El origen del tamarindo y cómo fue que se volvió tan popular en México

A pesar de no ser originario de nuestro país, se ha vuelto parte primordial de la gastronomía mexicana

Cristóbal Morales / La Prensa

  · jueves 7 de noviembre de 2024

Foto: Cristóbal Morales / La Prensa

El tamarindo es una fruta que tiene un origen tropical, pero es particularmente importante en la gastronomía y la cultura de muchos países, y en México juega un papel muy destacado. Su vínculo con nuestro país se remonta a tiempos prehispánicos y tiene una historia de adopción, adaptación y explotación agrícola que sigue vigente hoy en día.

Origen del Tamarindo

El tamarindo es originario de África tropical, específicamente de la región que abarca el sudeste de África y el subcontinente indio. Se cree que la planta fue cultivada y utilizada desde tiempos antiguos en la India y en otras partes del sudeste asiático, donde se utilizaba tanto en la medicina tradicional como en la cocina.

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Difusión a América

El tamarindo llegó a América durante la época de la colonización, probablemente traído por los comerciantes árabes o los portugueses, quienes fueron los primeros en introducirlo en las rutas comerciales entre África, Asia y América. A partir del siglo XVI, con la expansión de los imperios coloniales europeos, el tamarindo fue llevado a América Central y Sudamérica. En México, la planta se adaptó bien al clima tropical y subtropical, y pronto comenzó a ser cultivada y utilizada en diversas regiones.

El Tamarindo en México

El tamarindo encontró en México un ambiente perfecto para prosperar, especialmente en las regiones cálidas y tropicales, como el sur del país (Guerrero, Oaxaca, Chiapas) y algunas partes del centro y norte (Veracruz, Puebla, Yucatán). Desde la época prehispánica, el tamarindo fue conocido y valorado por los pueblos indígenas de México, aunque no hay evidencia clara de su consumo como fruta en los primeros tiempos de la Mesoamérica precolombina.

En la cocina mexicana, el tamarindo es utilizado tanto en su forma fresca como procesada. Su sabor es ácido, agridulce, y tiene una versatilidad impresionante. Se utiliza en una variedad de formas:

Pulpa de tamarindo: Es la forma más común de consumo, y se obtiene al extraer la pulpa de la vaina que rodea las semillas. Esta pulpa se usa para preparar jugos, aguas frescas, salsas, y postres. El agua de tamarindo, una bebida refrescante muy popular, se hace mezclando la pulpa con agua y azúcar.

Foto: María Di Paola Blum / Cuartoscuro

Tamarindo en polvo: Se usa comúnmente en polvo junto con chile, sal y azúcar para hacer los tradicionales dulces de tamarindo, como los "pelones", "tamarindos enchilados" y otros productos similares.

Salsas y aderezos: El tamarindo también es un ingrediente importante en la preparación de algunas salsas mexicanas, especialmente en el sur del país. Se utiliza para hacer salsas agridulces, como las que acompañan carnes asadas, pescados, o incluso en la tradicional salsa de tamarindo que se sirve con tacos o botanas.

Postres: El tamarindo también se utiliza en la elaboración de dulces tradicionales como "tamarindos cristalizados" o en combinaciones con otros ingredientes, como chile y sal, para crear un contraste de sabores únicos.

El Tamarindo en la Cultura Mexicana

Además de su uso culinario, el tamarindo también tiene un lugar en la cultura popular y la tradición de México:

Simbolismo: El árbol de tamarindo, con sus grandes hojas y flores, también es valorado como un símbolo de la vida tropical y un elemento de la flora mexicana.

Raíces históricas: Aunque el tamarindo no era originario de Mesoamérica, su incorporación a la dieta y las costumbres culinarias de México ha sido tan profunda que se ha convertido en un elemento esencial de su patrimonio cultural.

Foto: Cristóbal Morales / La Prensa

Aunque el Tamarindo no es originario de México, ha sido ampliamente adoptado en la gastronomía del país, adaptándose a las tradiciones y el paladar mexicano a lo largo de siglos. Su origen africano y asiático contrasta con su consolidación en la cultura mexicana como un ingrediente básico en la cocina popular, siendo parte tanto de la gastronomía cotidiana como de la cocina tradicional y festiva. La mezcla de lo indígena con lo introducido durante la época colonial ha dado lugar a una rica variedad de platillos y dulces, convirtiendo al tamarindo en un símbolo de la diversidad y la riqueza culinaria de México.

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