosidad de estos residuos electrónicos por los componentes que contienen”, enfatizó Gómez Salas.
La Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos y su Reglamento de la Semarnat, señala que las sanciones por no separar adecuadamente basura o contaminar espacios públicos con desperdicios van desde arrestos administrativos por 36 horas hasta la clausura temporal o definitiva, total o parcial de la empresa contaminante.
Las multas también incluyen la suspensión o revocación de las concesiones, licencias, permisos o autorizaciones correspondientes para las compañías, así como la reparación de los sitios contaminados.
Entre las actividades por las que las empresas también pueden ser multadas destacan el acopio, almacenamiento o transporte de residuos peligrosos, sin contar con la debida autorización para ello; verter, abandonar o disponer finalmente los residuos peligrosos en sitios no autorizados; y el incumplir con las medidas de protección ambiental, tratándose de transporte de residuos peligrosos.
“Hay sanciones que van hasta los 200 días de salario mínimo. A veces se trata de residuos de consumo, que son aparatos que concluyeron su ciclo de vida y la gente los desecha, pero aun así debe existir un plan para su manejo y disposición adecuada”, comentó el directivo de la Semarnat.
Para lograr que las empresas cumplan con estas normas, el PNUD ha tenido encuentros con la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), organismo que alberga a la mayoría de los productores de residuos electrónicos en el país.
De acuerdo con información del organismo empresarial, que preside Carlos Funes Garay, algunos de sus afiliados son: Microsoft México, IBM, Intel, AT&T, Axtel, Cisco, Epson México, Huawei, Maxcom, y Panasonic.
“El talón de Aquiles aquí es precisamente la recolección y el acopio. Estamos generando modelos de recolección que adopten buenas prácticas, que fortalezcan la atención del manejo de este tipo de residuos. Ese es el enfoque que se le está dando precisamente a estas empresas”, añadió el directivo del PNUD.
Pandemia incrementará desechos electrónicos
Por la pandemia y el uso acelerado de dispositivos electrónicos, la generación de estos desechos en el país crecerá un 17 por ciento entre 2020 y 2025, de acuerdo con Ives Gómez Salas, donde las pantallas de LCD y televisores concentrarán en promedio el 66 por ciento de toda la basura generada.
Otros artículos que se sumarán a estos desperdicios serán las computadoras personales y teléfonos celulares, agregó. Datos del Observatorio Mundial de Residuos Electrónicos apuntan que en 2020 el consumo de aparatos eléctricos y electrónicos en el mundo aumentó en 2.5 millones de toneladas, frente al año previo.
Sólo en 2019, según el reporte, el mundo generó 53.6 millones de toneladas de estos residuos, pero sólo el 17.4 por ciento fue recogido y reciclado de manera “oficial”. Al compararlo con los registros de 2014, se tiene un incremento de 9.2 millones de toneladas, lo que indica que las actividades de reciclaje no siguen el ritmo de crecimiento global de los residuos electrónicos, expresa el informe.
"El trabajo a distancia y la educación en línea van en aumento. En México se ha registrado un crecimiento de 40 por ciento en las compras de algunos aparatos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas o computadoras durante los primeros meses del 2021”, comentó Ricardo Ortiz Conde, de la Semarnat.
El directivo reiteró que en estos aparatos su vida útil es cada vez más corta debido a su obsolescencia programada, un factor relacionado a que las empresas diseñan sus productos electrónicos con un menor tiempo de vida o sus actualizaciones de software los hacen inservibles en cuestión de meses.
Esta problemática debe ser prioritaria o de interés nacional, pues si no se atiende en el corto plazo, se corre el riesgo de afectar a las futuras generaciones de la sociedad y el medio ambiente.
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