Único en el mundo con pequeños ojos y boca con gran sonrisa, así como una cresta que parece penacho, así es el axolotle o ajolotle, cien por ciento mexicano, un animal que se niega e envejecer, es decir, es el único anfibio que conserva sus características larvales durante toda su vida.
Este resbaloso amigo es una salamandra del género ambystoma, en México existen 17 variedades de éste género, 16 de las cuales son endémicas, el ajolote es Ambystoma Mexicanum y originario de Xochimilco.
Los investigadores se han dedicado a descifrar su ADN pues representa un gran avance para la ciencia, algunos piensan que con esto existe la posibilidad de comprender procesos moleculares que podrían emplearse en la medicina para regenerar órganos humanos, tratar afecciones asociadas al cáncer e incluso entender el envejecimiento y tratarlo, indican trabajos del Instituto de Biología de la UNAM.
El ajolote alcanza hasta 15 años de edad y se alimenta de moluscos, gusanos, larvas de insectos, crustáceos y algún pez. Esta especie, acostumbrada al papel de predador en su hábitat, ha empezado a padecer la introducción de grandes peces en su hábitat lacustre indicó la Gaceta UNAM. Entre las amenazas naturales se cuentan las aves de presa como las garzas.
Su población está en declive, ya que la demanda de la cercana ciudad de México ha llevado a drenar y contaminar buena parte de las aguas del complejo lacustre de Xochimilco. También es muy común utilizarlo en el comercio de acuarios.
Hoy en día hasta como alimento, al parecer en Japón, un restaurante lo prepara empanizado y frito, quienes lo han consumido aseguran que es un manjar, pero en México está prohibida su venta.
En peligro de extinción
Ademas este animalito endémico de Xochimilco se encuentra en peligro de extinción, puesto que en 1998 había 6000 axolotes por kilómetro cuadrado, mientras que el censo realizado en 2014 sólo detectó 36 por kilómetro cuadrado.
El ajolote es pariente cercano de la salamandra tigre y puede alcanzar longitudes de hasta 30 centímetros, aunque su tamaño promedio es de 15 cm; suele ser negro o marrón moteado, aunque también son relativamente comunes las variedades albinas y blancas, especialmente entre especímenes criados en cautividad.
El Instituto de Biología de la UNAM implementó un programa para combatir la extinción del Ajolote, la campaña AdoptAxolotl, que de noviembre de 2022 a septiembre de 2023 ya ha recaudado más de 456 mil pesos, con 498 donativos (entre adopciones de axolotes y chinampas); asimismo, ya se sumaron escuelas, empresas, sociedad civil, universidades y la embajada británica.
Con esos recursos se mantiene la colonia experimental de 120 “axolotes”, que en breve será trasladada del Instituto de Biología al Pabellón para que puedan ser apreciados por los visitantes; se revisa su alimento, salud y variables hidrológicas.
La leyenda de Axolote
En la leyenda prehispánica del quinto sol se dice que en la ciudad sagrada de Teotihuacán, la población azteca creía que cuando Nanahuatzin y Tecuciztécatl se tiraron a la hoguera se convirtieron en el sol y la luna, respectivamente; al darse cuenta de que el sol y los astros seguían sin moverse, los dioses decidieron morir también, pero hubo uno, Xólotl, que se negó al sacrificio.
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Xólotl es un dios que le tuvo miedo a la muerte y decidió escapar del sacrificio mediante sus poderes de transformación: primero se convirtió en maíz, pero el verdugo lo encontró; se escapó nuevamente, se transformó en maguey y fue encontrado una vez más. Finalmente se transformó en axolote.
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